El pasado domingo se cumplieron 22 años del fallecimiento de Arturo Uslar Pietri, nuestro intelectual más importante del siglo XX. Destacó como intelectual, escritor, periodista, político y divulgador de la cultura a diferentes niveles. Sus programas de televisión, particularmente Valores Humanos, contribuyeron a educar a nuestro pueblo. Por su incursión en la política, muchos han intentado disminuir su aporte a Venezuela.
En la presidencia de Isaías Medina Angarita, Uslar ocupó los ministerios de Educación y de Relaciones Interiores. fundó el partido oficialista PDV. Después del derrocamiento de Medina, fue señalado de ser la eminencia gris del gobierno y de haberse opuesto a la elección presidencial mediante el voto universal. Se dijo, probablemente con fundamento, que él aspiraba ser designado a dedo por Medina. La Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Betancourt y con presencia de otros tres militantes de Acción Democrática y de un simpatizante de ese partido, lo expulsó del país. A partir de esos dos hechos, nació el señalamiento de que Uslar tenía un gran resentimiento en contra de ese partido. Algunos de sus críticos han llegado al colmo de afirmar que no fue el autor del célebre artículo Sembrar el petróleo, publicado en 1936.
En 1963, lanzó su candidatura presidencial. A pesar de su prestigio y verbo elocuente, fue derrotado por Raúl Leoni. Sin embargo, considerando la situación del país, durante dos años formó parte del gobierno de Amplia Base presidido por Leoni. Posteriormente, en 1968 apoyó la candidatura fallida de Miguel Ángel Burelli en contra de Rafael Caldera. Se alejó un tanto del activismo político, ocupando la dirección del diario El Nacional entre 1969 y 1974, contribuyendo a orientar a los ciudadanos, señalando los errores de los diferentes gobiernos. En el período presidencial de Carlos Andrés Pérez fue embajador ante la Unesco, entre 1974 y 1979. El haber apoyado durante dos años al gobierno de Leoni y haber sido embajador ante la Unesco en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez desvirtúan la vieja conseja de que tenía resentimientos en contra de Acción Democrática que lo llevaron a solicitar la renuncia de Carlos Andrés en su segundo período.
Uslar Pietri fue siempre un crítico constructivo, señalando que Venezuela no llevaba un buen rumbo. El problema es que el apasionamiento político y los ingresos petroleros han nublado nuestra percepción. Hoy, la destrucción ocasionada por el chavismo-madurismo nos inclina a pensar que las gestiones del pasado fueron excelentes. Cierto que, con algunas manchas, tuvimos libertad política, pero la mentalidad estatista ejerció un fuerte control sobre la economía, estableciendo barreras arancelarias, subsidiando sectores ineficientes, manteniendo una sobrevaluación de nuestra moneda e imponiendo control de cambios, con el consecuente aumento del clientelismo político. La crisis se paliaba cuando aumentaban los precios del petróleo, para agudizarse posteriormente, con inflación y devaluaciones, cuando se derrumbaban los precios. Aumentó la pobreza y se detuvo el ascenso social, con el consecuente aumento del descontento popular.
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