- Excanciller Luis Gonzales Posada critica incapacidad de la OEA la ONU .
Las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua gozan de protección internacional; y lo mismo ocurre cuando se apoya la ilegítima postulación presidencial del líder cocalero boliviano, Evo Morales, auspiciada por el secretario general de la OEA, embajador Luis Almagro, denunció el ex canciller Luis Gonzales Posada.
En una entrevista concedida a Guik.pe, el también expresidente del Congreso sostiene que la complicidad o el silencio, han permitido hechos de grave afectación a la democracia y al orden constitucional en esos países.
-Cual es la gravedad de la crisis boliviana y hasta donde pueden llegar ?
– La prepotencia del gobierno y también la frustración de la oposición provocan confrontacion y violencia. Si este tema no se resuelve, podría trasladarse a un permanente enfrentamiento y hasta una guerra civil .
– La prepotencia del gobierno y también la frustración de la oposición provocan confrontacion y violencia. Si este tema no se resuelve, podría trasladarse a un permanente enfrentamiento y hasta una guerra civil .
– Tanto en el caso de Bolivia como en el de otros países con grave afectación a la democracia ¿los organismos internacionales son corresponsables de estos hechos por acción u omisión?
– Usted lo ha dicho. Por acción u omisión permiten que algunos gobiernos hagan tabla rasa de principios o normas que están obligados a cumplir y a respetar, porque suscribieron las cartas constitutivas, que vienen a ser la Constitución supranacional que vincula a las naciones. Ahora un gobierno que viola esos principios no es sancionado; más bien es recompensando.
Lo ocurrido en Naciones Unidas es una vergüenza, una indignidad diplomática. Maduro está denunciado por la OEA, por los organismos humanitarios y más de cincuenta países, por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad; es decir, secuestros, homicidios y meter en la cárcel a opositores y no pasa nada.
– También ha sido denunciado por las propias Naciones Unidas mediante de un informe del equipo de la alta comisionada para los derechos humanos…
– Así es. El informe de la señora Bachelet asemeja al libreto de una película de terror. Ha registrado 6,700 ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía bolivariana; se ha comprobado casos terribles de torturas de numerosos presos políticos, hambruna, muerte por carencia de medicamentos, corruptelas, ataques a la prensa independiente y un éxodo de cerca de cinco millones de seres humanos. Un verdadero genocidio.
– A pesar de esas pruebas, la misma ONU premió a Maduro permitiendo que tenga presencia en el Consejo de Derechos Humanos de dicho organismo ¿no es así?
– Que cinismo, ¿no? 105 países votaron para que Venezuela ocupe un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Hacerlo es un escarnio a tantas personas asesinadas a palos o balazos, a numerosos torturados con picanas eléctricas o ahogados con bolsas de plástico.
Es un mensaje de decrepitud diplomática. Una demostración que el más alto organismo mundial, que cuesta mantener 2,600 millones de dólares bianuales, no sólo es ineficaz para hacer frente al desarme nuclear, a la contaminación, al cambio climático, a las guerras, a la explosión migratoria sino también a gobiernos totalitarios. Nos recuerda la patética inoperancia de la Sociedad de Naciones, antecesora de la ONU, incapaz de adoptar acciones colectivas ante el armamentismo japonés y al expansionismo de Alemania nazi. Por esa inacción se produjo la II Guerra Mundial.
– ¿Se puede revertirse esa decisión?
– No. Ya votaron y el voto es secreto. Lo que debería hacer el Perú, el Grupo de Lima y los países europeos que no reconocen al régimen chavista, es suspender o retirarse de ese Consejo mientras Venezuela esté ahí. Muchos se excusan diciendo «no es conveniente». No entiendo. Entonces, lo conveniente es compartir la mesa con el verdugo?
Por eso Maduro ha celebrado esa elección y se ha burlado del informe de la señora Bachelet. Ahora tiene carta abierta para seguir violando los derechos humanos, porque ellos mismos se controlan o supervisan en el Consejo.
BOLIVIA
– ¿Usted diría que la OEA también tiene una actitud complaciente con ciertos países como Bolivia?
– Almagro respaldó la candidatura presidencial de Evo Morales, a pesar que la Constitución y un referéndum lo impedían. El informe que solicitó la OEA a la Comisión de Venecia desestimó esa candidatura. Almagro también lo hizo, pero 30 días más tarde apareció en Bolivia para decir que Evo podía postular. Un giro espectacular pero no extraño.
– ¿A qué atribuye el cambio?
– Porque necesita el voto boliviano y de países caribeños donde Evo tiene influencia para su reelección.
– ¿Almagro postulará nuevamente?
– Ya lo anunció, a pesar que cuando asumió el cargo ofreció que no postularía a la reelección, palabras que se las lleva el viento; en la misma línea de Evo. Lo grave es que ha comprometido a la OEA y por eso la oposición boliviana repudia su actuación, correcta en el caso venezolano pero inaceptable con Bolivia. Lo que ahí suceda será su responsabilidad.
– Pero usted también sostiene que otros organismos internacionales tampoco funcionan…
– Son de latón. La famosa Corte Penal Internacional, que hasta hoy ha costado 1,500 millones de dólares para mantener 18 magistrados y 900 funcionarios, retiene desde el 2002 unos 600 expedientes de asesinatos y torturas en Venezuela.
No hace nada. Ni siquiera envían un fiscal a inspeccionar, a pesar que el Perú, Chile, Argentina, Brasil y Paraguay lo han pedido. Eso se llama complicidad, con letras mayúsculas.
Ante esos hechos no podemos callar. Que el Grupo de Lima denuncie la maliciosa inoperancia de la Corte o que suspendamos el pago de cuotas en espera de resultados. Permanecer ahí callados, silentes, engorda a las dictaduras y también los bolsillos e magistrados que ganan cerca de 19 mil dólares mensuales por «vejetar» libres de impuestos, más otros beneficios.
– ¿Por qué sucede todo esto?.
– Porque la tendencia diplomática es no comprarse pleitos, tratar de conciliar hasta con el diablo. Así hicieron los ingleses con Alemania, conociendo que se estaba armando y que invadía otros países. Churchill dio la pelea. Y recién ahí comenzó el principio del fin de un régimen de sicopatas racistas.
El ejemplo que deja Churchill es que hay que enfrentar con firmeza, con decisión, con valor, a través los organismos internacionales y mediante la acción de nuestras propias cancillerías, a toda dictadura, grande o pequeña, de izquierda o derecha. No conciliarse con ella, menos concertar.
(Fotos: agencias)
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