miércoles, 1 de junio de 2011
Marlins se sacan la lotería con Edwin Rodríguez
Manolo Hernández Douen
bbxgotas@yahoo.com
BEISBOL POR GOTICAS
Sus peloteros lo respetan como si tuviera 15 años piloteando en las Grandes Ligas.
Sabe extraer lo máximo de cada jugador, bien sea éste joven o veterano.
“Soy mejor actor que dirigente”, manifestó Edwin Rodríguez,
al asegurar que ser un piloto en las Grandes Ligas
no es tan fácil como él hace que lo parezca.
Le brinda a sus serpentineros abridores la oportunidad de completar una faena extraordinaria, siempre y cuando no se ponga en riesgo la meta propuesta: ganar.
Edwin Rodríguez prueba a cada paso, en cada juego, que retenerlo como dirigente para la temporada del 2011 ha sido, más que un acierto, cómo sacarse la lotería para los Marlins de la Florida.
No crea usted, empero, que ser un manager de las Grandes Ligas es una tarea sencilla para este humilde hombre de béisbol de la Isla del Encanto. Por lo menos él no lo ve de esa manera.
“Creo que soy mejor actor que dirigente, porque no es así de fácil”, admitió Rodríguez a una pregunta de Béisbol por Gotas.
“La parte más fácil de todo este trabajo es el juego”, expresó el nativo de Ponce, Puerto Rico, en la primera visita de sus Marlins a la Bahía norcaliforniana en el 2011. “A las 7:00 de la noche, allí es donde me siento a relajarme con todo lo que pasa. Antes del juego es la parte difícil. Es la parte donde se necesita poner todo el empeño de un dirigente”.
A los Marlins les fue muy bien en la serie frente a los Gigantes, porque la novena de la Capital del Sol se apuntó la primera barrida de su historia en San Francisco desde 1995, cuando todavía se jugaba pelota en el Clandestick Park.
Rodríguez y sus peces sonreían por fuera, pero por dentro había preocupación por no saberse cuando se produciría el retorno a la lomita de su pitcher de cabecera, Josh Johnson. En momentos como ése es donde un piloto debe saber barajar sus piezas para sacarles su máximo rendimiento.
“Hay que mantener la comunicación abierta con los coaches, los jugadores, la oficina”, analizó Rodríguez. “Hay que mantener el ánimo del equipo.
“Esa fue una noticia que afectó emocionalmente a todos”, rememoró Rodríguez. “El as, el número uno, iba a estar fuera de lo que estamos tratando de hacer aquí”.
En instantes así se necesita que los demás peloteros den un paso extra para sacar la cara por el plantel. Y por supuesto requieren estar física y mentalmente preparados para hacer el grado siempre, pero muy especialmente en esos momentos tan duros.
“Muy curiosamente, ese mismo día, [el puertorriqueño] Javier Vázquez, que había estado tambaleante en sus salidas anteriores, tiró un juegazo y le ganamos a uno de los mejores equipos de la Liga Americana, los Rays de Tampa Bay”, dijo con satisfacción Rodríguez. “En vez de decaerse el equipo, lo que pasó fue que todo el mundo salió con más ansias de ganar”.
Ese espíritu batallador que reina entre los Marlins mantiene a la divisa del amable piloto puertorriqueño en la candela por el primer puesto de la bien difícil División Este de la Liga Nacional, en la que los Filis de Filadelfia asoman como un hueso duro de roer. De hecho, los floridanos salieron airosos en 30 de sus primeros 51 cotejos del 2011.
Y Rodríguez está bien orgulloso de sus peloteros.
“Me da una satisfacción grande porque tenemos un equipo joven y talentoso y por la energía que ha demostrado este conjunto todos los días”, afirmó Rodríguez, quien cuenta con 50 años de edad. Tienen [los Marlins] ganas de ganar, confianza de que pueden triunfar en cualquier noche. Esas con las características de un buen equipo.
Un buen piloto tiene mucho que ver en todo esto. Donde en otras novenas puede haber discordia, entre los peces hay armonía.
Ya el cubano Fredi González venía haciendo un excelente trabajo en el timón cuando fue despedido inexplicablemente. Rodríguez vino desde las ligas menores el 23 de junio del 2010 para lo que lucía en como una asignación temporal, pero el boricua registró marca de 46-46 en 92 en los meses finales de la campaña.
Y aunque los Marlins barajaron los nombres de varios candidatos, entre ellos el del ex manager Bobby Valentine, el alto mando le dio un nuevo voto de confianza a Rodríguez.
“Obviamente fue una satisfacción bien grande cuando el propietario del equipo, Jeffrey Loria, me llamó a su oficina en la primera semana de noviembre [2010] para ofrecerme el trabajo”, recordó el latinoamericano que en sus días como pelotero defendió la segunda y la tercera base y el shortstop con los Yankees de Nueva York y los Padres de San Diego desde 1982 hasta 1985.
Para el momento de ascender a los Marlins en el 2010 era el piloto de la sucursal AAA de la organización en Nueva Orleans. Entre sus créditos como instructor en ligas menores estuvo el de ser coach de bateo del entonces promisorio venezolano Miguel Cabrera, otrora baluarte de los peces y actualmente uno de los artilleros más temibles de las Grandes Ligas al servicio de los Tigres de Detroit.
Su objetivo, empero, siempre estuvo en la gran carpa.
“Quería dirigir en las Grandes Ligas y estaba seguro de que podía hacer el trabajo”, manifestó Rodríguez, primer y único puertorriqueño que ha sido capataz de una franquicia en la meca de la pelota. “Estaba y estoy consciente de que tenemos buen material, joven y talentoso. Los Marlins van a dar de qué hablar por muchos años y yo quería ser parte de este desarrollo”.
Tanto potencial tienen los peces, que su dirigente hasta los compara con el escuadrón de los Gigantes que ganaron la Serie Mundial del 2010.
“Al igual que San Francisco, los Marlins tienen brazos poderosos y tienen juventud”, indicó Rodríguez. “No solamente se puede contar con ellos para este año sino que se espera que estén mejorando y mejorando a través de los años, al igual que los Gigantes”.
Por supuesto, Rodríguez tiene la responsabilidad tanto de contribuir al progreso de esos promisorios lanzadores, como de ser parte en la madurez de titulares en proceso de formación como el primera base Gaby Sánchez y los jardineros Mike Stanton y Logan Morrison, quienes junto al paracorto dominicano Hanley Ramírez son el núcleo de lo que pudiera ser un trabuco.
Y si los Marlins mantienen su ritmo ganador inaugurarán su nuevo parque en el 2012 con bombos y platillos, con calidad dentro y fuera del terreno.
¿Será Rodríguez el encargado de abrir las puertas del nuevo parque techado de Miami?
“En eso todavía estamos en veremos”, respondió en medio de una amplia sonrisa.
“Es un logro de la organización, que está bien satisfecha de tener un parque nuevo”, profundizó el puertorriqueño. “No solamente va a ayudar a toda el área de Miami, sino que diría que va a ser la puerta de enlace con toda Latinoamérica. Eventualmente, los fanáticos de Venezuela, República Dominicana, Panamá, toda Latinoamérica, se van a empezar a identificar con el equipo”.
Y Rodríguez puede ser el hombre que abra ese portón hacia un sonriente porvenir. Se lo está ganando por su tremenda faena como dirigente de la novena del Sur de la Florida.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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