VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Su único contacto con el mundo exterior ha sido, desde hace dos años y medio, un breve espacio con características de jaula por su enrejado. Allí es donde Leopoldo López recibe visitas de familiares, íntimos o muy cercanos y, cuando están de vena los carceleros a veces sus abogados.
No le permiten a Leopoldo el ingreso de
libros, revistas o diarios. Todo el material, informativo, cultural o
recreativo es requisado y revisado en profundidad por los militares. Los alimentos
que la familia le envían al prisionero son hurgados, grano a grano, con
palillos indagatorios en la receptoría o la prevención militar. Más adelante en
el proceso requisitorio, y a un nivel de experticia más profunda, todo es
observado o impedido por el tupido tamiz sobre el que fundamenta su criterio el
juicio militar.
El
aislamiento de Leopoldo López en la cárcel de Ramo Verde es total. Es todo lo contrario
a lo que sucede con los que el régimen califica de “privados de libertad” en penales y cárceles venezolanas. Mientras
pranes de alto peligro se comunican con sus bandas en el exterior con celulares
y comunicación digital, Leopoldo no tiene acceso al Internet o a la telefonía
celular. Las llamadas por Cantv, son supervisadas y controladas. Sus
entrevistas, con abogados o familiares, grabadas en videos que supervisa el
propio Diosdado Cabello, convertido en Cabo de Presos como él mismo confesó en
su espacio Con el mazo dando en el canal del régimen, VTV.
Son aristas
visibles del pulso del poder absoluto, armado con la mentira, frente a la
verdad, la dignidad y la indoblegable voluntad del preso de conciencia.
Toda esta
parafernalia, la que rodea al prisionero más custodiado de todas las prisiones
venezolanas, es imposible poder cumplir
con los requisitos exigidos por los centros de estudios superiores requeridos
para cursar el Diplomado de Historia de
Venezuela ofrecido por la Fundación Rómulo Betancourt, gracias al concurso de universidades autónomas, como
la Universidad Central de Venezuela, la
Universidad Católica Andrés Bello y Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Sin
embargo, Leopoldo se sometió a las condiciones del claustro, tratamiento
impuesto por el régimen carcelario militar y afrontó el reto como ha enfrentado
los avatares en la vida. Reto que por parecer imposible, se convirtió en
afrenta para Leopoldo López, a la que su respuesta es un maravilloso ejemplo, un
ejemplo para una nación arrojada en el liderazgo y convertida en un caos social
por estar acorralada por la a la que la
autocracia que le ahoga e impide superar la opresión de la bota militar. Ejemplo
que sostiene la arenga “El que se cansa
pierde” invitando a Venezuela atreverse. Como él se ha atrevido.
Leopoldo se
atrevió, y es importante conocer algunos
antecedentes que contribuyeron al éxito de la experiencia. Hechos ocurridos en
el propio ergástulo, mucho antes que la tenaza de la iniquidad lo redujera a la
terrible soledad.
El entonces
coronel Valero, para aquella época Comandante del recinto de los Procesados
Militares de Ramo Verde, ordenó redujeran al preso a la tortura de confinarlo
en soledad en el cuatro piso del inhabitado edificio. Concidencialmente le
redujeron a una terrible tortura que en su día padeció Fidel Castro en el
Campamento Columbia luego del proceso por la fracasada intentona del Cuartel
Moncada. Fidel, en un carta escrita a
una amiga, cuenta que –“No puedes
imaginarte cómo devora energía esta soledad, algunas veces estoy agotado…
cuando uno está cansado de todo, no hay refugio contra el tedio … Los días
pasan como aletargados … Y siempre hago algo, invento mis propios mundos, y
pienso y pienso, pero esto es precisamente el motivo de mi agotamiento. ¡Cómo
me han hecho encoger como ser humano..!”
En declaraciones al periodista del N.Y. Times
Tad Szulc,- Fidel, A critical portrait. Grijalbo 1987- en su biografía
aprobada por el propio tirano, cuenta que estuvo 40 días en aquella cámara de
tortura que el ahora General Valero, cabo de presos en Ramo Verde ordenó para
el preso más peligroso bajo su custodia. Valero fue ascendido por Nicolás
Maduro al rango de General, en reconocimiento su perverso comportamiento.
Leopoldo
lleva más de la mitad de su cautiverio sometido a ésta insoportable tortura. –“La soledad es la tortura más eficaz para
quebrarle la voluntad al prisionero”. Se refería Fidel, a su propia soledad,
la impuesta por sus carceleros luego de ser derrotado en el Moncada cuando en
fiscal Mendieta Hechavarría le preguntó si había participado en los ataques del
Moncada y Bayamo “física o intelectualmente”, Fidel respondió, “Sí, participé!” y cuando el fiscal intentó
incriminar a los jóvenes que le acompañaron en los ataques, declaró: “Estos
jóvenes, como yo, aman la libertad de su patria. No han cometido ningún delito,
a menos que sea considerado delito desear
para nuestra patria lo mejor que haya… ¿No es esto lo que nos enseñaron en la
escuela?”.
Por
responder así castigaron a Fidel con la misma tortura que hoy castigan a
Leopoldo.
Antes de
ingresar en el túnel de la soledad y del martirio provocado, Leopoldo había recibido
de manos amigas la colección Serie
Antológica Historia Contemporánea y los cuadernos de Ideas Políticas, ambas
publicaciones del la Fundación Rómulo Betancourt. Sin armas en la mano, lleno
de voluntad y de confianza, emprendió el camino del VI Diplomado de Historia
Contemporánea de Venezuela que, como los anteriores cursos, tiene el propósito
“de contribuir a la toma de conciencia de
la dialéctica de continuidad y ruptura en la comprensión de procesos históricos
complejos y prolongados” . El programa de estudios, coordinado por el
profesor Iván Castro Delgado, estuvo referido al período republicano de 1810 a 2013, se desarrolló en 13 módulos de
156 horas docentes mediante 15 conferencias y 15 sesiones de discusión de los
períodos utilizando los documentos históricos contenidos en los 11 títulos de
la referida Serie Historia contemporánea
de Venezuela (HCV) de la FRB.
Haber hecho
contacto con este tesoro bibliográfico, igual que sus antecedentes
universitarios, fueron la piedra angular sobre la que se sostuvo el reto de
Leopoldo. Si hay un testigo de esta
epopeya intelectual es su hermana Diana Cristina López Mendoza, quien nos
cuenta en emotivo relato su orgullosa emoción
cuando conoció la notas de los exámenes de su hermano …
“ Me emociona ver las notas del
Diplomado de Historia de Venezuela. Como saben para Leopoldo, ha sido un
respiro, y una oportunidad poder realizar estos estudios desde la cárcel militar
de Ramo Verde. Como Iván, y varios de los profesores están al tanto, fue un
reto poder hacerlo en una situación tan adversa ; por ejemplo no pudo
recibir clases presenciales de los profesores ,quienes estaban dispuestos a ir
a Ramo Verde, ni pudo usar una computadora para investigar, ni
tener acceso a una bibliografía amplia ...
A pesar de las limitaciones,
Leopoldo estudio con mucho animo y disciplina todo el material del
diplomado que logre entregarle, y escribió de puño y letra, cada ensayo en un
cuaderno que nos permitieron sacar.
Recordemos que los presos en
especial los procesados tienen derecho al estudio, y por esta razón
permitido estudiar, después de muchas gestiones que hicimos.
El Diplomado significó una excepción, le permitió
a Leopoldo poder leer y escribir, algo que generalmente le prohíben. Ya que le
restringen las lecturas y los materiales para dibujar y escribir”.
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