2.- Rebelión indígena
3.- Entrega neocolonial a China
El chavismo se encuentra estremecido en
sus convicciones más íntimas y en sus “certezas” revolucionarias. Como
en la popular canción, andan “con el corazón partío”. Tres hechos muy
recientes son desconcertantes para quienes han vivido estos años con
creencias aparentemente sólidas como la roca. De pronto, la “revolución”
no es tal. Ya no es solo el mal gobierno, la incapacidad de cumplir
promesas de obras o la ineficiencia. Ni siquiera es solo la corrupción.
Esos eran males “explicables” para ellos, “contradicciones del proceso”,
“defectos heredados” que en apariencia no comprometían las certezas
revolucionarias y socialistas. Al menos algunas excusas servían. De
pronto su universo sufrió varias rupturas serias.
El “#PaquetazoRojo” ha sido un terremoto. Por
un lado porque el engaño resultó demasiado grande. Durante meses, en el
PSUV-VTV les dijeron que la devaluación era parte del “paquetazo
neoliberal” que supuestamente tenía preparado Capriles. ¡Y eso es lo que
acaban de hacer los “herederos”!, los del “chavismo-sin-Chávez”, aunque
Giordani mostró la firma de Chávez y dijo que eran sus órdenes. Quien
tenía oculto el “paquetazo” era la “revolución”. Y todo, como siempre
ocurre con las devaluaciones, para que el gobierno obtenga más bolívares
a costa del empobrecimiento del venezolano. La palabra devaluar tiene
connotaciones muy negativas en el imaginario popular venezolano. En
realidad, si un gobierno que tiene muchos años a cargo del Estado, tiene
que devaluar, significa que sus políticas económicas han sido un
fracaso. ¡Imaginen lo que significa devaluar con el barril de petróleo a
106 dólares!
Sin reponerse de ese terremoto, la
noticia llega desde la Guayana profunda, donde las etnias originarias,
las que la “revolución” ha ensalzado haciendo ver que el gobierno las ha
reivindicado y con ellas se ha hecho justicia histórica. Esas
comunidades indígenas se rebelan con tanta furia que desarman y retienen
a 46 efectivos militares obligando al gobierno a un diálogo negado por
largos meses para que cesen los atropellos y abusos. ¿Como?, se
preguntan los que creen la propaganda chavista del canal 8, ¿Cómo es que
las comunidades indígenas son impulsadas a un acto de rebelión tan
intenso? ¿Entonces era falso todo el discurso indigenista de la
revolución? Porque además, se descubre una vez más la farsa del decreto
de “nacionalización” del oro. ¡Contra esa supuesta “nacionalización” se
alza el pueblo indígena y minero! Las certezas se desploman.
Por estos días se conocen los
detalles de un convenio firmado por el propio Chávez y por Rafael
Ramírez en septiembre del año pasado. Es un contrato con una poderosa,
muy rica y extendida transnacional de China, que tiene negocios de
construcción de obras en medio mundo, pero que en Venezuela ya le había
sido adjudicado un lote de la ¿nacionalizada? Faja del Orinoco; unos
contratos en Guayana y otras regiones. El asunto es que el contrato de
ahora es -nada más y nada menos- que entregarle a una potencia
extranjera el control del mapa de nuestras riquezas mineras. ¡Fin de
mundo! Eso es neocolonialismo. Algo tan antinacional no se veía en este
país desde que Juan Vicente Gómez le entregó a las transnacionales
petroleras de EE UU y Gran Bretaña el control de las prospecciones y
concesiones de las zonas petroleras en suelo venezolano.
TIP 1: Leo “Cuba libre”, el
libro de la bloguera cubana Yoani Sánchez. Una recopilación de sus mini
crónicas de la vida diaria en su Cuba natal publicadas en su blog
“Generación Y”. Aunque yo la había leído muchas veces, directamente en
el blog, cada crónica -todas son corticas, a lo sumo cuartilla y media-
es sorprendente.
TIP 2: Hay una, titulada “la
e-lección en Venezuela”, en la que relata cómo se conoció (o se ocultó)
en Cuba el resultado del referéndum del 2D de 2007, aquel en el que el
pueblo venezolano dijo NO a la reforma constitucional propuesta por
Chávez. Escribió ella esto al día siguiente, es decir, el 3D de 2007:
“Cuando me acosté, pasada la medianoche, yo intuía que en Venezuela
había ganado la opción del NO. ¿Cómo lo sabía? Porque estoy acostumbrada
a leer -con más atención- las omisiones que las noticias. De manera que
el poco entusiasmo de los medios informativos cubanos me habían
adelantado los resultados…”.
TIP 3: Ella cuenta que la
primera información del noticiario estelar a las 6:30 de la mañana
siguiente fue un mensaje sobre el Día del Médico. Noticia secundaria,
sin duda. “Luego nos anunciaron, obviando los paradigmas periodísticos
de “el que, el como” y el cuando” que Chávez exhortaba a continuar
profundizando el socialismo… Ufff! Tan sofisticado elipsis me llevó
algunos segundos comprender que eso quería decir que había ganado el
NO”. Así es la “información” en la Cuba controlada donde se considera
que el pueblo no tiene derecho a recibir ni siquiera la información
básica real. En otros capítulos relata otros hechos semejantes. Los
informes de ministros sobre planes de correcciones a problemas del país
que jamás habían sido informados. O de respuestas de su gobierno a
mandatarios de otros países cuyas afirmaciones nunca fueron informadas.
Parecido a lo que aquí hace el canal 8. Solo que hay medios que dicen
todo. Allá lograron la “hegemonía comunicacional revolucionaria”, es
decir, la censura total y el control total. Aquí resistimos.
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