y hay que hacele caso
VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Fue la frase más famosa de Eduardo Fernández, “El pueblo está bravo”, medular en aquel discurso de “El tigre”, mensaje premonitorio de acontecimientos que más tarde llevaron a Venezuela a situaciones violentas.
Y que el pueblo está bravo, muy caliente, pudimos constatar la noche del martes en el parque de Los Chaguaramos, el Estadio de Beisbol de la Ciudad Universitaria.
Gran parte del público, tano de gradas como de la tribuna protestó como protesta cuando un umpire comete un yerro. Con ruido, con pitos y abucheos. La protesta que surgió cuando se supo que al juego de pelota se le pondría un límite horario. Se limitaría debido al régimen de racionamiento energético, impuesto por el gobierno nacional.
Disgusto manifestado en las postrimerías del juego, con el ya tradicional coro de “Este gobierno va a caer, va a caer…” que en los últimos años se ha convertido en una especie de catarsis a la que recurren los venezolanos en los espectáculos públicos.
Lo del beisbol el martes, imaginamos, se debe a que todos, Liga de Beisbol, gerentes de los equipos, público en general, periodistas, nos agarró de sorpresa.
Sabíamos, aunque para este tipo de noticias Chávez no encadene al país, a pesar de ser información mucho más importante que la de regalarle un morral a una viejita, sabíamos que comenzaría un régimen de racionamiento. Lo que se ignoraba era que se le pondría un límite horario al juego de pelota.
La sorpresa, como lo demostró la reacción del público, no fue grata.
Es que el pueblo está bravo.
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