NO TODO SIGUE IGUAL
Víctor José López
Todo sigue igual.
A las cinco de la mañana la
algarabía de la conversación entre la hija de la vecina del piso diez y su
madre es la encargada de despertarme.
La radio transmite a esa hora el Himno. La
interpretación que en lo personal más me agrada. Cantado en algunas de sus
estrofas por Gualberto Ibarreto y por María
Teresa Chacín, además de otros artistas siempre nos han hecho sentir el orgullo
de ser venezolanos con sus interpretaciones.
Con el ánimo insuflado por la
canción de la patria, ponemos pies en tierra.
Más de media hora conectados Chúo Torrealba por Radio Caracas, y seguimos con
García Otero hasta la siete. Una gran revista de situaciones de un país ocupado
por la desesperación. Y a las siete hasta las nueve con César Miguel y Luis
Carlos con su excelente equipo de periodistas. - Entrevistas “premiun”, en
especial sus contactos en las universidades de los Estados Unidos con
venezolanos distinguidos en aquella nación por su excelencia profesional.
Todo sigue igual.
No hay pan. Los huevos son
mucho más costosos de lo que valían, el café sigue siendo la calamidad de
cuando hace 100 días nos tomamos un brake para viajar a Athens, Ga. Para cumplir
compromisos personales, antes que surgiera el batiburrillo provocado por las
mentes grises del chavismo sobre La Constituyente. Una situación detergente de
tanta lacra intelectual, pues para construir la trampa han creado una red de
mentiras, falsos testimonios, triquiñuelas, en pocas palabras un corsé
esclavista para una nación que sueña con poder elegir su destino, sus
gobernantes y de una vez por todas el camino de la Libertad.
Todo sigue igual.
En el intento de utilizar el
recurso mas común entre las naciones civilizadas, para la comunicación, ergo el
Internet, lo encuentro deficiente, debilucho y contagiado de virus que por
exceso que provocan en el usuario malos pensamientos. Esta condición deprime y
nos coloca a los niveles que hemos descendidos en la categoría de los pueblos,
entendiendo y comprendiendo la desesperación que ha sido manifiesta entre nuestros
universitarios por el estancamiento del conocimiento humanístico y científico.
Todo sigue igual.
Aterran los métodos
represivos de los militares, paramilitares, cuerpos policiales y los benditos colectivos
que han asesinado a más de un centenar de venezolanos, la mayoría jóvenes y
entre ellos menores por cometer el pecado mortal de recurrir al mandato
constitucional de protestar pacíficamente.
Si al partir dejé Venezuela
desanimada, entregada y desesperada por la situación, hoy al regresar luego de
100 días me encuentro con un país enojado, dispuesto a rescatar la dignidad y,
lo más importante, una nación con elevada autoestima. Está consciente el
venezolano que la solución a tragedia, el camino a seguir está en sus
manos.
Se habla de lo del domingo y
de la barbaridad propuesta por Nicolás Maduro, Diosdado y Padrino López de la
Constituyente sin autorización del pueblo con el taimado propósito de
introducir las reglas constitucionales que ya, en su oportunidad, los
venezolanos rechazamos en consulta electoral y que, además ahora pretenden
darle carácter comunitario, es decir fascista y comunista al Estado Venezolano.
Escuchando a la gente veo que
no todo sigue igual.
Este domingo, si queremos, si
participamos, las cosas han de cambiar.
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