Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 6 de julio de 2011

RAFAEL POLEO: A sangre fría

El sacrificio de Chávez

*** El presidente ha arriesgado su vida al regresar para poner el orden en el alto nivel de su gobierno, donde han estallado tensiones largo tiempo contenidas, y la torpeza de dirigentes ganados por el pánico le está haciendo al caudillo el daño que no habían podido hacerle sus adversarios.

El presidente Chávez ha hecho un esfuerzo supremo y asume grave riesgo al regresar en medio del severo tratamiento contra un cáncer intestinal con derivaciones. Para ilustrar la seriedad de su enfermedad basta considerar que a casi un mes de conocerse su gravedad no se ha producido ni un solo reporte médico responsable que informe sobre su salud. Estas declaraciones formales de un médico responsable del tratamiento son obligadas en los países civilizados. Su omisión refuerza los análisis de los medios más importantes del planeta, todos los cuales, basándose en informaciones de inteligencia y en apreciaciones de especialistas, hablan de un cáncer con ramificaciones.
El Nuevo País ha venido dando información veraz sobre la enfermedad del Presidente, a diferencia de los medios y personalidades oficiales que han tratado de negar la gravedad del mal. Sostuvimos que esa enfermedad era cáncer mientras voceros tan importantes como el Presidente de la Asamblea Nacional mentía al país diciendo que el jefe del Ejecutivo se encontraba en buena salud, y la boca sucia de Miraflores trataba de exponernos al desprecio público por decir esa verdad que ya era evidente. Ahora ratificamos, con el tiempo como testigo, que el Presidente Chávez tiene un cáncer avanzado y complicado, que se espera el resecamiento del segmento intestinal afectado para entonces reabrirlo y empatar el intestino, y que está sometido al tratamiento propio de esos casos, el cual reduce hasta nivel crítico la capacidad de su sistema inmunológico, haciendo letalmente peligrosa la actividad y preocupaciones inevitables en el trabajo presidencial, así como muy difícil e igualmente peligroso afrontar el esfuerzo de una campaña electoral. En su actual situación de enfermo con pronóstico reservado, Hugo Chávez no puede cumplir sino a ritmo muy tenue su responsabilidad presidencial y sería temerario suponerle en campaña electoral.
La enfermedad del presidente liberó tensiones hasta ahora contenidas en las alturas del chavismo y en el ámbito militar. Esto forzó su regreso prematuro, contrariando indicaciones médicas y poniendo en riesgo su propia vida. La negativa a mantenerse en posición de enfermo mientras el vicepresidente asume como Presidente Encargado, es un sacrificio impuesto por el enfrentamiento entre el sector militar y la facción más radical del PSUV. A Chávez, el vicepresidente Jaua le es personalmente confiable, pero no así a los militares, deseosos de una reconciliación nacional que Jaua no puede representar. Chávez no designa un Presidente Encargado porque no tiene uno aceptable para todos y su enfermedad disminuye su capacidad de imponer al de su gusto.
La posibilidad de que Adán Chávez substituya a su hermano como candidato presidencial si la recuperación no se produce para el momento y en el nivel deseado, no debería ofender a los chavistas. Es lógica y todo indica que está planteada. Una campaña que será mucho más dura que cualquiera de las anteriores puede costarle la vida a Hugo Chávez y dejar al chavismo sin la autoridad que lo cohesiona. El comportamiento de su hermano Adán indica su disposición a asumir el reemplazo, lo cual correspondería al modelo castrista. Si Chávez no puede ser el candidato, su substituto lógico sería su hermano y mentor, salvo que Chávez pierda el poder necesario para designar el reemplazante.
El tema debe abordarse con seriedad y responsabilidad, puesto el ojo en la necesidad de mantener la gobernabilidad y el equilibrio institucional. Las mentiras, que desacreditan al Gobierno incluso ante sus propios partidarios, no hacen sino agravar la situación. El presidente lo comprendió cuando, en medio de las mentiras del más alto chavismo –excepción notable la del canciller Maduro-, que sólo sabe desahogarse en insultos baratos, gallardamente dio la cara para dar noticia veraz de su estado.
Chávez podría hacer una lista, que sería muy corta, de los funcionarios y políticos autorizados para hablar en esta coyuntura. Ni el ministro de la Defensa ni el presidente de la Asamblea Nacional pueden estar en ella, puesto que, sabiendo la verdad puesto que venían de hablar con Chávez, mintieron a los venezolanos en sus declaraciones sobre la salud del Presidente. Eso es imperdonable. Una vergüenza incluso en el canon revolucionario. No tienen crédito ni entre el chavismo más ingenuo. Chávez sabe que es así, y que necesita al país no chavista para impedir que todo se vaya al diablo, posibilidad que se aproxima con

No hay comentarios: