"La lucha contra la opresión debe salir del terreno ideológico, la única disyuntiva es tiranía o libertad" LEOPOLDO LÓPEZ

 

El Mundo

Leopoldo López: 

XAVIER COLÁS – VILNA (LITUANIA)

·      El líder opositor venezolano impulsa una alianza global contra las dictaduras de la mano del ajedrecista ruso Garry Kasparov y la activista iraní Masih Alinejad

Leopoldo López, líder opositor al Gobierno venezolano, se subía días atrás a un escenario en Vilna (Lituania) para abrazar a la activista iraní exiliada Masoumeh Masih Alinejad-Ghomi y al ajedrecista y opositor ruso Garry Kasparov. Fue más que un gesto. Entre el público, disidentes llegados de 40 países a la capital lituana, algunos en secreto para poder regresar sin riesgos extra a sus correspondientes autocracias, contemplaban una escena que resume el objetivo que se ha marcado el World Liberty Congress: una conjura global contra las dictaduras.

«Las autocracias se complementan, trabajan juntas, y se habla poco de ello. Protegen así el dinero sucio, su corrupción», explicaba a EL MUNDO Leopoldo López tras la clausura de las jornadas del World Liberty Congress. Es hora, decía, de contestarles de la misma manera. Cooperando. Ahora la misión es «unir y apoyar» a los movimientos de lucha por la libertad y a los disidentes más capaces de crear un «cambio político pacífico» en sus respectivos países.

En la cita, la primera de este tipo, activistas de África, Oriente Próximo, Europa, América y Asia han compartido experiencias y han propuesto líneas de actuación conjuntas para el futuro: desde cómo combatir la desinformación a nuevos recursos tecnológicos para financiar campañas opositoras. «Hemos escuchado muchas historias, pero al mismo tiempo era la misma historia», resume López.

Está convencido de que «entenderlo todo como una misma historia es un buen punto de partida para articular la lucha contra la autocracia, que no es un asunto ideológico, no tiene que ver con izquierda o derecha». Al fin y al cabo, «hasta ahora la articulación internacional ha estado en territorios ideológicos, como la internacional socialista o los liberales». Pero hoy, subraya, la disyuntiva «es democracia o tiranía, y ahí entran los conservadores, los liberales, la izquierda y la derecha». En ese marco el World Liberty Congress propugna que «las mujeres líderes jugarán un papel fundamental» y deben contar con «una plataforma para expresar sus puntos de vista y perspectivas sobre su lucha no violenta para restaurar la libertad en sus países».

López cree que el mensaje «debe calar en países de Europa y en EEUU, que deben estar juntos ante este acecho contra la democracia por parte de países como Rusia, China, Irán, Turquía o Cuba».

Todas las democracias están amenazadas, hasta las más sólidas. «Absolutamente, Europa y EEUU también están en peligro, hay un acecho a la democracia como modelo. La pérdida de un metro cuadrado a favor de la autocracia en cualquier lugar del mundo es un retroceso en Europa y EEUU».

El enemigo es la pasividad, el pensar que eso no ocurrirá aquí. «Es un error. Yo crecí en una Venezuela democrática y jamás pensé que mi país podría perder la democracia, pensé que era como el oxígeno». En aquellos años, «la libertad era un concepto teórico, poético». Hoy es algo para lo que hay que luchar. Por eso López es crítico con el Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que recientemente abogaba por que Venezuela y Nicaragua estén presentes en las discusiones con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) porque quiere «tenerles cerca». «Yo creo que la misma posición que ha tenido Borrell respecto a Rusia la esperamos nosotros con América Latina, vivimos la misma realidad de una autocracia», dice.

«De hecho», recuerda López, «en Venezuela hoy tenemos la primera crisis de emigración, por encima de Ucrania o Siria, y violaciones de derechos humanos». Por eso «es incoherente normalizar la relación con una dictadura así. Va contra la constitución de la UE».

Sabe que el enemigo es poderoso, pero cree que la unión hace la fuerza. Convirtiendo, por ejemplo, la tecnología «en una herramienta para la libertad». Pero sin caer en los mismos tics del autoritarismo. «Nadie tiene el monopolio de la voz de nuestros países, yo no soy la única voz de la oposición de Venezuela, pero ante el opresor, nuestra actitud no puede ser la de víctima».