VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
El hecho que Hugo Chávez haya acordado devolverle a la Asamblea Nacional la Ley Habilitante quiere decir que fue un exceso de adulancia de los diputados miembros de la fenecida Asamblea. Se pasaron al otorgarle al presidente la Habilitante, haberle dado asi no más, por año y medio, la facultad de gobernar por decreto.
Detrás de semejante exceso lo que hay es un taller para construir el catafalco nacional para el entierro de la democracia y la libertad, para vestirnos con la mortaja del comunismo a la cubana.
Hugo Chávez en su maratónica comparecencia sólo se refirió a un pasado heroico con el que quiere tapar los huecos de un presente incierto, rellenando el vacío con las promesas de siempre y las mismas mentiras de realizaciones surrealistas e invisibles.
En su primera comparecencia, ante una Asamblea que vuelve a ser plural, Chávez no le respondió las preguntas que se hace la otra Venezuela, el país que necesita le diga el presidente de la República cómo va a atacar la Inseguridad, qué hará contra la Corrupción y cómo ha de combatir la Inflación si hasta la fecha no ha podido hacerlo con un barril petrolero a caso 90 dólares.
La siete horas de castigo verbal a los diputados parecía más bien la inauguración de unas fiestas patronales, anécdotas personales rodeadas de chistes mediocres, han sido siete horas echando un cuento cuando debió de haberse presentado una cuenta.
Aunque Chávez no quiso responder preguntsas, ser democráticamente interpelado por el pueblo –los diputados son el pueblo-, ordenó a asus ministros, lo hizo públicamente, responder a las interpelaciones en la cámara legislativa, en sus respectivas comisiones.
¿Desobedecerán al supremo los diputado del régimen?¿Qué le puede decir Giordani a un país que sus doctrinas económicas conducen a la pobreza extrema?
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