Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 19 de agosto de 2018

OÍDO EN LA CHATA No preguntes ¿Qué va a pasar? Responde, ¿Qué voy a hacer? VÍCTOR JOSÉ LOPEZ


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Víctor José López 

Los caraqueños amanecimos este domingo 19 de agosto igual que hemos vivido últimamente: hurgando en la basura de las redes sociales unos, y otros buscando qué comer en los ditritos y restos en los estercoleros de la ciudad.

Todos buscando la respuesta a lo que va a pasar.

El primer grupo se extiende y ocupa la nación con situaciones dramáticas, es una mayoría que no sabe qué comer, donde encontrará qué comer y qué deben hacer para poder comer.
 Es la nación miserable, la del ciudadano desamparado.

Otros hurgan para encontrar respuestas a la situación generada luego del galimatías de Nicolás Maduro.
No vemos soluciones a la desesperanza creada.

Hay dos posiciones: una es el paro para el martes 21, y otra la rebelión y la desobediencia. Para que el paro o la huelga es necesario que exista el liderazgo. Líderes que tracen en el plano de la lucha tácticas y estrategia, logística y comunicación.
Por ahora, no los vemos. Me cuentan que “los representantes del pueblo”, los diputados a la Asamblea, están de vacaciones. Tampoco sabemos si existen los líderes de la disidencia al régimen porque están sumidos en sepulcral silencio.

La desobediencia tiene muchas caras y una sola actitud: la individual. Una fase de la actitud rebelde es la de la rebelión fiscal: negarnos a pagar los impuestos que Maduro anuncia han de nutrir el defalco al  Estado, atraco perpetuado por el régimen hasta  vaciar la teta petrolera que respondía a las necesidades de la nación.
Otra es la de tomar la calle en una actitud pacífica, desarmada constitucional y en permanente protesta pública.
La toma de la calle encontrará en los colectivos,  las fuerzas policiales y militares firmes aliados al régimen y la acción de protesta,  se presentará dolorosa y ruidosa y con efectos colaterales muy importantes.
En el basurero del espacio cibernético, en las corrientes comunicacionales del Twitter,  Whatsup, correos, páginas web, etc… no encontramos la miseria que buscamos para alimentar la interrogante de “Qué va a pasar” …

La respuesta, creo yo, deberíamos dárnosla nosotros mismos, no preguntándonos ¿Qué va a pasar? Pero respondiendo a la pregunta
 ¿Que vamos a hacer?

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