INDIGNADOS PERO ORGANIZADOS

VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
PERIODISTA

África y Europa se dieron cuenta que, para reclamar derechos o protestar contra lo inicuo, no son necesarias las organizaciones políticas. El ciudadano se da cuenta que no tiene por qué ser obediente a las razones políticas que pretenden imponer las diferentes organizaciones. Razones que se convierten en agresión, atadura o sometimiento y han realizado que pueden romper el vínculo opresor con la protesta.
En Venezuela hemos tenido epilépticas pruebas de ellos, pero han sido eso, esporádicas, y les ha faltado consecuencia y constancia.
Aquel 11 de abril ocurrió la concentración más numerosa jamás reunida en el país, que en el tiempo se ha difuminado convirtiéndose en vago recuerdo, nos preguntamos ¿Cómo y porqué sucedió aquella gigantesca reunión de ciudadanos?
Hoy, cuando nos arrancan sin anestesia nuestra propiedad, en momentos que se mueren quienes participan en huelgas de hambre, cuando nuestras cárceles son los infiernos más terribles del inframundo al que pertenecemos, cuando es evidente el ahorcamiento hasta la asfixia letal de la Educación y de la Autonomía Universitaria, aquellas protestas se perdieron en el horizonte de la memoria.
Las manifestaciones de Europa, llamadas las concentraciones de “Los Indignados”, los hechos de África, de orígenes distintos, reprimidos con saña, todos tienen un común denominador y no es otro que el romper con la rutina sobre la que se desplaza la sociedad, como si se deslizara con placidez por un “palo encebado”, o cuando nos sostenemos sobre mentiras, las falsas promesas de los discursos de la imposibilidad de alternativas.
África y Europa protestan contra los poderes, político, religioso, mediático y económico, convertidos en guardianes de sus propios privilegios, han surgidos los Indignados.
Los Indignados nos asombran, porque han demostrado, además, estar organizados.