EL PERIODISTA es el blanco de la ira del presidente, y ya las hordas actúan obedientes al mandato de Hugo Chávez: “arrincónenlos, pulverícenlos”
¿Habrá ordenado ¡mátenlos!?
La víspera del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos 13 periodistas fueron agredidos con saña cuando trabajaban en un acto del Consejo Legislativo en Valencia. Militantes del PSUV, obedientes de Chávez, arremetieron contra reporteros, camarógrafos y fotógrafos. La paliza propinada contra nuestros colegas contó con la complicidad de los diputados oficialistas y funcionarios de la Guardia Nacional quienes no intervinieron para impedir esta agresión. El domingo, en la Plaza Bolívar de Caracas, la estudiante de periodismo y reportera gráfica de El Universal Kisai Mendoza también fue herida en la cara al ser golpeada por una botella lanzada por simpatizantes del gobierno que intentaban sabotear el acto de juramentación del nuevo Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma. El grupo terrorista La Piedrita atacó con bombas lacrimógenas y ha hostigado a periodistas en sus residencias. Estos malandros se han robado equipos de televisión de reporteros que cubrían protestas cívicas, hicieron una lista de periodistas y opositores calcificándolos de "objetivos militares". El CNP, seccional Distrito Capital (Roger Santodomingo) calificó estas acciones como "terrorismo de Estado”.
Estas acciones de grupos terroristas del chavismo contradicen la oferta del presidente, cuando con su discurso en el que arenga la violencia y la guerra dice garantizarle la paz a los venezolanos.
La Declaración de los Derechos Humanos de 1948 es una carta de navegación para la humanidad, sus principios dibujan la única ideología universal posible en el siglo XXI. El siglo pasado demostró que los pensamientos excluyentes que deshumanizan al adversario, al que piensa distinto, al que parece distinto, al que reza a dioses distintos han llevado al ser humano a los traumas de guerras sangrientas, masacres de minorías indefensas y la pobreza para las grandes mayorías. ¡No más!, no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario