Padre Antonio Velázquez
Subsecretario de la CEV
En este momento, siento tristeza e indignación ante lo
sucedido, el ver que una mujer fue golpeada y el querer ayudarla pues acarrea
consecuencias que no son las mas agradables, en ese momento venia a mi mente
los pasajes bíblicos vividos el durante la Semana Santa, cuando Cristo es
golpeado sin compasión y nadie se atreve ayudarlo por miedo o porque “ese no es
mi problema”. Situación que aún seguimos viendo en nuestra sociedad, ese Cristo
que aun es golpeado, maltratado.
Hoy muchos han
manifestado esa alegría que debe ser vivida en un tiempo como la Pascua, la
alegría de vivir como resucitados aunque aún parece que muchos no terminan de
resucitar, de pestañear o de abrir los ojos para contemplar a ese Cristo vivo
que es la esperanza y la luz que sigue guiando nuestros pasos para dejar a un
lado los miedos, las tibiezas, las rencillas y sobre todo aquello que crea cada
día mas odio y resentimiento entre unos y otros.
Sólo queda,
como verdaderos discípulos, seguir los pasos de los primeros apóstoles a través del anuncio de la Buena Nueva,
no dejarnos invadir por todo aquello que nos oprime, nos esclaviza o nos aparta
del amor de Dios. Hoy leía el capitulo 6 de la Carta de Pablo a los efesios y
mi mayor alegría era ese llamado de obediencia pero sobre todo de respeto en
cuanto a los deberes que nos incumbe a todos y de no descuidar pero también de
no desmayar tomando como armas LA VERDAD, LA JUSTICIA, LA FE Y LA PALABRA DE
DIOS.
Parece que todo
esto lo hemos dejado de lado, y son otras ideas o pensamientos que rondan en
nuestros ambientes, pero aún estamos a tiempo de tomar conciencia, de que todos
somos responsables de asumir nuevos retos, compromisos y así poder abandonarnos
en las manos de Dios. Sólo queda decir:
”no tengamos miedo de dar el todo por el todo, cada quien construye su
felicidad, hagamos posible que esa felicidad sea plena y verdadera”.
Desde Mérida, Mons Baltazar Porras Cardozo
No hay comentarios:
Publicar un comentario