Oswaldo Álvarez Paz
VICTORIA, UNIDAD Y ESPERANZA
Estamos a las puertas de la victoria popular más
importante de la historia contemporánea de Venezuela. No exagero. Llegamos a
estar cerca del punto sin regreso que consolidaría a este régimen, comunistoide
a la cubana, y prolongaría hasta el infinito el mandato presidencial de Hugo
Chávez. No ha sido así. De las entrañas de esta tierra de mística telúrica nació
la fuerza para impedirlo e impulsar el cambio irreversible que necesitamos para
bien de nosotros mismos y para serenidad del continente y buena parte del
mundo. El No Volverán que pretendía ser amenaza perpetua para los sectores
democráticos, hoy se corea con la mirada fija en los responsables del desastre
actual. La gente encontró el camino señalado por la alternativa democrática. El
próximo domingo la victoria será tan determinante a favor de Henrique Capriles
Radonsky, que ninguna trampa, amenaza o acción desesperada podrá impedirla. Ni
siquiera la parcialización de un Consejo Nacional Electoral, exceptuando al
solitario rector Vicente Díaz, que parece una oficina pública más al servicio
del continuismo podrá desnaturalizar el triunfo de una nación destinada a
reconquistar su libertad plena.
Capriles tiene un mérito que será recogido
generosamente en los anales electorales de América Latina. Se fajó duro y sin
tregua. No descendió a los planos vulgares y peligrosos del adversario. La
campaña ha sido de altura, de comunicación directa con la gente, respondiendo
agresiones con elegancia y contundencia y planteando las líneas generales de lo
que será un gobierno desprovisto de sectarismos excluyentes y frontal contra
vicios y corruptelas. Rectitud, honradez, eficacia y coraje para romper con las
penosas desviaciones del pasado y los horrores de un presente convertido en lo
peor del pasado. Capriles tiene gente para ganar y gente para gobernar.
Esta nota estaría incompleta sin mencionar el factor
unidad alcanzado en todos los sectores políticos, económicos y sociales,
incluyendo los religiosos y militares. Unidad dinámica y diferenciada, pero
necesaria para que la esperanza actual no se frustre y pueda concretarse.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 1° de octubre 2012
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