Blog de Víctor José López /Periodista

viernes, 24 de septiembre de 2010

Fernando Savater, la Ética y el Alcalde de Tovar


de la ética y de la Libertad de los seres humanos

VICTOR JOSE LOPEZ


Haberse atrevido en un país como éste, ya es de mucho mérito para un Alcalde, y es lo que hay que reconocerle a Lizandro Iván Morales, burgomaestre de Tovar, por haber decretado en la Sultana del Mocoties la Fiesta de los Toros parte integrante del Patrimonio Cultural Inmaterial del pueblo tovarense. Tradición, la de las corridas de toros en Tovar, con más de 167 años de antigüedad. Lo contrario lo ocurrido en Vargas, donde un general no supo cómo defender al pueblo y lo dejó "alborotado como novia", cuando entre Elías Jaua, Gabriela del Mar Ramírez y García Carneiro impusieron la voluntad de unos fanáticos que alegan representar grupos internacionales. Sí, así de sencillo impidieron la celebración de las corridas de toros en el Litoral.Con la ayuda tácida de los toreros que cobraron y se fueron, y la empresa con sus testaferros que hizo como el avestruz. Nadie supo de una orden, de una Ley, de nada, sino que entregaron la plaza sin importarle un pepino la tradición, la historia, la identidad nacional.
Hoy en Tovar la nacionalidad ha sido reivindicada.
Valga la situación y en especial la oportunidad para recurrir a Fernando Savater. Vasco, y para más señas donostiarra. Savater presentó la semana pasada un libro en defensa de la ética y de la Libertad de los seres humanos. Sería saludable que la Defensora del Pueblo supiera de qué se trata eso de "seres humanos". La prohibición es, para Savater , "un recorte de libertad moral", por que las Asambleas Nacionales no están para resolver cuestiones morales, están para establecer marcos legales en los que caben distintas posturas. En el caso de Los Toros la legislación pudiera ser restrictiva, más no prohibitiva. Se condena una de las morales en nombre de otra. Savater observa considerar la tauromaquia como "una expresión eterna, algo que rebaja una fiesta de interés universal. Otro asunto es que hay muchos taurinos que la ponen en peligro. Si este debate se aprovechara bien, podría servir para regenerarla. El símbolo de la corrida era de poder a poder cuando el toro bravo era una instancia temible. Hoy parece una vaca cabreada. Lo que no puede ser es bajar cada vez más el nivel, la degradación del trapío y la casta. Pero la fiesta no tiene que defenderse. Es quien quiere suprimirla el que debe demostrar las razones para hacerlo.
Si bien admite en su nuevo libro la crueldad que lleva aparejada la lidia, Savater asegura que "no se trata de un fin en la tauromaquia", a la que atribuye "innegables valores artísticos". Para este pensador, "el aficionado que va a la plaza quiere ver una buena media verónica, no la sangre".
Tauroética, que así se tiyula el nuevo libro del escritor y filósofo vasco, no pretende salir en defensa de las corridas de toros, "Pero sí en defensa de la ética ... la ética no dice en la tradición occidental que los animales y los hombres deben tener los mismos miramientos. "

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