CAMINANDO HACIA PEOR
Los países nunca tocan fondo. Siempre pueden estar peor. No
hay límites naturales. Se toca fondo cuando las cosas que se hacen mal empiezan
a hacerse bien y los resultados cambian. Los índices empezarán a ser positivos
en desarrollo y bienestar general. Sucede lo mismo con los seres humanos en
general. Se van acostumbrando a todo. Quien vive al lado de las aguas negras termina
por no percibir el mal olor. Nada de esto cambia por obra y gracia del Espíritu
Santo. Tampoco de continuar en el poder este grupo cuyo rotundo fracaso está a
la vista. Ninguna novedad. Lo mismo de experiencias similares, guardando las
distancias y los tiempos. Sin embargo, el caso venezolano tiene algunas
características diferentes que agravan el juicio que debemos formularnos.
Esto es un desastre. Todos los diagnósticos están hechos. La
responsabilidad gubernamental es exclusiva y excluyente. El problema de quienes
dirigen al gobierno es no encontrar a quienes culpar por su espectacular
fracaso, de manera creíble. Las declaraciones de los voceros son increíblemente
disparatadas. Nadie explica el porqué de las cosas. Todos pretenden desviar la
responsabilidad hacia adversarios externos, nacionales e internacionales.
Estados Unidos, la derecha reaccionaria, los curas, los militares desadaptados,
los ricos, los sectores más representativos de la alternativa democrática, la
MUD, la herencia de cuarenta años de democracia y paremos de contar, serían los
responsables de la tragedia.
Una vez más apelan a la denuncia de un frustrado intento de
magnicidio, de golpe de estado para derrocar a Maduro, para justificar
violencia y represión contra todos los factores. El cuento del “golpe azul”, es
decir de oficiales de la fuerza aérea, con un avión Tucano que vendría del
exterior a bombardear Miraflores y las irresponsables acciones contra los
presos de Ramo Verde y señalamientos hacia respetables dirigentes opositores,
no han sido suficientes para que el pueblo olvide los problemas reales, por
ejemplo seguridad, salud, alimentación, y cierre filas alrededor de aquellos
que ya identifica como farsantes y embusteros. Se trancó el juego, como diría
un dominocero. Hay que barajar. La nación reclama el cambio de régimen con
urgencia. Con lo que tenemos seguiremos para peor.
oalvarezpaz@gmail.com
Lunes, 16 de febrero de 2015
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