Son 19 estructuras dedicadas al narcotráfico, cuya ubicación coincide con sus zonas de retaguardia.
Por JUAN CARLOS MONROY G. |
Publicado el 10 de junio de 2012
Tras 48 años de su fundación, las Farc parecen lejanas de sus objetivos revolucionarios para ser protagonistas de primera línea en el "negocio" del narcotráfico. Si en un comienzo se les señalaba de cobrar un "peaje" por cada kilo de coca que salía de sus territorios, hoy pretenden controlar toda la cadena productiva a través de 19 frentes que pertenecen a cinco grandes bloques.
La afirmación es una de las conclusiones que sobre el actual poder de las Farc manejan organismos de seguridad y organizaciones no gubernamentales que estudian el conflicto.
El general Luis Alberto Pérez , comandante de la Policía Antinarcóticos, sostiene que las Farc participan "desde la siembra de la hoja de coca y marihuana, la producción en cristalizaderos y laboratorios, el tráfico y la distribución, así como en alianzas con las bandas criminales y los carteles mexicanos".
Los agentes de inteligencia de la Policía sostienen que el grupo armado se puede asimilar a un cartel narcotraficante. Precisan que no es una coincidencia que hoy 19 frentes se ubiquen en zonas de cultivos ilícitos, centros de producción, zonas fronterizas y costeras, usadas para el tráfico hacia Centroamérica o el Caribe, donde la droga es enviada vía aérea y marítima a E.U. y Europa.
Esas estructuras se han convertido en las más fuertes y el soporte financiero de los cinco bloques más grandes de las Farc: Comando Conjunto de Occidente, Sur, Oriental, Iván Ríos (antes Noroccidental) y Magdalena Medio. Varias se asientan en las áreas de retaguardia estratégica, donde se concentran la mayoría de las filas insurgentes y los principales jefes.
Frentes narcotraficantes
Entre los frentes que controlan el tráfico de narcóticos, según el Ejército y la Policía, están el 57 (Urabá antioqueño y chocoano), 18 y 36 (en el Nudo de Paramillo y Bajo Cauca antioqueño), 33 (Catatumbo), 30 (Chocó) 6 y 30 (Norte del Cauca y Nariño), 48 (Putumayo) y los frentes 1, 16, 10 y 44 en Caquetá y la región de los llanos Orientales (ver infografía).
"La coincidencia de las áreas de retaguardia y las zonas de cultivos ilícitos y de producción reflejan la necesidad de mantenerlas como sostén financiero", indica un informe de inteligencia militar.
Esos grupos son responsables de los millonarios recursos que ingresan cada año a las arcas de la guerrilla y que permiten el costoso sostenimiento de 8 mil combatientes (alimentación, uniformes, compra de armas, munición, explosivos).
Informes del Departamento de Estado de Estados Unidos y agencias antinarcóticos como la DEA calculan que las Farc obtienen entre 500 y 800 millones de dólares anuales por narcotráfico y que esta actividad representa entre el 50 y el 70 por ciento de sus ingresos, a los que se suman miles de millones de pesos por la extorsión y la denominada minería ilegal.
Como prueba reciente, el general Pérez recordó que el periodista francés Roméo Langlois fue secuestrado el pasado 28 abril por el frente 15 de las Farc en zona rural de la Unión Peneya (Caquetá). "Fue plagiado cuando atacaron a las tropas en un operativo antinarcóticos y destrucción de un laboratorio, que custodiaba ese frente que promueve la siembra de y producción de coca".
Del marxismo a la coca
Analistas del conflicto coinciden en que las guerrillas "traicionaron principios revolucionarios" que juraban defender para sucumbir a la ambición de una caja registradora con recursos casi ilimitados. "Aunque antes se beneficiaron del gramaje a cultivadores de coca y narcotraficantes, desde 1994 las Farc se metieron a fondo con el narcotráfico por iniciativa del 'Mono Jojoy', quien decía que necesitaban mucha plata para dar el salto de la guerra de guerrillas y tomarse el poder", asegura León Valencia , director de la Corporación Nuevo Arco Iris.
Agrega que "desde el año 2000 el narcotráfico se convirtió en la fuente del 70 por ciento de los ingresos. Un fenómeno nuevo es que disminuyó ese porcentaje porque el auge de la minería se convirtió en una renta por extorsión igual de lucrativa y sin tanto riesgo".
Otros factores que consolidaron el negocio ilegal en las filas subversivas fue la disminución del secuestro y la extorsión, debido a mejores condiciones de seguridad del país y acciones de la Fuerza Pública.
