Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 30 de octubre de 2011

PABLO AURE: Cunde el pánico

No hay dudas de que el cáncer presidencial sigue siendo el tema que ocupa a los medios de comunicación. Por su parte, el país se cae a pedazos. El hampa tiene azotada a la población; no hay un centro penitenciario en el que no exista un conflicto; la inflación empobrece cada día más a la gente; la corrupción sigue a rienda suelta; y pare usted de contar. Pero seguimos focalizados en el estado de salud de Hugo Chávez. Los que están en el entorno, sobre todo los militares, conocen la verdad. Están preocupados. Es más, están supremamente asustados. No por Chávez, sino por ellos mismos y sus familiares. Después de Chávez, la locura: el reparto del poder, la persecución por revancha. Los puentes siguen tendiéndose, de aquí para allá y de allá para acá, lo cual es razonable si se quiere conservar la paz. El país no se acabará con la muerte de Chávez. Hay que dar garantías confiables de que todos caben dentro de un nuevo clima de reconciliación y mucha tolerancia. Es difícil atajar los demonios, pero tenemos que hacer anteponer la cordura. La Venezuela post-Chávez hay que comenzarla a construir desde ya. No esperemos vivir aciagos momentos. Hay que iniciar las conversaciones para evitar trágicos tiempos. Veámonos en el espejo de Libia: Gaddafi con 42 años en el poder y con miles de millones de dólares, no pudo contener la furia del pueblo burlado y pisoteado. Su familia también pagó caro, hasta con la vida, la maldad de aquella tiranía. Los venezolanos tenemos que ser magnánimos para superar los odios sembrados por el proceso que agoniza. Los que hoy han amasado grandes fortunas con el chavismo, observan temblorosos los videos que muestran los últimos minutos de Muamar Gaddafi. Saben que el dinero mal habido, si no está acompañado del poder, de nada servirá; y también perciben que ese poder que ayer tenían cada minuto se desvanece. En las dictaduras flaquean los valores. Eso está escrito. El servilismo florece, la ética desaparece y hasta el profesionalismo se destruye. A los tiranos les gusta que los glorifiquen, y para ello se valen a menudo de las debilidades humanas de algunos cercanos prestos siempre para alabar al jefe. Son capaces de hacer cualquier cosa para complacer al amo, hasta perder la dignidad. Recuerdo al personaje “Cerebrito” de La fiesta del Chivo. Durante el gobierno de Hugo Rafael hemos visto espectáculos verdaderamente bochornosos que develan situaciones aberrantes de funcionarios de los distintos poderes públicos arrastrándose ante el líder supremo. El sábado vimos a tres médicos hablar del estado de salud del Presidente y de lo que al respecto había comentado otro colega supuestamente cercano a la familia presidencial. Tres profesionales de la medicina con especialidades que nada tienen que ver con el padecimiento de Chávez. Dieron una rueda de prensa para desmentir al médico Salvador Navarrete que en declaraciones a una revista extranjera había anunciado la gravedad de la enfermedad pronosticando poco tiempo de vida. Los médicos Rafael Vargas, Fidel Ramírez y Earle Siso García dieron fe de que “el Presidente se encuentra en un inmejorable estado de salud”. Prepararon el libreto tratando de cuidar las apariencias. Se presentaron ante la cámara de televisión con batas y corbata. La voz cantante estuvo a cargo de Fidel (hermano de Rafael Ramírez) un internista, a su lado Vargas, el mismo que era ministro durante los sucesos del 11 de abril de 2002 y que se pintó el pelo para evitar ser reconocido. Me imagino que la bata que lucían la estrenaron para esa rueda de prensa. Y Earle Siso es oftalmólogo. Ninguno es oncólogo ni nefrólogo. Si Navarrete no es, o no fue, médico tratante de Hugo Chávez, tampoco ellos lo son. ¿Cuál es el misterio que no quieren decir la clase de cáncer que padece o padeció Chávez? ¿Por qué no ha salido un equipo de médicos dando un parte serio? ¿Dónde están los cirujanos que operaron al Presidente para que el pueblo no siga especulando? Creo que el doctor Salvador Navarrete fue benévolo con el Presidente al decir que puede durar hasta dos años. De acuerdo con quienes conocen a este médico, dicen que es un hombre serio y de prestigio, y que no lo puede motivar algo distinto a informar a la población de la realidad del estado de salud del Presidente. Quizá Navarrete obtuvo esa información de primera mano; del mismo equipo de médicos españoles que estuvieron presentes en la operación en Cuba cuando se le extirpó el tumor al Presidente. Así las cosas, y como entre Cielo y Tierra no hay nada oculto, el tiempo será quien diga la verdad. La semana pasada apenas llegó de Cuba, Chávez, dizque le fue a cumplir una promesa al Santo Cristo de La Grita. Qué casualidad, es en Táchira donde todas las encuestas determinan el enorme rechazo del chavismo. Chávez apela a su enfermedad y a la fe cristiana de los andinos para intentar lograr la misericordia del pueblo. ¿Es que ya se nos olvidó lo que le dijo al Cardenal Velasco? … “nos vemos en el infierno”. Chávez se burla de todo el mundo: de la Iglesia, de los santos y de la gente, como lo han hecho siempre todos los comunistas. ¡Veremos..!

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