El empresario, que ya ha sido vacunado contra el COVID-19, celebrará hoy su cumpleaños en Los Ángeles acompañado de su esposa Jerry Hall y algunos de sus hijos.
11 DE MARZO DE 2021 · 00:04
Rupert Murdoch junto a su esposa Jerry Hall en el estreno de la película de Absolutely Fabulous en Londres, en 2016. v Rupert Murdoch celebra hoy su 90º cumpleaños con una vitalidad que dista mucho de la que se atribuiría a un nonagenario. Si bien en los últimos tiempos el magnate australiano de la prensa no se ha prodigado demasiado en los medios de comunicación, lo cierto es que no ha dejado de estar ahí.
Grupo de riesgo por su avanzada edad, una de las razones para ese retiro de la vida pública ha sido la pandemia de la COVID-19, que lo ha tenido recluido en su finca de Oxfordshire, una casa del año 1700 adquirida por el magnate y su esposa Jerry Hall en 2019 que, además de grandes extensiones de terreno, cuenta con 11 dormitorios, salones, despachos, biblioteca, estudio de ballet y piscina infinita. Tantas son las comodidades que, en los últimos meses, Murdoch solo la ha abandonado en contadas ocasiones, por ejemplo, cuando a finales de 2020 acudió la cercana población de Henley para vacunarse en la consulta del médico local.
Aunque las autoridades sanitarias impidieron la presencia de medios de comunicación por motivos de seguridad, la llegada del empresario en su habitual caravana de Range Rovers no pasó desapercibida para los lugareños y, si bien no hubo declaraciones en ese momento, el departamento de prensa de Murdoch publicó posteriormente un comunicado en el que el empresario afirmaba: “Me gustaría agradecer a los trabajadores clave y al personal del NHS que han trabajado tan duro durante la pandemia, y a los increíbles científicos que han hecho posible esta vacuna. Recomiendo encarecidamente a las personas de todo el mundo que se pongan la vacuna a medida que esté disponible”.
La pandemia también le ha servido a Murdoch para no estar demasiado expuesto en las pasadas elecciones de Estados Unidos. El hombre que con sus medios de comunicación ayudó a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca predijo en octubre de 2020 que el presidente de los Estados Unidos no revalidaría el cargo. La razón que esgrimía era la mala gestión de la crisis sanitaria, pero tampoco hay que minimizar el efecto que tuvo en el ascenso de Biden que los medios de Murdoch comenzasen a ser críticos con Trump, el cual no dudó en llamar airado a su antiguo aliado para afearle que Fox News adjudicase la victoria en Arizona al candidato demócrata.
Independientemente de su mayor o menor presencia en los medios de comunicación, lo que está claro es que Murdoch no ha desatendido sus negocios en todo este tiempo. Recientemente, el Gobierno australiano aprobó una ley por la cual las plataformas como Google y Facebook deberán pagar una compensación a los medios de comunicación, la cual será pactada por las partes en cada caso concreto. Mientras que la red social de Mark Zuckerberg está estudiando si acatar la ley o dejar de prestar esos servicios en el país, Google ya ha llegado un acuerdo con Murdoch. En virtud de dicho pacto, el empresario recibirá en los próximos tres años una cantidad que no ha trascendido, pero que se estima muy elevada. Este contrato no solo supone una victoria del empresario frente a este tipo de plataformas, sino que sienta un preocupante precedente para otras empresas mediáticas, desde el momento en que Google podría negociar muy a la baja esas remuneraciones o incluso renunciar directamente a publicar esos otros contenidos. ¿La razón? La amplia oferta informativa y de ocio que le proporciona su acuerdo con Murdoch y News Corporation, la poderosa y bien engrasada empresa familiar que, no tardando mucho, deberá resolver quién sucederá al patriarca el control de la compañía.
Lazos de sangre
La familia Murdoch siempre ha despertado el interés de los medios de comunicación. Tanto es así que, hace unos días, la CNN y The New York Times anunciaron que están trabajando en una serie documental sobre la saga. Este proyecto vendría a sumarse a The Rise of the Murdoch Dynasty —serie documental de tres capítulos producida por la BBC estrenada en 2020— y a Succession, ficción de HBO cuyas similitudes con la trayectoria vital y empresarial de Murdoch no han pasado desapercibidas a los miembros del clan, por mucho que varios de ellos, como James Murdoch, hayan afirmado por activa y por pasiva que no han visto ni un capítulo.
Sea en forma de ficción o como trabajo documental, la vida de Murdoch y su familia es digna de ser contada. Nacido en Melbourne el 11 de marzo de 1931, Rupert era un joven entusiasta, amante de los deportes, afín al partido laborista y vinculado desde muy joven a los medios de comunicación, tanto por interés personal como por deseo expreso de su padre, propietario de varios periódicos y emisoras de radio en Australia. De hecho, la inesperada muerte del progenitor a consecuencia de un cáncer provocó que Rupert tuviera que abandonar sus estudios en Oxford y regresar a Australia para hacerse cargo del negocio con tan solo 21 años.
