El capítulo final está por escribirse, pero se escribirá, no lo duden. ¿Cuándo? Es la única pregunta de la fórmula periodística sin responder aún, pero por desgracia todo indica que al gobierno en cualquier momento este país le puede explotar en las manos.
Probablemente al leer
el título de este escrito mentalmente lo hayan tarareado, debido a que esa
canción se canta y baila hasta en la China, pero no me voy a referir a la
famosa melodía de Luis Fonsi sino a la acción que ese adverbio sugiere, y como
ha sucedido en el tiempo histórico hasta llegar a la situación por la que
transitamos la inmensa mayoría de los habitantes de Venezuela.
El oficio
periodístico ofrece, en seis simples monosílabos, la mejor fórmula para
explicar plenamente una noticia o un hecho acaecido sobre algo en particular.
En nuestro caso no es
nada difícil averiguar los hechos. Solo hay que recurrir a la historia
documentada de la segunda mitad del siglo XX hasta hoy mismo o hacer memoria.
Afortunadamente los que tienen la memoria distraída o como es mi caso
atropellada por tantos sucesos acaecidos en los años transitados, contamos con
el inefable Internet. Los que nacieron bajo este régimen, si quieren,
pregúntenle a Google, que lo sabe todo. Pero al grano que el espacio es limitado:
¿Qué? La inmensa
mayoría piensa que Venezuela está ocupada por una nación extranjera o sea Cuba.
Pues es una gran verdad, aunque de una forma sutil, artera y sagaz.
¿Quién? También es de
sobra sabido que la persona que ha dirigido desde el principio esa operación
invasora fue Fidel Castro y su hermano y heredero Raúl que sigue con el mismo
“macán”.
¿Dónde? Principalmente
en territorio venezolano y sus alrededores.
¿Por qué? Para apoderarse
de las inmensas riquezas sobre las que Venezuela está situada y las no menos
valiosas en su superficie. Debido a la pobreza de recursos con que cuenta
Cuba, apropiarse de esta tierra fue una obsesión perenne de Fidel Castro
abonada por el resentimiento y la arrechera hacia los demócratas que siempre le
acompañó.
¿Cómo? Aquí la cosa se
presta a diferentes apreciaciones. Para la mayoría de los sufrientes
venezolanos la cosa empezó con la desmesurada admiración que el comandante
eterno sentía por el aprovechado comandante guerrillero cubano, que derrocó a
un desalmado dictador, ganando una enorme popularidad, tras tomar el poder y
sentarse en el trono engañando a medio mundo, poco a poco, se fue apoderando
del país instaurando un régimen dictatorial y quedándose a vivir hasta el día
de su muerte. Esto debió obnubilar al comandante venezolano, que le haló bolas
al maestro hasta que dándole todo lo que pedía, y más, a cambio del “know-how”
para permanecer siempre al mando.
Pero no fue así como
el régimen comunista cubano inició su invasión a Venezuela. ¿Y entonces? El
intento de invasión de Cuba a Venezuela fue mucho antes, comenzó al poco de que
Fidel tomara el poder en olor de multitud. Observen la secuencia:
Venezuela, por su
riqueza petrolera y su proximidad a Cuba era un plato muy apetecible y por lo
tanto un proyecto posible para la expansión del comunismo cubano, como
estrategia de fuerza, en los años de la guerra fría; un año después de la caída
de Pérez Jiménez, en 1959 ya logrado el triunfo de la Revolución, Fidel Castro,
visitó Venezuela comenzando ya a saltarse las convenciones, como era su
estilo. Llegó entre una gran algarabía de la gente, pero curiosamente el recién
electo presidente Rómulo Betancourt no participó de esa bulla, y durante
la destemplada reunión protocolar que mantuvieron, Rómulo le hizo la observación
a Fidel de que no debieran haber llegado portando armas a Venezuela.
Castro llegó al país
con dos objetivos: buscar petróleo e implantar el comunismo. Lo primero
Betancourt se lo negó argumentando razones económicas y lo segundo también por
razones ideológicas. Ambas cosas generaron una mutua antipatía personal de por
vida. En la mente de Fidel se estableció la idea de iniciar la invasión
cubano-comunista por el sistema de guerrillas. Con buen ojo empezó invitando a
Fabricio Ojeda a conocer Cuba durante 4 meses donde aprendió cómo organizar una
guerrilla.
