¨Dime
de que presumes y te diré de qué careces¨ refrán comun y revelador. En efecto, está gente se presenta como demócratas y, sin embargo pasaron
su vida conspirando. Ahora se
escandalizan porque se pide la renuncia y
se habla de transición. Pusieron en
práctica todas las normas que se requieren para ejecutar un ¨coup d ëtat¨.
Dos intentos de golpe de estado y, en ambos fracasaron. Aprovecharon nuestra democracia
representativa, amén de la ignorancia y
la ingenuidad, de nuestro pueblo, para ir a elecciones, con defectos, pero se respetaban
los resultados. Decididos a acabar con muchos de los logros alcanzados: la
alternabilidad, en primer lugar. La intención fue clara para destruir la institucionalidad.Transcurridos
16 años, tres lustros y algo más, al fin, el país entero descubrió, conoce,
sufre la realidad del modelo deprestigiado e inservible del llamado ¨socialismo
del siglo XXI¨, también conocido como comunismo, dicho por Fidel Castro. Para
congoja de los ciegos y negados a ver la historia, se trata del terrible, socialismo real. Frente a un documento escrito
y divulgado sin hipocresías de ningún tipo, pierden la cordura. ¿Quieren
atemorizarnos? Lo sentimos mucho, ya no lo logran. Lo que dan es lástima al
observar los errores que cometen y la ignorancia con la que manejan la
situación. Les informamos: sí, no nos gusta este régimen, sí, creemos que han
acabado con el país o pretenden hacerlo, si, creemos que debe renunciar.
¿Es un
delito pedir la renuncia de alguien? ¿Qué clase de soberbia es esa?
Todos,
entiéndase bien, todos tenemos el derecho de pedirle a cualquier funcionario
que renuncie. También el funcionario puede aceptar la petición o negarse. Está
en su derecho. Nosotros, los que los adversamos, no podemos ser obligados a que
nos guste, simpatice o agrade, quien representa el totalitarismo, la ruina, la
falta de libertades, la prisión de los mejores, la persecución política, la
escasez, la crisis de la salud, entre otras formas represivas y fuera de
contexto en esta segunda década del
siglo XXI. Insisto, dan pena ajena. Creo que, en su obnubilación por el poder y
el dinero, no se dan cuenta de la verdadera dimensión de los desastres que
cometen y del escándalo mundial que han provocado. Lo de Leopoldo López había
trasgredido los límites de la legalidad, lo del Alcalde Ledezma le ha dado la
vuelta al mundo y ahora, están desnudos, como el rey.
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