Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 20 de diciembre de 2009

MURIÓ JESÚS RODRÍGUEZ

El fotógrafo del detalle taurino




Palomo, El Viti, El Chato, Capea y Andrés Vásquez

El fotógrafo Jesús Rodríguez, que plasmó como
pocos el detalle taurino, murió en Madrid, octogenario, cuando
todavía, y a pesar de su delicado estado de salud en los últimos años,
seguía en la brecha "con aportaciones menores", como confesó a EFE
hace apenas una semana.
Amigo de lo sencillo y poco dado a la notoriedad, Jesús -en el mundo
del toro se le conocía sólo por su nombre, sin necesidad del apellido-
fue prudente, sabio y generoso, para estar en el sitio justo de la
instantánea y manejar los grises de la obra, que en muchas ocasiones,
como pensaba hacer en su último trabajo, regalaría "por amor al arte".
Así, la última contribución de Jesús a lo taurino a través de la
fotografía iban a ser cuatro instantáneas de Enrique Ponce rescatadas
de su ingente archivo, para la exposición del "Año Ponce" que proyecta
la Diputación de Valencia para 2010 con ocasión del veinte aniversario
de su alternativa.
Y antes, en septiembre pasado, su penúltima muestra de arte y
generosidad con otra donación a la exposición "Paquirri, siempre en la
memoria", que llevó a cabo la Comunidad de Madrid en Las Ventas para
recordar al malogrado diestro un cuarto de siglo después de su muerte
en el ruedo de la plaza de Pozoblanco (Córdoba).
Este trabajo de reedición, que como él decía "no obliga ya a estar
detrás de la cámara, pero ayuda mucho a sentir y disfrutar la
actividad", venía a ser en cierto modo una oportunidad para reconocer
y agradecer a los toreros su aportación clave al desarrollo del
espectáculo taurino.
Porque Jesús, que presumía de "una relación perfecta con la mayoría de
los toreros", vivió con ellos "momentos que ni pagando una fortuna se
consiguen". Y todo porque, según sus palabras en el homenaje que
recibió en mayo de 2008 con ocasión de exponer una antología de su
obra, en la Sala Cultural Antonio Bienvenida de Las Ventas, "siempre
hay 'insensatos' que se ponen delante de un toro. Esa es nuestra
suerte".
También él en su juventud intentó la aventura de ser torero, y se hizo
fotógrafo para estar vinculado al mundo del toro. Gracias a la cámara,
solía decir, estuvo tantas veces en las principales plazas de España y
de América.
Supo fotografiar el yo de cada torero, el gesto o movimiento que
caracterizó el lado más artístico de cada uno. Eso fue también lo que
las figuras han valorado de su trabajo.
Luis Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez, Andrés Vázquez, Santiago
Martín "El Viti", Manuel Benítez "El Cordobés", Palomo Linares, "Niño
de la Capea", entre una legión de nombres que ya son historia, además
de muchos actuales, desde los años 60, han presumido y presumen de una
actividad tan insólita, singular y proverbial, la de torero, en la que
se combina el riesgo y la creatividad artística, gracias a muchas
instantáneas con la firma de Jesús.
Fotógrafo importante por la sensibilidad de su obra, pero también y
sobre todo por su forma de entender la vida. Una gran persona, cuyo
carácter amable y afable se reflejó también en la elocuencia de sus
silencios, en el tacto y la prudencia de sus gestos y palabras.
La capilla ardiente de sus restos mortales son velados en el tanatorio
madrileño de San Isidro, junto a la Ermita del Santo, de donde partirá
el sepelio mañana, miércoles, a las diez y media de la mañana, con
dirección a la sacramental de La Almudena. EFE

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