Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Calle Don Pedro Grases de La Castellana

La "Revista del Penedès" deVilafranca, bajo los auspicios de l'Institut d'Estudis Penedesencs, incluyó en sus páginas 81-82 un trabajo de Carlos Maldonado-Bourgoin, versionado a la lengua catalana,”sobre la calle dedicada a Pedro Grases”


Carlos Maldonado-Bourgoin


Enriquece el gentilicio de Chacao otro nombre en vías y lugares del municipio, que recuerdan personalidades y tradiciones. El Padre Mohedano fue primer párroco de San José de Chacao, trajo el café que dio riqueza y fama a la región mirandina hasta El Hatillo.
El café fue un rubro en la agricultura que aglutinó a familias y colectivos enteros, entre ellas a la familia de Don Andrés Bello, que tuvo la finca de El Helechal hacia la Fila de Mariches.
Un erudito y enamorado de la grandiosa obra de Bello lo resaltó en sus trabajos junto al escritor Pedro Pablo Barnola, S.J. Se llamó Don Pedro Grases y así llamarán desde ahora dos cuadras de la antes calle Los Chaguaramos de La Castellana.
Hacia los años 1948-49, de regreso como profesor invitado en Harvard, Pedro Grases construyó la sobria Quinta Vilafranca Nº 9, una de las primeras de la urbanización.
–¡Que temeridad la de irse los Grases a vivir tan lejos!–, decían los amigos.
Por más de sesenta años el Maestro Grases vivió en el lugar. Los alrededores fueron cambiando, pero la casa del sabio estaba intacta, más bien tuvo que crecer para albergar a la familia tan numerosa, que él llamaba con gracia “un pueblo”, junto a sus colecciones de libros y de documentos. Grases había llegado en 1937, a raíz de la guerra civil española, y allí transcurrió toda una vida consagrada al estudio y al servicio de los demás.
En la hoy calle Don Pedro Grases estuvo la Secretaría de la Comisión de las Obras Completas de Andrés Bello, de 1948 a 1985, imperecedero logro respecto a la obra del humanista de América nacido en Caracas.
La casa de Grases fue solar y hogar para tertulias, allí y desde allí alumbraron instituciones, proyectos, ediciones de libros; nacieron cosas buenas para el país; como la Universidad Metropolitana, su biblioteca lleva el nombre de «Pedro Grases» por Decreto Presidencial, en reconocimiento a su dilatada labor docente de 40 años y por la donación al país de su biblioteca, en la mira de importantes libreros del mundo hasta entonces. No es casual que la calle Don Pedro Grases este cercana a la Av. Eugenio Mendoza, el empresario que fue su amigo y lo tuvo como asesor de sus proyectos sociales y culturales.
Para Chacao fue una dicha tener como vecino a un ciudadano con las cualidades intelectuales, personales y cívicas de Pedro Grases, ejemplo para generaciones. Su labor en el campo de la cultura e investigación humanística y documental es invalorable. Don Arturo Uslar Pietri llamó a Grases “uno de los mayores servidores intelectuales de Venezuela” y calificó de “faraónica” su monumental obra.
En casa de los Grases tuvo lugar la sesión especial y extraordinaria de la Academia Venezolana de la Lengua Correspondiente de la Real Española, celebrada 30 de junio del 2003, en la que se entrega al Maestro Pedro Grases una placa, seguido de emotivas intervenciones de Oscar Sambrano Urdaneta, director, y Manuel Bermúdez, secretario, René De Sola, Luis Pastori,…
Con la calle Don Pedro Grases queda rescatada en La Castellana un importante lugar para memoria cultural y social del país, gracias a quienes apoyaron la iniciativa desde el 2004 y al empeño de la Cámara Municipal de Chacao, a la Comisión de Planificación y Desarrollo Local, que preside Elizabeth Díaz de Barnola y al interés de la Fundación Cultural Chacao, que preside Diana López, entre otros.

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