Blog de Víctor José López /Periodista

viernes, 27 de marzo de 2015

Carta a Leopoldo López (Laureano Márquez)



Estimado Leopoldo:

Es un año de cárcel, 365 días con sus noches desvelos y angustias. No
de cualquier cárcel: una cárcel concebida con ensañamiento, con
agresión y vejaciones, con un proceso judicial lleno vicios por parte
de una justicia que no puede ser imparcial. Una prisión diferente -con
mucho- a la que vivió el fundador de este proceso por un intento de
golpe militar con cifra oficial de 14 muertes; que tuvo la posibilidad
de ser visitado por muchísima gente más allá de sus familiares; con
reuniones de trabajo, entrevistas televisadas desde la cárcel y muchos
etcéteras que no vienen a cuento.

Yo no sé si comparto todos tus puntos de vista, porque una de las
cosas de las que me he dado cuenta con el pasar del tiempo es de que
rara vez comparte uno totalmente los puntos de vista de la gente y que
eso me hace un ser normal y saludable en la valoración de la
diversidad de criterios. Solo quizá con Jesucristo no tengo debate y
me cuesta a veces, porque eso de poner la otra mejilla hasta 70 veces
siete no es fácil. En los tiempos que corren, creo que todas las
mejillas andan demasiado desgastadas y aun así seguimos apostando a la paz. 

Naturalmente, hay agresiones que enaltecen. 

Tú debes sentirte bien en algún sentido: muy peligrosa ha de ser tu palabra y la fuerza de tus convicciones si hay tanto celo en mantenerlas a resguardo.


Adversamos una fatalidad, estimado amigo: un régimen que culpa, a los
que destruye, de la misma destrucción que él ocasiona; y a los
asesinados, de los asesinatos. Marchar es delito y decir lo que se
piensa es cada vez mas cuesta arriba: hay que medir milimétricamente
las palabras que uno usa con quienes derrochan insultos con la misma
facilidad con que lo hacen con los dólares. Las dictaduras de
izquierda son mucho mejor vistas que las de derecha: todos estamos de
acuerdo en que Pinochet , Videla o Gómez fueron tiranos, pero Mao,
Stalin y Fidel siguen teniendo seguidores que hablan de ellos en
nombre del bien, la justicia y hasta la democracia. Y es que los
fusilados de la izquierda parecen ser menos muertos que los de la
derecha; sus rostros nunca figuran en los museos de la memoria.
Sé que este aislamiento ha fortalecido tu alma. La palabra monje viene
del griego monakos, “aquel que vive solo”. Sin embargo, nunca esta
solo el que vive con Dios en el corazón, porque Dios es infinito y “el
que habla solo espera hablar con Dios algún día” (¡perdóneme,
Cardenal!) y desde una celda reducida el alma humana vuela con mayor
libertad, igual que tiene más visión el que ha perdido el don de la
vista. Deseo que salgas pronto de tu prisión a una Venezuela de
libertad, justicia y democracia.
Deseo que salgas sin odios, ni facturas pendientes con tus crueles
carceleros a contribuir a edificar una Venezuela en la que no se le
haga a nadie lo que hoy te hacen a ti, donde haya jueces imparciales,
división de poderes, donde discrepar no te haga apátrida, ni monstruo
peligroso.

Esta semana salimos a dar la cara por tu liberación, venciendo el
miedo que progresivamente inmoviliza el alma nacional. Allí junto a la
estatua de Martí –simbolismos de la vida que luchemos por la libertad
justo al lado de la estatua de Martí- reafirmamos el compromiso de
amplios sectores del país con tu liberación. Y me pareció que el
propio Martí te prestaba estos versos para tu amada Lilian.
Fuente: Diario Tal cual

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