Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 22 de mayo de 2011

Lo que no sabremos… al menos por ahora

© Carlos M. Montenegro



Lo de Walid Makled era de esperarse: desde el momento en que cayó en manos de los colombianos da la sensación de que en las más altas esferas del gobierno no deben de haber pegado ojo, especialmente desde que se difundió lo dicho por parte del ya famoso “comerciante”, que regenta o regentaba uno de los negocios más prósperos que existen para hacerse milmillonario en poco tiempo: el de las drogas, y especialmente la cocaína. Todo este asunto de momento, con el fin de tener mucho cuidado y no entrar en un jardín peligroso, deberá ser tratado con el aforismo legal de “presunto”, mientras el caso y la cosa anden bajo instancias judiciales.
Una vez aclarado esto, como en este país cualquiera puede pensar lo que quiera, eso sí, hasta nuevo aviso, para los ciudadanos de a pie – la mayoría – que mantenemos habitualmente lo de la política bajo sospecha, es inevitable al observar desde cierta distancia los acontecimientos ver indicios que llevan, aunque sea de manera personal, a presuponer lo que enuncia este respetuoso escrito; tengo la convicción de que a muchos, más doctos, les parecerá una perogrullada y a otros un anatema inaceptable. Espero que acepten estas reflexiones escritas sin acritud.
Los elementos que van entrando en juego en esta historia, pudieran servir perfectamente para construir el guión de un estupendo “thriller” que en castellano significa: historia excitante, que en libro, teatro o película envuelve política, crimen, misterio y espionaje. Es una verdad indiscutida, que la realidad, supera frecuentemente a la ficción, pues bien, creo que este es un estupendo ejemplo. Veamos los datos objetivos:
1-Desde que las autoridades del hermano país informaron que habían detenido a este personaje, toda la maquinaria diplomática y legal venezolana se movió con envidiable prontitud, especialmente cuando se difundió su confesión de que era el autor de lo que se le acusaba y más cosas, hablando hasta por los codos.
2- Tamaña presteza sólo se suele ver cuando el detenido pertenece al bando político opositor al gobierno, y a partir de ahí lanzan la andanada que suele conducir a las inhabilitaciones convenientes, acompañadas con frecuencia con su ñapa de detenciones preventivas “sine die”. Pero sorprendentemente no ha sido así.
3- Hasta el mismísimo jefe de gobierno ordenó categóricamente desde su púlpito favorito, la tele, que había que traer ipso facto a ese narco, criminal y asesino para juzgarlo y caerle con todo el peso de la ley. Qué bueno, pensamos los ingenuos, ya era hora.
4- Acto seguido se fueron desgranando todas sus iniquidades, pero el narco-tenor también dijo que para levantar en tan pocos años un imperio como el suyo, (que no viene a cuento detallar por archi repetido), “obviamente no lo pude hacer sólo” (sic) aseguró. Suena lógico, ya que entre otras cosas, solía exportar toneladas de cocaína en aviones propios, que a veces salían por Maiquetía sin mayor contratiempo desde la rampa militar, la misma que usa con frecuencia el Presidente de la República, entre otros.
5- De los nombres que citó, resulta que todos, de una forma u otra, están o estuvieron vinculados con el gobierno: militares de alto rango y civiles con importantes cargos. Obviamente falta averiguar si todo eso es verdad, o es sólo una manera de querer cubrirse las espaldas con amenazas para comprar silencio, cosa que a estas alturas ese silencio implicaría demasiado ruido.
6- En la vista preliminar ante un tribunal formado a toda prisa, donde la fiscalía piensa acusarlo entre otras cosas de dos asesinatos (uno de ellos el de un hacendado vecino, con quien compartía pista de aterrizaje y que fue a denunciar que ciertos vuelos sospechosos nocturnos no eran suyos), pudiera parecer que el asunto se liquidó, “liquidando” al soplón, al más puro estilo de la mafia. Además, los supuestos sicarios que llevaron a cabo la gestión, y que están también presos, se dice que “presuntamente”, eso sí, trabajaban para Makled hacía tiempo.
7- También es acusado de lavado de dinero, de asociación para delinquir, de narcotráfico y de unas cuantas más que él ya confesó en Colombia.
8- En el discurso oficial se hace abundante uso de todo eso, pero sorprende que se hable poco o nada de investigar al puñado de presuntos cómplices que también mencionó en su célebre cantata colombiana. La manifiesta importancia de los personajes citados, significa una autentica bomba de tiempo para el gobierno, que si explota, es cualquier cosa menos conveniente para el bando oficialista, en vísperas de dos elecciones importantes: la de Septiembre de Gobernaciones y Alcaldías y las presidenciales de 2012.
9- Como se ha visto, cualquier petición del presidente Santos como extradiciones o lo que sea, ha sido atendida con diligencia, como la del señor que aterrizó en Maiquetía y horas después fue extraditado a Colombia, saltándose de paso unas cuantas reglas, con la probable intención de que el presidente colombiano se apresurara en firmar los trámites de venida del narco cantante, cosa que así fue, con lo cual el habilidoso Santos se quitó de encima una papa caliente. Queda por ver si los requisitos y garantías exigidos en el acta de extradición, y aceptados por nuestro gobierno, se cumplen a cabalidad.
10- Todo hace pensar que pueden suceder dos cosas: por un lado que el juicio sea “exhaustivo”, y transparente como desde el oficialismo se asegura y que es de desear, o que se tomen nuestros tribunales su tiempo – saben cómo hacerlo – y habrá cosas que no nos informarán, como lo de los ya mencionados personajes, al menos por ahora.
Así que repartan cartas, y hagan juego señores.
carlosmmontenegro@gmail.com

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