En 1960 el Partido
Comunista de Venezuela, en conexión con Cuba, creó el primer foco guerrillero
en La Azulita, Estado Mérida, liderado por Argimiro Gabaldón. Al año siguiente
el III Congreso del PCV decide aprobar la guerrilla para acceder al poder y se
formó el “Frente Simón Bolívar” (cuándo no iban a usar a Bolívar) en las
sierras de Lara, comandado por el mismo Gabaldón junto con Carlos Betancourt y
el apoyo castrista.
En
Junio de 1962 Tras el Carupanazo y el Porteñazo, unos de tantos
fallidos intentos militares para derrocar a Betancourt, Fabricio Ojeda renunció
a su escaño por URD en la Cámara de Diputados del Congreso, yendo a la zona
centro occidental del país para organizar un Frente Guerrillero de las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional (FALN) bajo el lema "Hacer
la Patria Libre o morir por Venezuela” ¿les suena? Ojeda llegó a obtener el
grado de comandante y presidió el Frente de Liberación Nacional (FLN). Ese
mismo año Douglas Bravo fundó el Frente Guerrillero "José Leonardo
Chirinos" en la sierra de Falcón, y como comandante combatió eventualmente
contra el ejército.
En Julio de 1966
Fidel Castro en persona despidió a otro destacamento cubano de guerrilleros con
destino a Venezuela, para dar apoyo táctico a sus aliados guerrilleros
venezolanos. En su arenga de despedida Fidel Castro señalaba como principal
enemigo, quién lo diría, al Ejército de Venezuela al tiempo
que los cubanos gritaban: “patria, socialismo o muerte, venceremos”
(ésta también nos suena). El 1 de marzo de 1967 una célula de las
castro-comunistas FALN secuestró al hermano del canciller Ignacio Iribarren
Borges, Julio, ex director del Instituto Nacional de los Seguros Sociales,
que fue hallado muerto días después motivando la suspensión de las garantías
constitucionales, por el gobierno Leoni (reconocido por el diario Granma).
En mayo de ese mismo
año se produjo la invasión de Machurucuto. Su principal misión era introducir
expertos cubanos para entrenar a la guerrilla ubicada en los Andes venezolanos
para derrocar al presidente Raúl Leoni, y así Fidel Castro imponer a un títere
suyo, acceder a los enormes recursos venezolanos para potenciar la posición
cubana en la Guerra Fría. En la expedición junto a los cubanos estaba el hoy
diputado por el Estado Falcón Fernando Soto Rojas quien en el año 1977 marchó
al Medio Oriente para sumarse como combatiente a la Resistencia Palestina al
igual que hizo Illich Ramírez, El Chacal. En la invasión estuvieron, los
cubanos Antonio (Tony) Briones, Manuel Gil Castellanos, Del Toro, Tomassevich,
García Planas, Borges y Pedro Cabrera Torres entre otro. Sería largo enumerar
todas las andanzas de los guerrilleros venezolanos apoyados por la Cuba
comunista.
En febrero de 1989
con motivo de la llamada “Coronación” de Carlos Andrés Pérez por su segundo
mandato, Fidel Castro vino por segunda vez a Venezuela, habían pasado 30 años.
La fusión de la economía venezolana con la cubana era su única esperanza para
conservar su proyecto comunista en un momento en que la Unión Soviética
abandonaba el comunismo y le estaba retirando el apoyo económico que por
décadas había sustentado al régimen castrista. Fidel llegó a Venezuela con más
de 300 personas, un séquito excesivo que supuestamente venía a proteger a
Castro, al parecer tenía una función logístico-militar, trayendo armas en su
equipaje, el cual no fue revisado por la aduana venezolana siguiendo órdenes
superiores, y cuya finalidad presuntamente no era otra que aprovisionar y
promover una insurrección que se estaba gestando, siendo su primera secuela
fallida “El Caracazo”.
Lo demás es historia
reciente, y en efecto estamos siendo invadidos. El capítulo final está por escribirse,
pero se escribirá, no lo duden.
¿Cuándo? Es la única pregunta de la
receta periodística sin responder aún, pero por desgracia todo indica que al
gobierno en cualquier momento este país le puede explotar en las manos. Y es que todo llega, des-pa-cito, pero llega.
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