Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 16 de junio de 2018

CABEZA, CORAZÓN Y CORAJE Oswaldo Álvarez Paz


Breve síntesis de las palabras pronunciadas por Oswaldo Álvarez Paz el 16 de junio de 2018, con motivo del homenaje a la memoria de Manuel Guanipa Matos, a los 40 años de su prematuro fallecimiento.

INTRODUCCIÓN
Estas tres palabras: cabeza, corazón y coraje definen perfectamente la personalidad y trayectoria de nuestro querido Manolo. 
Fue, sin duda alguna, un hombre excepcionalmente inteligente, con visión clara del presente que le tocó vivir protagónicamente y también del futuro inmediato que sin descanso construía aceleradamente,
También fue un ser humano especial. Buena gente, buena persona, excelente amigo y un gran padre, fundador de una familia ejemplar muy bien representada en este acto.
Y, como si lo anterior fuera poco, Manolo también fue un hombre recio, de mucho coraje ético, moral y físico, condiciones que lo distinguieron a lo largo de toda su existencia.
Nos unió una profunda y sólida amistad desde el día en que nos conocimos. Inalterable. Inalterada en medio de serios combates que tuvimos que librar juntos, la mayoría de las veces o separados físicamente, pero con coincidencias permanentes y fundamentales en todos los casos. Por todo eso siento una enorme dificultad al pronunciar estas breves palabras. Hay sentimientos y valores que trascienden a las palabras. Esta jornada de hoy es uno de esos pocos momentos        que me han hecho sentir prisionero de los recuerdos y del afecto entrañable.

ALGUNAS FACETAS DE LA HISTORIA
Recuerdo como si fuera ayer cuando yo cursaba cuarto año de bachillerato con 15 años de edad, recién cumplidos, en el Colegio Gonzaga. Acababa de ser derrocado Marcos Pérez Jiménez y quienes por razones diversas habíamos acumulado relativa experiencia con inquietudes políticas de variado origen, buscábamos un camino a seguir. Manolo, quien no estudiaba en el Gonzaga, apareció por allá un buen día buscando a algunos de nosotros para invitarnos  a la aventura enorme que ya tenía en mente. Conversamos a fondo. La dictadura de Pérez Jiménez se había derrumbado. En mi familia se sufrió mucho en ese tiempo. Durante siete años, martes y jueves estuvimos de visita en la Cárcel Modelo de Maracaibo, a nuestro tío Jesús Ángel Paz Galarraga y demás presos políticos. El gusano ya existía en nuestro interior, pero aún sin definiciones ideológicas que sirvieran de orientación adecuada.
Manolo me invitó a una reunión en casa de los García Tamayo, en la avenida Santa Rita de Maracaibo. Estuvieron presentes, entre algunos otros, Bernardo y José –Pepe- Rodríguez Iturbe, Luis René Viso, Mauricio Pérez Badell, Jesús Bernardoni López, Miguel Vaimberg y, por supuesto, Manolo y yo.
Este resultó un capítulo histórico para la vida de COPEI Zulia y para cada uno de nosotros. La lucha fue en todos los frentes. Éramos un partido minoritario, el tercero entre cuatro, sólo por encima del Partido Comunista. Nuestra combativa presencia universitaria y liceísta, en los colegios privados, en todos los distritos, municipios y parroquias de la época y las múltiples operaciones de calle convirtieron el Verde Esperanza de COPEI en algo más que un símbolo político.
Debemos rendir merecido homenaje a los compañeros que dirigían a un Comité Regional dirigido durante largos años por Elio Suárez Romero y Nectario Andrade Labarca como presidente y secretario General, respectivamente. Integrado además por notables luchadores de la zulianidad en el campo sindical, agrario, magisterial, femenino y de profesionales y técnicos. En algún momento hubo seis decanos de la Universidad del Zulia como miembros del Comité Regional. Eran duros y severos, exigentes y polemistas, pero extraordinarios compañeros superiores, líderes auténticos de toda una generación que iniciaba su marcha.

