Diario de Los Andes
El lunes en la noche, el conocido y respetado crítico de arte trujillano William Aranguren dejó de respirar, sucumbió ante una pancreatitis que poco a poco fue minando la vida de sus órganos. Ayer, sus amigos y familiares lamentaban su muerte y recordaban la fecunda obra intelectual y artística que le dejó al país
(Cortesía del Informador/Adriana Cuicas).- Hacía 26 años que "Willy" como le decían sus amigos había llegado al estado Lara. El Museo de Barquisimeto fue una de las primeras casas que abrigó su trabajo siendo él uno de los miembros fundadores de la institución, y del departamento de documentación y registro del mismo recinto.
Aunque Aranguren era bibliotecólogo se destacó como crítico de arte, siendo uno de los integrantes de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (Aica) y también brilló como intelectual: publicó 14 libros y dejó La historia de arte larense, su último texto. El libro está concluido y será enviado a imprenta por sus familiares.
Desde junio del año pasado el señor Willy se enfermó de cálculos en la vesícula, contó una de sus dos hijas: Rocío, quien recuerda que su padre era amante de sus mascotas. "Era un padre excelente, siempre me invitó a hacer lo que realmente me apasionaba. Hace dos días fue mi primer día de clases en la licenciatura de Diseño de la Alimentación en la Uney", dijo Rocío, quien pese a ser un momento difícil en su vida se mantenía serena.
Cuatro meses antes Aranguren había terminado su doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Fermín Toro. "Siempre estaba preocupado por la investigación y le encantaba escribir, teníamos que rogarle para que nos prestara la computadora", recuerda su esposa Ana Vale de Aranguren quien agradece "al millón de amigos" que siempre estuvieron pendientes de su esposo, de su salud y se ofrecieron incluso a donar sus órganos.
"No nos faltó ayuda", contó la señora Ana quien recordó que su esposo cayó en cama el primer martes de este mes y estuvo hospitalizado en la Policlínica de Cabudare hasta el pasado jueves; luego estuvo internado en el Hospital Central Antonio María Pineda en donde le hicieron una diálisis el lunes en la mañana y esa misma noche falleció.
Con lágrimas en los ojos la señora Ana veía que su esposo (a quien conoció en el bachillerato y con quien estudió en la Universidad de Los Andes -él Bibliotecología y ella Educación Inicial- y con quien también se fue a estudiar en Estados Unidos la beca Gran Mariscal de Ayacucho), había dejado un gran legado a la ciudad. Este pensamiento era también con aquellos que esperaban fuera de las salas velatorias de la funeraria El Cristo donde estará su cuerpo hasta hoy bien temprano. A las 08:00 a.m. será cremado en el Cementerio Metropolitano.
"Todos los artistas de esta cuidad le debemos algo a Willy Aranguren", dijo el profesor de la Licenciatura en Arte de la UCLA Benigno González. "Yo personalmente le debo mucho, le agradezco su preocupación e interés en el desarrollo de las artes en el estado", dijo Francisco León , director de la Escuela de Artes Martín Tovar y Tovar. Benigno, por su parte dice que Aranguren fue un venezolano universal.
En la entrada de la funeraria estaba desde temprano el artista plástico Adelis González Campos, quien lamentó la pérdida de su compadre a quien conoció en 1985 cuando empezaba a gestarse ese sueño que se convirtió en el Museo de Barquisimeto.
A su lado Miriam Robles, también miembro de la Fundación Museo de Barquisimeto, quien además de sentirse triste por la muerte de su amigo Aranguren, implora porque el museo de la ciudad vuelva a tomar un buen rumbo, el que tenía cuando Willy trabajó en él.
El legado de un hombre brillante
En el espíritu de la ciudad estará la obra de Willy Aranguren quien ayudó a brillar a cientos de artistas de la región y luchó porque fueran abiertos espacios y galerías de la ciudad. Al partir deja una profunda huella en la escena cultural del país, que además de un centenar de amigos, dejó una palabra amable, orientación oportuna y con camino abierto para los artistas de Lara que también fue su casa.
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