A juicio del historiador militar César Castaño , quien ha estudiado la evolución de las Farc, "una organización ilegal del tamaño de esa guerrilla requiere ingresos exorbitantes que solo el narcotráfico puede brindarle para el desarrollo de las formas de lucha: militar, política, jurídica y de masas".
¿Dueños del negocio?
El general Hernán Giraldo , comandante de la VII División del Ejército, sostiene que el lucro derivado del conocido impuesto del "gramaje" es un negocio del pasado. "Ahora la guerrilla se convirtió en un gran cartel del narcotráfico que quiere controlar toda la cadena productiva y prueba de eso es que se han descubierto cientos de laboratorios y cristalizaderos donde la guerrilla produce la base de coca y la propia cocaína para venderle a los narcotraficantes", dice el oficial.
Giraldo advierte que esta nueva situación también revela que muchos jefes guerrilleros se han convertido en "capos" dedicados a llenar las arcas de la guerrilla y sus propios bolsillos.
Como prueba, el comandante militar expone el caso del frente 57, al mando de Gilberto Torres Muñetón , alias "el Becerro", quien "no solo controla la producción en la región del Urabá antioqueño y chocoano, sino que trafica la coca por el Darién hacia Panamá".
Otro caso similar es el de alias "Manteco", jefe del frente 58 en el sur de Córdoba, a quien le han descubierto fincas, ganado y negocios de abarrotes en ese departamento. "Muchos jefes de estos frentes y bloques se han enriquecido y acumulan tierras, fincas, ganado y negocios", según el general Giraldo.
Cuando alias "Pájaro", segundo cabecilla del frente 36, (estructura que se lucra de la siembra y tráfico de coca en el Bajo Cauca antioqueño) se desmovilizó en febrero de 2011, reconoció en entrevista con este diario que cada semana recogían "entre 30 y 50 kilos de base de coca y entre 100 o 130 millones de pesos semanales por gramaje. Súmele lo de las retroexcavadoras (extorsión a minería) que son 50 millones".
Alianzas con carteles
Otra realidad que el general Luis Alberto Pérez , comandante de la Policía Antinarcóticos expone para demostrar los nexos de la guerrilla con el narcotráfico "son las alianzas de las Farc con carteles de la droga de Centroamérica, en especial los mexicanos". (Ver infografía).
En 2006, el departamento de Justicia de Estados acusó del delito de narcotráfico a 50 miembros de las Farc, incluido el Secretariado y solicitó en extradición a varios jefes.
La afirmación es una de las conclusiones que sobre el actual poder de las Farc manejan organismos de seguridad y organizaciones no gubernamentales que estudian el conflicto.
El general Luis Alberto Pérez , comandante de la Policía Antinarcóticos, sostiene que las Farc participan "desde la siembra de la hoja de coca y marihuana, la producción en cristalizaderos y laboratorios, el tráfico y la distribución, así como en alianzas con las bandas criminales y los carteles mexicanos".
Los agentes de inteligencia de la Policía sostienen que el grupo armado se puede asimilar a un cartel narcotraficante. Precisan que no es una coincidencia que hoy 19 frentes se ubiquen en zonas de cultivos ilícitos, centros de producción, zonas fronterizas y costeras, usadas para el tráfico hacia Centroamérica o el Caribe, donde la droga es enviada vía aérea y marítima a E.U. y Europa.
Esas estructuras se han convertido en las más fuertes y el soporte financiero de los cinco bloques más grandes de las Farc: Comando Conjunto de Occidente, Sur, Oriental, Iván Ríos (antes Noroccidental) y Magdalena Medio. Varias se asientan en las áreas de retaguardia estratégica, donde se concentran la mayoría de las filas insurgentes y los principales jefes.
Frentes narcotraficantes
Entre los frentes que controlan el tráfico de narcóticos, según el Ejército y la Policía, están el 57 (Urabá antioqueño y chocoano), 18 y 36 (en el Nudo de Paramillo y Bajo Cauca antioqueño), 33 (Catatumbo), 30 (Chocó) 6 y 30 (Norte del Cauca y Nariño), 48 (Putumayo) y los frentes 1, 16, 10 y 44 en Caquetá y la región de los llanos Orientales (ver infografía).
"La coincidencia de las áreas de retaguardia y las zonas de cultivos ilícitos y de producción reflejan la necesidad de mantenerlas como sostén financiero", indica un informe de inteligencia militar.
