Tal día como hoy, en 1937, López Contreras creó la Escuela del Servicio de Seguridad, punto de partida de una Guardia Nacional muy diferente a la actual. En mi casa se hablaba con respeto de esa Guardia, ya que mi padre fue uno de los oficiales del ejército asignado en la etapa inicial en la sede de Villa Zoila. ¿Qué pensaría sobre la Guardia actual el coronel José Machado Briceño, uno de sus primeros directores, o Cecilio Marrero Suárez, capitán de la Guardia Civil española asignado como asesor? Por cierto, cuando en 1954 nuestra familia pasó por Tenerife rumbo al exilio en España, el capitán Marrero y su esposa le regalaron a mi mamá una virgen de la Candelaria.
La Guardia Nacional ha sido tradicionalmente un importante apoyo al gobierno de turno. La excepción fue en 1962 en el Carupanazo, donde el Destacamento 77 se sumó a la insurrección en la que estuvo involucrada la extrema izquierda.
Ese apoyo a los gobiernos es lógico, ya que una de sus funciones es el mantenimiento del orden público, cuando la policía es desbordada. También, por resguardar fronteras y alcabalas, sus integrantes están expuestos a ser comprados por contrabandistas, por lo cual en el pasado enjuiciaron a efectivos por corrupción.
Chacales del régimen
En un país civilizado los organismos de seguridad tienen que utilizar medidas disuasivas en contra de manifestaciones no autorizadas. Sin embargo, durante el régimen de Chávez-Maduro, efectivos de la Guardia Nacional se exceden con frecuencia, disparando balas de plomo, perdigones, bombas lacrimógenas y repartiendo peinillazos.
Estas agresiones son por lo general ante manifestaciones políticas pacíficas. Procuran ocasionar daño, lanzando las lacrimógenas delante, detrás y en medio de los manifestantes.
En otros casos delinquen por omisión, permitiendo que grupos de paramilitares rojos disparen a los ciudadanos.
Los abiertos atropellos a los derechos humanos iniciaron en 2002. Estas son algunas de las fechas clave:
11 de abril del 2002, los guardias asesinaron a tres ciudadanos.
17 de enero del 2003, el general eructo Acosta Carlés ordenó agredir a un grupo de damas en Valencia.
25 de setiembre del 2003, los chacales del Destacamento 44 agredieron en horas de la madrugada a ancianos, mujeres, niños y trabajadores petroleros en el campamento residencial de Los Semerucos, en Falcón.
27 de febrero y días sucesivos del 2004, la Guardia arremetió contra los ciudadanos en Caracas, con saldo de numerosos muertos.
1 de marzo del 2004, un pelotón de la Guardia permitió el acceso y escape de paramilitares motorizados que asesinaron en San Antonio de los Altos a José Manuel Vilas, de Gente del Petróleo y Unapetrol.
4 de marzo de ese mismo año un subteniente asesinó a Evangelina Carrizo en Machiques. El 16 de agosto permitieron el asesinato de Maritza Ron.
Entre el 12 de febrero y el 29 de mayo del 2014 fallecieron en diferentes hechos, los más por armas de fuego, 42 ciudadanos. No todos pueden achacarse a la Guardia Nacional e incluso fueron asesinados seis efectivos de ese cuerpo. Los hechos fueron confusos, ya que participaron policías, paramilitares rojos y también algunos opositores.
Está claro que guardias nacionales asesinaron a Geraldine Moreno y a José Alejandro Márquez.
Entre el 1 de abril y el 31 de julio 2017, fueron asesinados y heridos cientos de venezolanos.
Hasta el presente están señalados guardias nacionales en los asesinatos de Gruseny Calderón, Mervin Guitar Díaz, Juan Pablo Peñaloza, Eyker Rojas, Yeison Mora, Diego Arellano, Manuel Castellanos, Yormán Bervecía, Manuel Sosa, Fabián Urbina, Roberto Durán, y Rubén Morillo.
La joven Marvinia Jiménez fue golpeada en el suelo con el casco por una gorila de la Guardia.s
El pasado 25 de julio, el capitán Carlos Borregales Castellanos fue imputado, junto con cuatro guardias, por el asesinato de Carlos Chaparro, en Anzoátegui.
Además, frecuentemente aparecen en la prensa casos de oficiales y guardias acusados de contrabando, tráfico de drogas, asaltos y matraca.
Hoy día nuestra Fuerza Armada está desprestigiada por permitir las violaciones a la Constitución, abusos en el Arco Minero y permisividad con la guerrilla del ELN. El componente Guardia Nacional está incurso en numerosos casos de violaciones a los derechos humanos. Necesariamente tendrá que haber una purga para castigar a los responsables. En el caso de la Guardia, su comandante general, Fabio Zavarce, es señalado de reprimir con violencia y encubrir a los delincuentes.
Por otro lado, es justo reconocer que numerosos oficiales de la Guardia están presos, exiliados o dados de baja al no prestarse a las violaciones de los derechos humanos. Confiamos en que este otrora prestigioso cuerpo pueda ser saneado para que los ciudadanos confiemos en el mismo.
Los pioneros se deben revolcar en sus sepulcros.
Como (había) en botica
* María Corina y Ledezma no suscribieron el documento de la unidad opositora ¿No fueron invitados o siguen con la idea de montar tienda aparte? Mala señal.
* Nuestros políticos deben establecer una relación estrecha con integrantes retirados de la Fuerza Armada. El Frente Institucional Militar es una buena vía. El conversatorio con el diputado Juan Pablo Guanipa fue una buena iniciativa del coronel Antonio Guevara
* ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com Runrunes, Noticiero Digital y Digaloahi Digital 4/08/20
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