Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 6 de noviembre de 2012

El lado humano del béisbol



Alfonso L Tusa C
 
A finales de aquella temporada del Sueño Imposible (1967) una mujer del área de Boston llamó a Dick Williams para pedirle que le hiciera su milagro particular. Su hijo Bobby Broderick estaba muriendo de cáncer y quería ver al manager de su equipo favorito. Fue al final de una serie en Fenway Park y por supuesto Dick fue al hospital. No recordaba mucho el rostro del niño, solo que tenía como 9 años de edad y se aferraba desde su fragilidad a la esperanza de que los Medias Rojas ganaran el banderín de la Liga Americana. Ni siquiera el duro Dick Williams tuvo el valor de prometerle que ganarían el campeonato, sólo que tratarían. Luego mientras caminaba por el pasillo de hospital, juró que si lo intentarían con todo el corazón. Bobby Broderick murió 36 horas después. Su madre le informó a Dick Williams en una carta muy bien escrita sobre papel azul. Williams siempre la conservó en sus archivos. En una parte decía: “No hay carta que describa adecuadamente la felicidad que usted le dio a Bobby Broderick y a sus seres queridos cuando vino a visitarlo”.

No hay comentarios: