VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Diosdado Cabello, con la gentileza de un guapetón de barrio
cuando está apoyado, promete que "no habrá dólares para la burguesía, sino
dolores".
Promesa que hace el teniente golpista, al momento que las focas del chavismo
en el capitolio moquean y lloran cual huérfanas plañideras, y reclaman paz cuando proponen guerra.
A coro se arrastran e insultan, repiten hasta el cansancio
las mismas mentiras que, como falsedades que son, carecen de sustento. No dejan de
denunciar a la burguesía, a la que sin pruebas acusan culpable de todos los males
de la humanidad recurriendo a razonamientos carentes de base y fundamentos
racionales.
No creo que Diosdado Cabello, el siempre derrotado en los
combates electorales, lo ignore. Quizá sí su tropa, quizá quienes le sigan no tengan el conocimiento de lo que es o significa esa
Clase Media la que el teniente acusa por aparentar ser un pedazo del pueblo al que hace años le dio la espalda , la Clase Media a la que Chávez ha intentado, en más de una oportunidad, enamorar. Esa a la que los comunistas llaman"burguesía" y de la que llegan a formar parte cuando se convierten en boliburgueses.
Es esa denostada burguesía la autora de los momentos
estelares de la Historia que le dieron perfil de nacionalidad, crearon el gentilicio
venezolano que tanta admiración y logros regó por el mundo civilizado.
Es una pena, provoca profunda vergüenza, la que sentimos como
venezolano, al saber que estos guapos de barrio, que se sienten apoyados por
malandros armados y patoteros encapuchados ofrezcan días de dolor para los
ciudadanos creadores de fuentes de trabajo, esos compatriotas que abren caminos
al conocimiento y a la investigación, los mismos que en las universidades
libres y autónomas han hecho al país que un día fue bandera de orgullo y no
trapo de vergüenza como es ahora
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