Esos grupos son responsables de los millonarios recursos que ingresan cada año a las arcas de la guerrilla y que permiten el costoso sostenimiento de 8 mil combatientes (alimentación, uniformes, compra de armas, munición, explosivos).
Informes del Departamento de Estado de Estados Unidos y agencias antinarcóticos como la DEA calculan que las Farc obtienen entre 500 y 800 millones de dólares anuales por narcotráfico y que esta actividad representa entre el 50 y el 70 por ciento de sus ingresos, a los que se suman miles de millones de pesos por la extorsión y la denominada minería ilegal.
Como prueba reciente, el general Pérez recordó que el periodista francés Roméo Langlois fue secuestrado el pasado 28 abril por el frente 15 de las Farc en zona rural de la Unión Peneya (Caquetá). "Fue plagiado cuando atacaron a las tropas en un operativo antinarcóticos y destrucción de un laboratorio, que custodiaba ese frente que promueve la siembra de y producción de coca".
Del marxismo a la coca
Analistas del conflicto coinciden en que las guerrillas "traicionaron principios revolucionarios" que juraban defender para sucumbir a la ambición de una caja registradora con recursos casi ilimitados. "Aunque antes se beneficiaron del gramaje a cultivadores de coca y narcotraficantes, desde 1994 las Farc se metieron a fondo con el narcotráfico por iniciativa del 'Mono Jojoy', quien decía que necesitaban mucha plata para dar el salto de la guerra de guerrillas y tomarse el poder", asegura León Valencia , director de la Corporación Nuevo Arco Iris.
Agrega que "desde el año 2000 el narcotráfico se convirtió en la fuente del 70 por ciento de los ingresos. Un fenómeno nuevo es que disminuyó ese porcentaje porque el auge de la minería se convirtió en una renta por extorsión igual de lucrativa y sin tanto riesgo".
Otros factores que consolidaron el negocio ilegal en las filas subversivas fue la disminución del secuestro y la extorsión, debido a mejores condiciones de seguridad del país y acciones de la Fuerza Pública.
A juicio del historiador militar César Castaño , quien ha estudiado la evolución de las Farc, "una organización ilegal del tamaño de esa guerrilla requiere ingresos exorbitantes que solo el narcotráfico puede brindarle para el desarrollo de las formas de lucha: militar, política, jurídica y de masas".
¿Dueños del negocio?
El general Hernán Giraldo , comandante de la VII División del Ejército, sostiene que el lucro derivado del conocido impuesto del "gramaje" es un negocio del pasado. "Ahora la guerrilla se convirtió en un gran cartel del narcotráfico que quiere controlar toda la cadena productiva y prueba de eso es que se han descubierto cientos de laboratorios y cristalizaderos donde la guerrilla produce la base de coca y la propia cocaína para venderle a los narcotraficantes", dice el oficial.
Giraldo advierte que esta nueva situación también revela que muchos jefes guerrilleros se han convertido en "capos" dedicados a llenar las arcas de la guerrilla y sus propios bolsillos.
Como prueba, el comandante militar expone el caso del frente 57, al mando de Gilberto Torres Muñetón , alias "el Becerro", quien "no solo controla la producción en la región del Urabá antioqueño y chocoano, sino que trafica la coca por el Darién hacia Panamá".
Otro caso similar es el de alias "Manteco", jefe del frente 58 en el sur de Córdoba, a quien le han descubierto fincas, ganado y negocios de abarrotes en ese departamento. "Muchos jefes de estos frentes y bloques se han enriquecido y acumulan tierras, fincas, ganado y negocios", según el general Giraldo.
Cuando alias "Pájaro", segundo cabecilla del frente 36, (estructura que se lucra de la siembra y tráfico de coca en el Bajo Cauca antioqueño) se desmovilizó en febrero de 2011, reconoció en entrevista con este diario que cada semana recogían "entre 30 y 50 kilos de base de coca y entre 100 o 130 millones de pesos semanales por gramaje. Súmele lo de las retroexcavadoras (extorsión a minería) que son 50 millones".
Alianzas con carteles
Otra realidad que el general Luis Alberto Pérez , comandante de la Policía Antinarcóticos expone para demostrar los nexos de la guerrilla con el narcotráfico "son las alianzas de las Farc con carteles de la droga de Centroamérica, en especial los mexicanos". (Ver infografía).
En 2006, el departamento de Justicia de Estados acusó del delito de narcotráfico a 50 miembros de las Farc, incluido el Secretariado y solicitó en extradición a varios jefes.
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