RAMÓN GUILLERMO AVELEDO le ha respondido a la pregunta que le hiciera el estudiante Freddy Guevara, con un libro que acaba de editar Fausto Massó. “No sé nada de esto, ¿es cierto que Pérez Jiménez lo hizo todo?” El libro está lleva por título “La 4ta República la virtud y el pecado” y es la novedad en las vitrinas de Libros Marcados, la editorial de Fausto que en dos años lleva publicados más de 35 títulos. El bautizo del libro ocurrió el jueves en Café Arábiga de Los Palos Grandes, en un desayuno que tuvo mucho sabor por el grupo de personas que nos reunimos con nuestro querido y admirado Ramón Guillermo: estuvo, por supuesto, el editor Massó, la escritora y periodista Milagros Socorro, el embajador e historiador Carrera Damas, el economista y profesor universitario Emeterio Gómez, el parlamentario social demócrata y articulista Freddy Lepage, el periodista y editor Sergio Dahbar, director de la Colección Actualidad que acaba de honrar a Jesús Sanoja Hernández con una estupenda edición de su libro Entre golpes y revoluciones; Y el sociólogo y hombre de letras, Luis Enrique Alcalá, que contribuyó con su acertado análisis crítico desmenuzando la virtud y el pecado de La 4ta República.
¿Pérez Jiménez lo hizo todo?
Massó señala la portada de libro y apuntado a la fotografía de la Represa de El Guiri que la ilustra, dice: “desde aquí se hizo todo”. La energía que desde El Gurí ha movido la nación lo ha hecho todo, porque ha habido continuidad.
Refiriéndose a los motivos que provocaron la investigación que precede al libro, Ramón Guillermo Aveledo revela que el maestro Rómulo Gallegos en su memoria ante el Congreso de la República, por supuesto antes de su derrocamiento por los militares que instauraron una dictadura, anunciaba el inicio de los trabajos para la construcción de la Autopista Caracas – La Guaira, entre otras muchas obras que más tarde serían construidas durante las administraciones de Pérez Jiménez, Betancourt, Leoni, Caldera, Carlos Andrés, Luis Herrera y hasta el propio Jaime Lusinchi. “Lo que si es notable, señala el autor, es que Venezuela no perdió ni un milímetro durante los gobiernos civiles, mientras que han sido las administraciones militares o presidente militares cuando se desmembró el territorio”.
Carrera Damas, quien recuerda en su discurso la maestría de Antoñete en los ruedos, pues sin ser estrujante logra apretar en sus acertadas frases y le saca jugo a la idea, señaló no concebir la Democracia con quietismo. Dijo que recurría a su afición gastronómica para diagnosticar que, felizmente, padecemos de “indigestión democrática” por lo que “no hay que añorar la Democracia, sino defenderla” y eso es lo que ha hecho la Iglesia y hacen los Estudiantes.
Ramón Guillermo descubre datos importantísimos en esta una de sus armas en defensa de la Democracia, como la que en tiempos de Democracia es cuando más obras públicas se han construido, cuando más viviendas se han creado, y comprueba, para responderle a Freddy Guevara no es el que más hizo y mucho menos quien lo hizo todo. “Pérez Jiménez es tema de taxistas como bandera de protesta, pero la Democracia venezolana tuvo la virtud de la continuidad y con ella creció Venezuela como nunca antes, tampoco después lo ha hecho.”
Ramón Guillermo Aveledo arranca su obra con el duro aprendizaje a La propaganda y la historia. Con acierto de intelectual desecha la cronología y se sumerge en el ensayo de la política como ciencia y tema con capítulos como La Convivencia, El progreso institucional, El cambio social, La Economía, El Petróleo, Medio Ambiente, El Mundo y nosotros donde se refiere a temas tan actuales como Estados Unidos, Colombia, integración y expansión y el muy polémico de Cuba y el ocultado de Guyana. En fin, Freddy Guevara y los Estudiantes tienen en sus manos un arma inteligente para esa defensa de la nación venezolana que se ha iniciado con un relevo generacional sin precedentes en nuestra historia, un relato, aún por contar, que me promete Fausto Massó abordar en la colección que inicia la editorial Libros Marcados sobre Venezuela para el futuro, porque el discurso de la IV República es el tema de la VI República.
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