A través de la empresa familiar News Limited, Murdoch fue comprando periódicos locales a los que dotó de la impronta que le ha hecho famoso desde entonces: titulares impactantes, contenidos escandalosos y abundante información deportiva. Con esta fórmula desembarcó primero en Nueva Zelanda y, posteriormente, en Inglaterra, donde se hizo con la propiedad de News of the World, The Sun, The Times y The Sunday Times. El siguiente paso fue dar el salto a Estados Unidos y ampliar sus actividades al mundo de la televisión. Lo primero fue coser y cantar; lo segundo, no tanto.
Las leyes australianas no permitían que una misma empresa poseyera una cadena de televisión y un periódico en la misma ciudad. Lejos de renunciar a sus cabeceras, Murdoch solucionó el problema comprando la cadena por satélite Sky que, por supuesto, también podía sintonizarse en Australia. Una cosa semejante sucedía en Estados Unidos, donde las leyes no permitían a un no nacional poseer cadenas de televisión. En esa ocasión, Murdoch optó por renunciar a la nacionalidad australiana y naturalizarse estadounidense.
Ética periodística vs. cuenta de resultados
Gracias a ese talento para sortear obstáculos, el éxito empresarial del australiano/estadounidense en las últimas décadas ha sido meteórico. Además de sus medios en Reino Unido y sus más de 30 cabeceras en Australia, Murdoch es propietario de la productora 20th Century Fox, de todo su archivo —parte del cual ha sido vendido recientemente a Disney—, de la cadena televisiva Fox y del periódico económico de referencia, The Wall Street Journal. No obstante, en los últimos tiempos, el empresario ha abandonado las páginas salmón para saltar a las de información general, de tribunales y del corazón.
Además de sus cuatro matrimonios —dos de ellos con empleadas de su compañía y el último con la modelo Jerry Hall—, y sus seis hijos, Murdoch fue noticia por su falta de ética a la hora de conseguir noticias para sus medios, especialmente el tabloide inglés News of The World. Después de una serie de investigaciones realizadas por las autoridades inglesas y medios de la competencia como The Guardian, a principios de 2011 se descubrió que la cabecera dirigida por Rebekah Brooks había pagado sobornos a la policía para conseguir información y realizado escuchas telefónicas ilegales a diferentes personajes de la sociedad británica, entre los que se encontraban deportistas, actores y miembros de la Familia Real. El escándalo fue aún mayor cuando trascendió que esas escuchas también se habían realizado en los teléfonos de ciudadanos anónimos. Por ejemplo, víctimas de accidentes, de atentados terroristas, familiares de soldados fallecidos en combate y los padres de Milly Dowler, una colegiala de 13 años asesinada en 2002.
Si bien News of the World negó las acusaciones, las pruebas eran tan contundentes que Murdoch y su hijo James tuvieron que comparecer ante una comisión parlamentaria. En ella, el magnate quitó hierro al asunto, argumentando que News of the World tan solo representaba una mínima parte de todo su entramado mediático, y derivó responsabilidades diciendo que él no era responsable de todo lo que se publicaba en sus periódicos. Tan endeble explicación no resultó muy convincente y, después de un siglo y medio de existencia, News of the World echó el cierre, no sin antes publicar una página de disculpas firmada por el propio Murdoch. El siguiente paso en esa estrategia de contención de daños consistió en hacer frente a las demandas de los afectados, a sus cuantiosas indemnizaciones, y recibir en audiencia privada a los padres de Milly Dowler para expresarles personalmente su arrepentimiento.
Aunque Mark Lewis, abogado de la familia Dowler, afirmó que Murdoch parecía "impactado y contrariado por el hecho", la escena del magnate junto a la familia de la niña recuerda demasiado a una de las del capítulo 7 de la segunda temporada de Succession. En ella, Logan Roy y su hijo Kendall acuden al domicilio de la familia del camarero [atención spoiler] fallecido después de que Kendall no le prestase ayuda para salir del vehículo en el que viajaban juntos cuando este cayó a un lago. Durante la visita, es el padre el que lleva la voz cantante, hasta el punto de que el hijo se queda esperando en la cocina de la vivienda. Al salir y sin que el responsable verdadero del hecho se haya disculpado ante las víctimas, Roy le comenta a Kendall con el cinismo que le caracteriza: "pobres bastardos. Las han pasado putas […]. Así es la vida, no lo olvides. No deberíamos avergonzarnos de nuestros contenidos. Los hacemos reír. Echamos cosas decentes que no los toman por bobos. Somos buena gente, hostia". Un diálogo que, si bien forma parte de una obra de ficción, no parecería impropio de una persona acostumbrada a enfrentarse a contratiempos y salir airoso de cualquier situación por muy crítica que resulte, con tal de salvar su familia, sus millones y sus empresas.
De hecho, la mayor incógnita que surge ante el 90º cumpleaños de Murdoch es quién de todos sus hijos será capaz de dirigir News Corp. con el talento y sangre fría suficientes para enfrentar situaciones semejantes. Por el momento no hay un candidato firme y, aunque el patriarca siempre ha concebido su empresa como una estructura de tipo monárquico , lo que implica un sucesor de la misma dinastía, tampoco se descarta que, a su muerte, el emporio Murdoch pase a ser dirigido por un gestor profesional. En todo caso, no parece que esté en los planes del empresario pasar el testigo a corto plazo. Su madre vivió hasta los 103 y él no tiene intención de retirarse.
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