RELACIÓN HUMANA Y PERSONAL
Cumplí con las tareas que me fueron asignadas. Manolo me dio un tremendo apoyo en todas las circunstancias. Me convenció para que asumiera la Secretaría Juvenil Regional, la jefatura de la recién fundada Democracia Cristiana Universitaria –DCU-, la presidencia del Centro de Estudiantes de Derecho, la representación estudiantil ante el Consejo Universitario de LUZ y, finalmente, la presidencia de la Federación de Centros Universitarios –FCU-, la cual habíamos conquistado con el “turco” Vaimberg a la cabeza dos años antes. Fue la primera universidad que escapó del control marxista del MIR-PCV, lo cual dio un sólido prestigio nacional a aquel aguerrido núcleo de dirigentes juveniles. Esto influyó mucho en mi accidentada designación como Secretario Juvenil Nacional del partido en 1966.
Manolo y yo transitamos juntos todo ese camino. Fui, además soldado fiel en sus años como secretario de organización del partido y luego hasta como presidente del Comité Regional. Recorrimos juntos el Estado Zulia de punta a punta, varias veces.
Nuestro último viaje fue por el Sur del Lago. Santa Bárbara, San Carlos, Encontrados, Casigua, etc. Lo recuerdo perfectamente por la profundidad de nuestras conversaciones y la empatía para enfrentar los serios problemas que ya se planteaban. Fue en el año 1978, en plena campaña de Luis Herrera Campins para la presidencia. Regresé a Caracas y a los muy pocos días, en la medianoche recibí la noticia de su fallecimiento. Un golpe tremendo, aún no superado. Lo digo sin exageración. En buena parte gracias a Manolo fui diputado principal al Congreso, presidente de la Cámara de Diputados por cuatro años y luego jefe de la fracción parlamentaria los cinco años del mandato de Luis Herrera y después presidente de diversas Comisiones Permanentes y Especiales de la Cámara.
Tanto en la campaña para ser el primer gobernador electo y reelecto con el voto popular de los zulianos y el primer candidato presidencial elegido en primarias abiertas, las enseñanzas y el ejemplo de Manolo influyeron definitivamente en mis actuaciones. Desgraciadamente no las pudo ver, pero siempre fuimos aliados en las luchas por la descentralización y la autonomía de los estados y municipios.

COMENTARIOS FINALES
He hecho este breve recuento como homenaje a Manolo. No para hablar de mí mismo. Sin él hubiera sido muy difícil y cuando estuvo ausente físicamente, sus lecciones facilitaron lo demás.
Estoy seguro que comparte nuestra convicción de que aún tenemos muchas asignaturas pendientes en torno a la práctica política, al funcionamiento de los que queda de los viejos partidos y de los nuevos aún por consolidarse y en definitiva, con relación a los fines de la democracia misma.
Ahora tenemos la obligación de luchar sin descanso para lograr el cambio definitivo de esta dictadura del siglo XXI que rige los destinos de Venezuela. Desde aquí ratifico nuestra convicción de que es un pecado mortal imperdonable que un civil o militar demócrata le sirva a este gobierno.
La UNIDAD es indispensable para alcanzar el objetivo propuesto. No olvidemos que cuando la resistencia opositora se convierte en simple rutina, los ánimos decaen y las metas se alejan.
Logrado el cambio interesa más saber cómo se gobernará que quien lo hará. Ningún “diálogo” o “negociación” como los realizados hasta ahora, le ha garantizado a Venezuela la vida en Libertad y Democracia.
El cáncer venezolano que ha destruido órganos vitales de la nación, debe ser exterminado de manera rápida, resuelta y definitiva. La fuerza del alma y la clave del triunfo residen en la firmeza.
Es un criminal quien promueve la violencia y la guerra, pero también lo es quien la evita cuando es indispensable asumirla. La imparcialidad es, frecuentemente, el disfraz tramposo de los oportunistas.
Finalmente quiero decir unas palabras a la actual dirigencia opositora. Pretender que en nombre de la unidad se toleren conductas reprochables y errores graves de conducta, es hacernos cómplices de un viaje a ninguna parte. Unidad no es, ni puede ser complicidad. No puede serlo por nuestras convicciones y por nuestras trayectorias, por la memoria de quienes nos iluminaron el camino hasta ahora, todo lo cual tenemos la obligación de honrar.
Estimados amigos, este pueblo pacífico y cívico, tendrá que ejercer su derecho a la legítima defensa. Nadie podrá censurarlo. De acuerdo a Manuel Guanipa Matos, el dirigente político, el padre de una familia ejemplar, el esposo de Corina Villalobos tan luchadora como él con el deber cumplido de levantar a esta familia que tanto ha dado, esta es la hora. Recibido el mensaje.

Maracaibo, 16 de junio de 2018.






































































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