Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 7 de febrero de 2008

Leonardo, o el toreo como faena

Última corrida de la Feria de Mérida

Leonardo, o el toreo como faena

Benítez los pasó por la piedra, mientras Rafa Rodríguez enloquecía la multitud. Muy buena corrida de Miguel Gutiérrez
Por EL VITO

Para Leonardo Benítez, mestizo venezolano, barro amasado al calor de muchas sangres, el toreo es una exigencia angustiosa de expresión. Sus pases a Regiomontano, el segundo toro del ganadero Miguel Gutiérrez en el lote del torero de La Vega, fueron un largo silencio poblado de clamores. Honda tiniebla de luz, paradoja que resuelve el hervor de las sangres encontradas que se combaten, se aman, se rechazan y se ansían.

El toreo de Benítez es sombra de luz de Venezuela, honda y densa para un sol andino radiante, sombra torturada y fresca para un sol que se desploma sobre el perfil de una patria adolorida, sombra humilde de los excluidos para la luz de la hornacina, sombra de majestad para el crepúsculo de la esperanza de libertad que cubre con sus llamas la cordillera nevada de Los Andes.

Estuvimos a milímetros de la faena perfecta. Había el caraqueño triunfado en el primero de la tarde. Las dos orejas no fueron suficientes para Leonardo tras la faena al toro descompuesto, al que su asentada bronquedad tomó poco a poco el temple y el tono que el torero le marcó con el ir y venir del acompasado engaño. No es Benítez de los toreros que bajo la enseñanza de los maestros perdieron el alma, para sustituirla con la norma. Es el caraqueño un torero impetuoso y celoso, que si conserva restos de los moldes académicos, normas indispensables para el buen toreo, ha eliminado lo superfluo, lo frío y lo anticuado.

Leonardo Benítez recibió durante el tercio de banderillas del quinto toro de la tarde, un fuerte golpe y tremenda paliza que le dejó sin sentido. Luego de eternos minutos se repuso y evidentemente disminuido fue convirtiéndose en el toreo, con absoluto dominio y emotiva expresión hasta realizar su impresionante faena con el gran toro manizaleta.

Ha adquirido un bravo calor de estío en su toreo, que no es flor, ni fruto, ni follaje, es raíz imperiosa con olor a tierra, toreo de mediodía tropical. Pura fuerza y todo luz.
Leonardo es el toreo como faena, como faena de campo es la siembra, el riego y la cosecha, porque Benítez es el toreo que sujeta y domina. Es toreo de faena.

RAFA RODRÍGUEZ: JOVEN CENTAURO
Agigantados han sido los pasos del muy joven rejoneador Rafa Rodríguez, pues con la escasa experiencia que pueden darle unas cuantas corridas en provincia, se vio mucho más puesto, seguro y torero que los invitados españoles que le acompañaron en la temporada de la Feria del Sol. No cabe duda que todo esto es el resultado de una férrea disciplina y ardiente vocación. Con el tordillo embelezó al público con la sorpresa de sus quiebros, y su montura castaña convirtió en templada muleta su cola al acariciarle el morro al toro de Gutiérrez. Farpas seguras, hermosas banderillas y certero rejón de muerte para conquistar los trofeos de una oreja en la plaza y el de la Feria del Sol entre los toreros de a caballo.

HAZ Y ENVÉS EN LA EXPRESIÓN
Tardó mucho en venir José Antonio Morante de la Puebla, y en su brevedad ante el segundo toro pellizcó el arte, joyel que anunciaba su traje de emperador, gala azabache y alelí; y de blanco y negro se tiñeron sus ganas. En el primero tiró línea, y en del hasta luego el sevillano pellizcó embarullado con la capa, y sobó el arte en sus doblones y derechazos. Mató de estocada trasera y le concedieron una oreja. Envés del artista es el valiente Barrera. También sevillano este Antonio Guerrero con espada mellada. Lo romo de su estoque le impidió cortar las orejas, pues estuvo eficaz para el tendido en sus bravíos trasteos.

FICHA DE LA CORRIDA:
Plaza de toros Monumental de Mérida, martes 5 de febrero 2005.

TOROS de Miguel Gutiérrez, de Manizales, Colombia. Terciados, en exceso el segundo de la tarde, algunos con edad y todos bravos con los caballos. De excepción por su clase el quinto, de nombre Regiomontano. Al séptimo le dieron la vuelta al ruedo. PESOS: 436, 432, 425, 440, 450,425 y 448.

LEONARDO BENÍTEZ, Limón y oro (dos orejas y dos orejas): MORANTE DE LA PUEBLA, Azabache y alelí (silencio y una oreja); ANTONIO BARRERA, Malva y oro (palmas y palmas)

INCIDENTES:
La gran faena del caraqueño Leonardo Benítez fue superior al histórico trasteo de Enrique Ponce, premiado con las dos orejas y el rabo, para los jueces del Trofeo Feria del Sol 2008 en la ciudad de Mérida.

Estos fueron los premios y sus triunfadores:

- Triunfador de feria: Enrique Ponce, por su faena al toro No. 444, 440 kilos, Vitolo, de la ganadería Rancho Grande en la segunda de feria, el 1/2/2008, al que le cortó dos orejas y un rabo.

- Mejor Faena: Leonardo Benítez, a su segundo toro, No. 285, 450 kilos, Regiomontano, de la ganadería de Ernesto Gutiérrez.
- Mejor estocada: David Fandila "El Fandi". Al toro Limador, No. 17, de 434 kilos, negro, de Rancho Grande.
- Mejor Rejoneador: Rafa Rodríguez.
- Mejor Vara: Juan José Campos, al toro No. 289, 448 kilos, Duende, negro de Ernesto Gutiérrez, y último toro de la feria.
- Mejor Ganadería: Ernesto Gutiérrez de Colombia.
- Mejor toro: Al toro Duende, No. 289, 448 kilos, negro de Ernesto Gutiérrez y último de feria.
- Toro mejor presentado: As de Copas, No. 21, de 489 kilos, cárdeno, de la ganadería de Los Marañones.
- Mejor quite de Peligro: Alí Trejo.
- Mejor Subalterno: Fabián Ramírez.

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