Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 3 de agosto de 2011

BEISBOL POR GOTAS: Con sed de triunfo, por sobre todas las cosas

Orlando Cabrera (izq.) y Miguel Tejada se divierten calentando el brazoen el AT&T Park, con Andrés Torres sumándose a un momentoque refleja la camaradería que reina entre los Gigantes



Manolo Hernández Douen
http://www.beisbolporgotas.blogspot.com/

Lo ha logrado casi todo en las Grandes Ligas, pero le falta un anillo de campeón.
Ya tiene su trofeo como monarca de la pelota, pero el fervor competitivo nunca lo ha perdido.

Ellos son, por supuesto, el puertorriqueño Carlos Beltrán y el colombiano Orlando Cabrera, nuevos integrantes de una novena que aspira a lograr lo que no ha conquistado un equipo de la Liga Nacional desde La Gran Maquinaria Roja en 1975-76: dos coronas seguidas de la Serie Mundial.
“Esa es mi meta”, aseguró Beltrán, de Manatí, Puerto Rico. “Eso es importante. Como pelotero, uno trabaja bien fuerte para llegar a la postemporada".
Participar y, a la postre, ganar los máximos laureles de las Ligas Mayores no es como soplar y hacer botellas. Muchos de los grandes de la historia, entre ellos los legendarios Ernie Banks y el panameño Rod Carew, integrantes del Salón de la Fama, nunca pudieron conquistar ese objetivo.
Beltrán, con casi 300 jonrones, ocho temporadas con 100 ó más carreras impulsadas y tres Guantes de Oro, en una carrera que comenzó de manera brillante al ser Novato del Año de la Liga Americana en 1999 con los Reales de Kansas City, sabe lo difícil que es llegar a una Serie Mundial.
No es que no haya hecho lo imposible por lograrlo. Cuando fue a la postemporada con los Astros de Houston en el 2004 acribilló al pitcheo contrario con ocho jonrones y 14 carreras impulsadas, pero esa novena se quedó corta. Carlos suele ser un verdugo del pitcheo rival en ese tipo de competencia ya que suma 11 bambinazos y 19 remolcadas en apenas 22 partidos más allá de la campaña regular.
Después de quedarse limitado a solamente 155 juegos en dos temporadas debido a lesiones, Beltrán probó con los Mets de Nueva York en el 2011 que su capacidad productiva sigue intacta. Comenzó el mes de agosto con 67 impulsadas, prueba inequívoca de que puede alcanzar las 100 por novena vez.
A la defensiva, se siente a gusto defendiendo el jardín derecho, posición a la que se mudó con miras al 2011 luego de ser uno de los mejores guardabosques centrales de la Gran Carpa.
“Siento que si me mantengo saludable puedo ayudar a este equipo a ganar de varias maneras”, expresó Beltrán a su llegada al hogar de los Gigantes.
Bruce Bochy, dirigente de los campeones reinantes, no titubeó en alinear de inmediato a Beltrán como su tercer bate, con el tercera base venezolano Pablo Sandoval en el cuarto turno.
Ese dueto pudiera conformar una tremenda combinación de ambidextros productivos.
Sandoval acentuó la importancia de la adquisición de sus colegas latinoamericanos.
“Estoy bien contento, porque son peloteros que quieren ayudar al equipo a ganar para que podamos ir todos juntos a la postemporada”, manifestó Sandoval a Béisbol por Gotas.
“Yo he aprendido bastante de ellos en el poco tiempo que llevan aquí”, aseguró Sandoval. “Cabrera me ha hablado de la defensiva y Beltrán del bateo. Y uno aprende a tomar consejo porque dicen que el que no oye consejo no llega a viejo”
Por su parte, Cabrera, quien se toma bien en serio su carrera, no deja de recordar que la pelota hay que jugarla con pasión pero que, después de todo, hay que disfrutarla.
“Me siento honrado de que los campeones de las Grandes Ligas hayan requerido de mis servicios”, indicó con humildad este hijo ilustre de su natal Cartagena, Colombia.
Cabrera, quien fue instalado de inmediato como paracorto titular de los Gigantes luego de aceptar una mudanza a la segunda base al ser clave para el resurgimiento como contendores de los Indios de Cleveland, encajó de inmediato con el resto de sus compañeros de equipo como lo ha hecho tantas veces al cambiar constantemente de franela en la Gran Carpa.
Quizás las estadísticas no le hayan justicia a veces, pero Cabrera ha demostrado ser un pelotero rendidor a la hora buena y de paso es una especie de amuleto ya que desde el 2004 ha integrado cinco equipos diferentes que han ido a la postemporada.
“Para mí ganar lo es casi todo en la vida”, manifestó Cabrera. “Para mí eso es un orgullo”.
En Cleveland, Cabrera era considerado como un maestro para el talento joven de ese equipo, como “otro coach en el terreno” de acuerdo al dirigente dominicano Manny Acta, pero se encontró con el curioso caso de que los Indios quieren ganar y a la vez desarrollar peloteros.
“Estoy demasiado viejo como para ser desarrollado’’, dijo Cabrera. “Para mí, ésta [con los Gigantes] es la situación perfecta”.
Quizás alguien pueda imaginar que adquirir varios peloteros cuando la temporada está por entrar en su recta final pueda ser un atentado contra la química que debe reinar en un plantel, pero Cabrera es el vivo ejemplo de que eso no es necesariamente cierto.
“No es que vamos a salir juntos de paseo”, bromeó Cabrera, al preguntársele si se le ha hecho difícil sumarse a un equipo ya formado. “Uno tiene que respetar a un grupo de peloteros como éste y así es como me siento al llegar aquí. Uno nunca desea ser una distracción”.
La novena de San Francisco probó en el 2010 que sí puede asimilar muy bien la llegada de nuevos rostros al sumar unos cuantos peloteros que a la postre fueron clave.
Uno de ellos, el jardinero Cody Ross, Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato del 2010, está seguro de que eso ocurrirá de nuevo con Beltrán, Cabrera y el camarero Jeff Keppinger, los nuevos titulares de los Gigantes.
“Nuestro equipo es una suma de muchas personalidades, pero todas ellas encajan para conformar un mejor grupo”, analizó Ross. “Sólo es cuestión de tiempo. Ellos [los nuevos Gigantes] comprenden de qué se trata todo esto.
“Acaba de llegar [Beltrán] y automáticamente es un líder”, elogió Ross. “Lo ha hecho por mucho tiempo. Guía por su ejemplo. Estoy seguro de que vamos a disfrutar todos en los meses finales”.
No puede haber un ejemplo más claro de la unión entre los Gigantes que el punto de vista del experimentado paracorto dominicano Miguel Tejada, quien ha jugado varias posiciones con San Francisco y aceptó el arribo de Cabrera no como un rival por el puesto que ambos han defendido la mayor parte de sus respectivas carreras sino como otra pieza que puede darle el anillo con él que todavía sueña.
“La llegada de Cabrera también me va a ayudar a mí”, aseguró Tejada. “Lo que quiero es ir a la postemporada. Cualquier rol que me den será bueno”.
Para Bochy, el propósito es llegar de nuevo a la cúspide.
“Nuestra prioridad es ganar juegos”, acentuó Bochy. “Ellos [Beltrán y Cabrera] ya se están fusionando con el resto del equipo. Para ellos la transición no es grande. Conocen a muchos de nuestros jugadores y eso hace que el traspaso sea fácil”.
Ganarlo todo no es fácil en la pelota, pero los Gigantes esperan moldear química con calidad con la mira puesta en lograr de nuevo los máximos laureles del Béisbol de Lujo.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.

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