Artistas con conciencia ciudadana
“Un tipo serio sabe que tiene que ir a votar el 7 de octubre”, expresa Luis Gerónimo Abreu en el programa “Un tipo serio”, de La TelePor: Marlene Castillo
El artista es ideal para tocar al colectivo Foto:Archivo
Abreu nutre su opinión con otras reflexiones:
“Primero soy ciudadano antes que actor y me asiste el derecho a
opinar”. Viendo a Abreu, pensé que no son muchos los artistas que hoy
día se pronuncian como ciudadanos; al parecer, el miedo ha ganado
terreno y aquellos evitan opinar cuando tendría que ser lo contrario.
Sobre ese aspecto hemos insistido en distintas oportunidades: los
artista sí deben tener una conciencia política y su escenario abarcar
un poco más allá de la música, la actuación, la poesía etc. Hoy el
artista -justamente por la popularidad que le otorga el “poder de
penetración” en todos los estratos de la sociedad- debería involucrarse y
no ser indiferente ante el hecho político y social del país.
La figura del artista es un
vehículo eficiente para que el mensaje llegue a buen puerto; la
popularidad debe utilizarse también para emprender campañas como las de
responsabilidad social, aquellas destinadas al rescate de valores,
exponiendo los tesoros de la bondad, de la conciencia y del altruismo.
En momentos cuando la presión social y la injusticia
desesperan a los pobres y a los abandonados, es cuando la figura del
artista y su arraigo popular pueden ser el detonante para, con un
llamado apropiado, ayudar a despertar riquezas enterradas. En este
sentido vemos a figuras tomarse su tiempo para hacer esa labor social
tan necesaria. Shakira y su fundación “Con los pies descalzos”, Juanes es otro que no pierde oportunidad para reflexionar sobre tantas cosas como, por ejemplo, los desplazados y los discriminados. Ricardo Montaner y Angelina Jolie
son solo algunos entre muchos otros. El artista es ideal para tocar al
colectivo; además de llenar escenarios con su música, puede subirse a
otros estrados y exponer su criterio como ciudadano, y ¿por qué no?
también para manifestar su preferencia hacia tal o cual candidato, como,
por ejemplo, lo hacían en la llamada “cuarta República”. Famosos de la
pantalla chica, de la música y las artes en general manifestaban
públicamente su inclinación política sin temor a ser “castigados”. Eso
se ve a nivel mundial, generalmente los candidatos en campaña suelen
buscar a personajes del espectáculo para que los acompañen en su
exposición de programa y así atraer votos. Ante la cercanía de un
proceso electoral, donde está en juego el futuro del país, es una
cuestión de conciencia que nuestro ídolos despierten y tomen partido,
sin miedos y asumiendo su responsabilidad.
En Venezuela vemos cómo el candidato del oficialismo ha logrado reunir a un grupo de cantantes encabezado por Hany Kauam,
quien compuso un pegajoso tema: “Chávez: corazón del pueblo”. A Kauam
no se le juzga por su elección, está en su derecho -muy democrático, por
cierto-; pero en tal caso se critica la contradicción cuando hace dos
años, durante el cierre de RCTV, lloraba pues ese canal había sido su
trampolín a la fama. Se vale cambiar de opinión y ese podría ser su
caso, ojalá sea por convicción y no por otro motivo. Por ello, viendo la
claridad de Luis Gerónimo Abreu manifestándose -más como ciudadano que
como actor-, expresando abiertamente su preferencia política y
llamando al público a ejercer su derecho al voto, pensamos que es allí
donde se refleja el auténtico artista, ese que hace de su carrera un
vehículo no solo para llevar diversión sino también para crear
conciencia, tomando como escenario no el cerrado recinto de un teatro o
estudio de TV, sino la calle. ¡TAPADA LA OLLA!
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