JOSÉ ANTONIO PÁEZ, EL ÚLTIMO LIBERTADOR

VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ

Fue un genio de la guerra de guerrillas, y José Antonio Páez lo demostró en los campos de batalla y no hablando pendejadas rodeado de anuillos de guardaespaldas cubanos. Lo hizo con el pecho desnudo, al frente de sus hombres, siendo siempre el primero en la pelea como lo fue en Mucuritas, Vuelvan Caras, Carabobo y todas las gestas que llenan de gloria los capítulos heroicos de la Historia Militar de Venezuela. Fue un llanero recio, sencillo y un caballero. Páez fue autodidacta, capaz de componer música académica, intrepretar a Otelo, y dominar el inglés y el francés al punto de hacer traducciones al español. Superó el canturrear coplas de ordeño y jamás necesitó demostrar su amor por Venezuela, porque sus gestos fueron suficientes.

Fuera del casmpo de batalla, el general José Antonio Páez organizaba “fandangos” (joropos con múltiples voces y más de dos arpas) y destacando en el contrapunteo con su voz de barítono. Convirtió su casa en Valencia, en Casa de la Cultura y llegó a interpretar el Otelo de Shakespeare, junto a Carlos Soublette, otro patriota y presidente de la república.

Este Centauro de los Llanos, a quien un sátrapa de Barinas intenta arrinconar en la historia, fue también alumno de Codazzi, de quien aprenció botánica como para crear un tipo de de rosal cuya flor lleva su nombre, la Rosa Páez.

Tan grande fue este personaje en su dimensión militar, cultural y humana que recibió honores de estado al codearse con Napoleón III, el Rey Luis II de Baviera, el general Ulises Grant y Antonio López de Santa Ana, no con los ramplones sátrapas como Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Kirschner o Manuel Marulanda
Páez fue el caudillocaudillo que junto al Libertador Simón Bolívar nos diola independencia de España, enseñó a respetar el gentilicio al separnos de la Gran Colombia, y su ejemplo en la superación de la ignorancia propia, y el cultivo de nuestras virtudes.