Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 12 de febrero de 2017

LUIS BELTRÁN GUERRA La demonología


Juana Priscila Córdoba, quien vive en Tenerife, cumple 76 años el 8 febrero, por lo que asiste a misa en Caracas, donde nació, por el interés con respecto a la afirmación de Jesús de que del corazón de los hombres salen las intenciones malas. Su mente curiosa la ubica en la problemática de América Latina, pues ha repasado, en horas matutinas, el libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”, de Carlos Rangel, y en el atardecer “El misterio de los mexicanos”, de Jorge Castañeda. Después de comulgar se pregunta si habrán sido las malas intenciones, patologías determinantes en el subdesarrollo de los pueblos.

No puede dejar de reclamar porqué se nos formó con tan malas costumbres, pues son múltiples, diversos, homogéneos y hasta heterogéneos, burdos y sofisticados los hechos que lo ilustran. El narcotráfico, la corrupción, las ansias por el dinero fácil y otras manifestaciones malignas las cargaremos en el corazón, es lo que Juana Priscila se pregunta. La apreciación la golpea, pues Venezuela, donde nació, estudió, se enamoró, se desamoró y se volvió a enamorar, convencida de que se puede amar más de una vez, está convertida en un desastre, precisamente, porque quienes la gobiernan parecieran haber pactado con el mal, como lo hiciera Teófilo de Adana, el predecesor de Fausto en la mitología cristiana. Piensa que la demonología cultivada, invocada y propagada campea a lo largo de la Patria y, además, con una eficiente asesoría cubana, notoria por el culto a la santería y al libro rojo de Satán. En las escuelas de leyes la causa de las obligaciones está vinculada al interés que persiguen quienes pactan, por lo que los juristas del demonio sostendrán que en los pactos demoniacos es hacer el mal. Evidencias de sobra las hay, entre otras, ¡Esta revolución llegó para quedarse!, y ¡Chávez vive y la patria sigue! Se trata de menciones escritas en el pacto diabólico para que las fuerzas del mal coadyuven boicoteando al bien y así detentar el poder vitaliciamente. Pero, además, el demonio se compromete, también, a mantener postrada, equivocada, desvalida y dividida a aquellos que hacen oposición al régimen. Es otra de las contraprestaciones que da cumplir las fuerzas del mal, tal vez para que en el tribunal del infierno se concluya que la contratación se ha hecho conforme a la Ley. Es lo que estima sin temor a equivocaciones esta venezolana, hoy de Tenerife.
La política es tarea difícil, pero también incierta y además genera sorpresas, lo cual no ignora Juana Priscila, fiel lectora de Zygmunt Bauman, profesor emérito de la Universidad de Varsovia, autor del libro “En busca de la política”, su obra preferida. Piensa encontrar la lucha de las fuerzas del bien y del mal en el proceso de formación de la sociedad, el cual supone para el autor el prolegómeno tribu, nación y república, ruta que sorteando dificultades se ha consolidado en el mundo, pero no totalmente. Seguiremos siendo tribus, se pregunta para sus adentros la tenerifeña; negando en términos absolutos la apreciación, pero admitiendo que tampoco somos naciones, ni repúblicas. El qué somos promete preguntárselo a Santiago de Compostela en su próximo camino a visitar al santo.
En su corta estadía en la Caracas de sus sueños se entera que los medios de comunicación social revelan la verdad de que no hay corrupto sin corruptor, en la política, ni en la vida común. Piensa que conversará con filólogos en España para que en el DRAE se incluya con explicación adecuada al arte y ciencia de gobernar la palabra “repartidera” para definir lo que ha hecho la empresa brasilera Odebrecht con respecto a la cual “gobiernos repartidores en la construcción de obras públicas” y aquella “repartidora de comisiones, coimas, obvenciones y similares, ilustran en lo relacionado a sofisticados mecanismos de una corrupción rampante. Juana, entusiasmada en sus años mozos con Marx siente un profundo arrepintiendo, pronunciado ¡Del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad! Recuerda que ha leído en Schopenhauer que a lo largo de nuestra vida disponemos y nada más que del presente y que quien no tiene el espíritu propio de su edad, de su edad tiene todas sus desdichas. Da gracias a Dios por haberla inducido a asistir a misa.
Pero el tema del bien y del mal es realmente complicado, por lo que regresando a él niega que los venezolanos hayamos perdido el derecho a la rebeldía, el cual se propuso enseñar a su hijo para que no fuera a entramparse en el dilema del socialismo español, subrayándole con Albert Camus que todo valor no conduce a la rebeldía, pero todo movimiento de rebeldía invoca tácitamente un valor. Pero para su sorpresa descubre que Pablo lee La huella perenne, de Herrera Luque.
Juana Priscila expresa que la demonología es terrible. Con agua bendita rocía el cuarto del primogénito, inclinado a Podemos.
@LuisBGuerra

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