OÍDOEN LA CHATA
Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una España implacable y redentora, España que alborea con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea.
Antonio Machado,
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GUILLERMO SHERIDAN No ignora la palabra el pueblo venezolano que comienza ¡ay! su propia noche. Triste cosa que su longitud será decidida por la exclusiva vara de medir de este breve Nerón, que se manda hacer constituciones a la medida, cuyo amor a la democracia incluye abolirla, y cuyo desprecio al fascismo implica practicarlo. Y triste, qué triste cosa que la dignidad de los mejores venezolanos poco pueda contra este retortijón con charreteras.
EN MIS DÍAS de radio en FMCenter, entre las muchas satisfacciones vividas debo destacar las cinco entrevistas que hice con el doctor Luis Herrera Campíns. Antes de mi primera conversación con el presidente, tenía la misma y muy generalizada impresión equivocada propagada por sus enemigos políticos.
Descubrí un hombre sencillo, sinceramente culto, ¡Incapaz de confundir estercolero por estercoliero! Dominó, sin estridencias ni posiciones patrioteras, el detalle y sentido de la historia verdadera. Fue un hombre muy enterado de la actividad deportiva. Venezuela le debe, aunque no se le haya reconocido, importantes momentos deportivos.
El doctor Luis Herrera fue en su juventud un destacado jugador de beisbol. Jugó con gran habilidad la primera base en aquel Barquisimeto de su formación, tierra de buen beisbol, y hay constancia que con el madero sacudía la bola a los jardines con mucha habilidad.
En una de aquellas entrevistas le pregunté su conexión con José Vicente Rangel, quien fue amigo muy cercano en los días de estudiante en el Colegio de La Salle en la capital de Lara. Quería conocer los orígenes del anti -colombianismo de Rangel, manifiesto en sus escritos y actuaciones como funcionario del régimen chavista. Luis Herrera me contó que Rangel, hijo de un andino que llegó a tener terrible poder durante la tiranía de Juan Vicente Gómez. Vivió el exilio, que por peculado tuvo que vivir su padre en Bogotá. Como suele suceder, los niños cachacos convirtieron al venezolanito en objeto de burla, provocando hondas heridas con sus burlas, que por su conducta en la vida parece nunca cicatrizaron. De vuelta a Barquisimeto, en el Colegio de La Salle, Rangel manifestaba habilidad para la Aritmética, mientras que tenía deficiencias en Geografía e Historia de Venezuela, las materias que dominaba Herrera Campíns. Acordaron los muchachos intercambiar supervisión, Luis Herrera le dio clases de Geografía en Historia y José Vicente le entrenó en los números. Hombre llano donde los hubiera, y cuando don Rodolfo Rodriguez le agasajaba en los estudios de FMCenter, como es el estilo de este gran señor con sus invitados, solicitaba comidas muy sencillas y muy venezolanas. Un día, me contó Juan Vené, siendo presidente tuvo que viajar a Nueva York, y pidió ir a un juego de pelota en la Gran Manzana. Vené fue encargado por la Casa Militar de hacer los contactos para que el Presidente asistiera al estadio. No importaba si era el Shea Stadium o el Yankee. Eso sí, pidió que se hiciera sin importunar a nadie y como un aficionado más. Algunos años después otro presidente de Venezuela asistió al Shea Stadium, y provocó tanto ruido que hasta exigió lanzar la primera bola del partido. Antes hizo calentamientos en el bull pen, y para colmo vistió la chaqueta de Mets de Nueva York y se cubrió con la gorra del equipo de Flushing.
Luis Herrera edra un gran pancista, prefirió exaltar los valores del General José Antonio Páez antes que los del guerrillero Ché Guevara.
Hay diferencias en los estilos, ¿Verdad?
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