Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 14 de junio de 2011

BEISBOL por GOTAS:Sobrevivir a lesiones, reto clave para un campeón


Bruce Bochy se siente bien orgulloso del
rendimiento de sus Gigantes en el 2011


Manolo Hernández Douen
www.beisbolporgotas.com

Lista de los inhabilitados
es quizás la frase más odiada del vocabulario beisbolero.
Ninguna novena se salva de la agonía de perder peloteros clave para su funcionamiento. Ni siquiera los campeones reinantes. Los Gigantes de San Francisco iniciaron la segunda semana de junio aferrados a la cima de la División Oeste de la Liga Nacional, no sin antes sufrir la gota gorda debido a lesiones a granel.
La más reciente es la padecida por el segunda base Freddy Sánchez, quien se dislocó el hombro derecho al tirarse de cabeza para detener un roletazo candente que iba hacia el jardín central en la reciente serie de cuatro juegos frente a los Rojos de Cincinnati en el AT&T Park.
Tan grave es la lesión de Sánchez que es muy probable que tenga que someterse a una operación que ponga fin a su temporada del 2011, aunque lo mantendrán bajo observación por un par de semanas a ver si responde satisfactoriamente al respectivo tratamiento.
Sánchez era uno de los peloteros más rendidores de la novena del dirigente Bruce Bochy al punto de ser alineado en el tercer turno.
Sin embargo, la lesión más significativa ha sido la del receptor Buster Posey, Novato del Año de la Liga Nacional en el 2010.
Posey sufrió la fractura del peroné izquierdo así como el desgarre de tres ligamentos en el área del tobillo, después de un encontronazo en el plato con el jardinero Scott Cousins, de los Marlins de la Florida, y se perderá el resto del 2011.
“Me da dolor por estos muchachos”, admitió el ex receptor Bochy. “Me molesta que tengamos [tantas] lesiones grandes”.
Sánchez y Posey no han sido los únicos Gigantes noqueados por las lesiones.
El jardinero Cody Ross, Más Valioso de la Serie de Campeonato del 2010, ni siquiera pudo comenzar la temporada al sufrir de un esguince en la pantorrilla derecha.
El boricua Andrés Torres, jardinero central, primer bate y catalizador del ataque de los de naranja y negro a la hora buena en el 2010, vio los toros desde la barrera por lesión en el Talón de Aquiles izquierdo.
El tercera base venezolano Pablo Sandoval, quien en el primer cuarto de la campaña aportó una chispa vibrante al equipo luego de trabajar duro para rebajar considerablemente de peso entre temporadas, se perdió alrededor de mes y medio por una fractura de un hueso en la palma de la mano derecha que lo llevó al quirófano.
Sumados Ross, Torres y Sandoval a Posey y Sánchez, ya van cinco titulares de los Gigantes perdidos a manos de la temida lista de los inhabilitados en un poquito más de dos meses.
De paso, suplentes con los que cuenta en grado sumo el plantel de Bochy, como los versátiles jugadores de cuadro Mark DeRosa y Mike Fontenot y el veloz jardinero Darren Ford, y hasta el primera base del futuro, Brandon Belt, siguen fuera del conjunto debido a lesiones.
Por si fuera poco, Santiago Casilla, relevista clave en el 2010, también estuvo fuera de acción y el veterano abridor Barry Zito sabe por primera vez lo que es permanecer inhabilitado.
“Estamos aquí por el pitcheo”, aseguró el primera base Aubrey Huff. “Si hubiéramos bateado aunque fuera un poquito, tuviéramos una ventaja de cómo 10 juegos sobre los Diamondbacks de Arizona”.
A veces las lesiones pueden ser superadas con los peloteros provenientes de la propia organización, si es lo suficientemente profunda para ello.
Cuando se lesionó Sandoval, los Gigantes subieron prematuramente al promisorio paracorto Brandon Crawford, quien ha sido una revelación ejecutando las jugadas de rutina, brillando con engarces espectaculares y conectando batazos productivos.
Manny Burriss, un joven de ascendencia dominicana cuyo ascenso en temporadas previas fue frenado a su vez por el fantasma de las lesiones, ha aportado su eficiencia para defender con seguridad las posiciones del medio del diamante.
Ryan Vogelsong ha brillado como abridor de emergencia y los Gigantes saben que cuentan con una apertura sólida de este pitcher derecho cada vez que se sube a la lomita.
En otras ocasiones, empero, es necesario adentrarse un poquito más adentro del bosque en busca de ayuda. Los Gigantes firmaron al veterano jugador de cuadro y jardinero Bill Hall para reforzar su banco, y obviamente van a necesitar apoyo también en la receptoría.
Por supuesto, nadie va a llorar en el resto del planeta por el equipo que sorprendió a tirios y troyanos al capturar la primera Serie Mundial en más de medio siglo en la Bahía.
Simple y llanamente porque las lesiones constituyen un factor tan o más importante que el rendimiento de bateadores, lanzadores o estafadores de base. Mantenerse saludable es tan primordial como contar con los peloteros indispensables para ganar.
Si bien es cierto que estos percances pueden contribuir al bajón de un equipo, la voluntad del resto del plantel para sacar la cara por los caídos ha sido, en el caso de los Gigantes, como un motivo extra de inspiración.
“Creo que nos ha unido más”, consideró el jardinero Nate Schierholtz, uno de los suplentes que ha elevado su nivel de juego tanto a la defensiva como a la ofensiva. “Nos han pasado algunas cosas desafortunadas, pero [una vez superadas] vamos a ser un mejor equipo”.
¿Qué significa salir avante pese a un maremoto de lesiones?
“Significa que vamos a pelear [siempre]”, analizó el abridor puertorriqueño Jonathan Sánchez. “Hemos venido ganando con la ayuda de los peloteros del banco y lo hemos hecho también con los jugadores que vienen de las ligas menores”.
Algunos equipos pueden ganar pese a sufrir un vendaval de lesiones, como los Filis de Filadelfia al conquistar el título de la División Este de la Liga Nacional en el 2010, pese a perder todo su cuadro y hasta al receptor panameño Carlos Ruiz en algún que otro momento de la campaña.
Ciertos conjuntos quedan tan noqueados que necesitan de más de una temporada para recuperarse. Es el caso de los casi siempre contendores Angelinos de Los Angeles de Anaheim, que vieron descender su nivel de competencia en el 2010 al sufrir la baja del poderoso Kendrys Morales y les ha costado levantar vuelo en el 2011 al poner todas sus esperanzas en una recuperación infructuosa del cubano.
El secreto para ganar no siempre está en el talento, sino en la salud. La marca de un campeón es saber sobrevivir a sus propios percances.
Y los propios campeones reinantes de la pelota saben que necesitarán transitar exitosamente la ruta del sufrimiento físico si aspiran a ir de nuevo a la postemporada.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.

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