AMOREBIETAsombra de Messi y verdugo de la Selección

El defensor del Athletic Bilbao que dirige Bielsa tenía la difícil misión de marcar a la Pulga en su debut con la Vinotinto. Además de anularlo se dio el gusto de convertir el gol de la histórica victoria de Venezuela.

PorJoaquín Finat, CLARÍN




Se jugaba el primer minuto en Puerto La Cruz cuando nació el primer avance de la Selección. Fue un pelotazo largo sobre la izquierda que tenía como destinatario a Messi. Cuando el mejor futbolista del mundo imprimió velocidad y pensó que se hacía de la pelota se encontró con Fernando Amorebieta, quien luego se convertiría en el héroe de la noche. El defensor de la Vinotinto trabó y ganó. Fue el presagio de una noche inolvidable.

Al defensor del Athletic del Bilbao le tocó bailar con la más fea. Su misión era marcar a Messi. Y cumplió. Es verdad que en los primeros minutos le costó. Pero luego se acomodó e hizo pesar su experiencia en el fútbol español. A los 17, Higuaín y Zabaleta armaron una linda jugada por la derecha que derivó en un centro del lateral para la Pulga. Pero cuando el crack se relamía surgió Amoribieta. A partir de ese instante, el venezolano se agrandó. Tres minutos después, se anticipó a Messi y comandó una contra. Fue ovación. Ese quite se festejó casi como un gol.

Pero su gol recién llegaría a los 16 del complemento, tras un tiro de esquina de César González. Amorebieta se anticipó a Rojo y venció al seguro Andújar. "Hacer el gol de la victoria en mi debut, y ante mi gente no me lo esperaba", dijo el defensor tras el partido. Es que quiso el destino que fuera Amorebieta el autor del gol en la primera victoria venezolana sobre la Selección luego de 18 caídas consecutivas.

El destino le guiñó el ojo al defensor del Bilbao, que tuvo varios ofrecimientos para jugar para el seleccionado español y, sin embargo, prefirió defender los colores de su país. Y convertir el gol en el estado de Anzoátegui, donde nació. Así, este defensor alto (1,85) y fuerte, aclamado por la prensa para que juegue en la Vinotinto, le dijo que sí a Farías. Seguramente que en sus sueños no se le cruzaba por la cabeza ser el goleador de la victoria más importante de Venezuela en la historia.