Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 21 de abril de 2015

LAURENTZI ORIOZOLA Diario de un cazamoscas



Del abismo a las tinieblas

Viernes 17 de abril. En la primera página del diario El Carabobeño, la foto principal muestra a unas trabajadoras de ese periódico protestando en Valencia contra lo que consideran el acoso oficialista que pone en peligro sus puestos de trabajo, por el “acoso” del gobierno –redundante es verdad, pero vale, porque así es, por sobrado y feroz- contra ese periódico, fundado en 1933 por el periodista Eladio Alemán Sucre, a punto de detener sus prensas al no recibir divisas para importar papel de imprimir. Las trabajadoras de la portada llevan un cartel en el que se lee: “81 años de historia al borde del abismo”.
El mismo día, en Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, aseguró: “Es sumamente grave que los medios impresos no cuenten con papel para seguir circulando (...) Los medios tienen derecho de existir y los venezolanos de estar informados, de escuchar otras opiniones, no solo las que aparecen en los medios oficialistas”. A su lado, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón, alertó: “Hay medios, como El Carabobeño,  que están a punto de desaparecer” por la pretensión del gobierno de imponer su “hegemonía mediática” restringiendo así el derecho a la libertad de expresión. Ambos líderes de la Iglesia Católica venezolana concluyeron que “un país sin prensa libre estará sumido en las tinieblas”.
También ese viernes, la Sociedad Interamericana de Prensa -SIP- denunció: “Estamos ante una situación cada vez más caótica, los medios (en Venezuela) están cerrando y con ello las pocas esperanzas de que se mantengan como bastiones democráticos dentro del país”.
Martes 21 de abril. El importante diario El Excélsior de México, enciende las alarmas latinoamericanas al publicar en sus páginas el alerta de la Sociedad Interamericana de Prensa –SIP- “sobre el inminente cierre de cinco periódicos en Venezuela en las próximas semanas debido a que el gobierno les niega a los medios críticos las divisas para importar papel (...) Los cinco periódicos de prestigio y referencia en Venezuela que están en riesgo de paralizar su impresión si el gobierno de Nicolás Maduro insiste en impedirles el abastecimiento de papel son El Correo del Caroní (Bolívar), El Impulso (Lara), El Carabobeño; El Nacional y El Regional (Zulia)”.

Es historia manoseada y vieja. Que no por longeva y manida -o quizás por ello precisamente- deja de ser perturbadora y repugnante. Este gobierno y su engendrador, el del comandante eterno, han sido inútiles en resolver los problemas de la inseguridad, callejera, hogareña o jurídica, todas ellas juntas y algunas más. No tiene éste, ni tuvo el otro, idea de cómo se produce, pero expropia, para nada, para enterrar en la incompetencia, empresas y tierras que eran productivas en manos privadas. Este gobierno repite la misma cantinela del anterior con el “calamar” pregonero de la pulcritud administrativa pero incapaces de contener los desmanes de “chorizos” con pasaporte diplomático. Nunca han tenido ni tienen la culpa por nada de lo que ocurre para desgracia del país, siempre la responsabilidad es de otros, fantasmas inaprensibles -que incluyen, es verdad, de cuando en vez, a unos pocos “pagapeos” de la casa- como la “oligarquía criolla”, los imperialistas yanquis o el capitalismo “zarvaje”.  Solo han sido exitosos, para desgracia de los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación independientes, en cumplir con hechos lo anunciado en la perversa proclamación de la “hegemonía comunicacional”. Que lindo te quedó Izarra.
Siempre las dictaduras y los regímenes autoritarios han logrado alargar su dominio y la agonía de los pueblos sojuzgados, sometiendo a su voluntad a la prensa libre y otros medios de comunicación independientes, mediante el tenebroso, simple y brutal “método” de la “aconsejada” y obscena autocensura o, si no, “manu militari”, es decir, a carajazo limpio, que terminará con el cartelito de “cerrado” o, también, con la orden de “exprópiese”.
Ahora no. Ya no es así. Son igual de implacables, pero, con ese “qué-se-yo” tan soft. Ya no se cierran medios ni se encarcela o exilia a los periodistas y editores. Sencillamente se compran. Losunos y losotros. Hay quienes tienen “rial” para comprar, incluyendo los inmortales testaferros que siempre “están”; y hay otros, que venden. Ah, pero si no venden, llegan las amenazas, las acusaciones infames, de sañuda variedad, a propietarios y periodistas de cualquier nivel editorial, las hemos vivido; hasta este último mecanismo de negar a los editores independientes las divisas para importar papel y crear una corporación o empresa (que depende de la secretaría de la Presidencia) que disfruta del monopolio del papel para imprimir periódicos, control que es usado para intentar someter la libertad e independencia editorial de los pocos diarios valientes que aun sobreviven.
Es demasiado tarde para pretender manipular al 80% de los venezolanos que están hasta el gorro de esta hegemonía revolucionaria que no da más. No es broma. Es demasiado serio, hasta para “ellos”, los de la hegemonía comunicacional. ¿Por qué digo esto? Bueno, ellos deberían saberlo y si no, pues, ya lo sabrán.

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