LA MUERTE eliminó la barrera sicológica, esa muralla que mantuvo atada y con pinzas una relación caliente, entre Cuba y los Estados
Unidos, la que se rompió con la muerte de Fidel Castro. Ahora a esta asociación internacional se le agrega la
incertidumbre.
Se trata de unas relaciones
peligrosas entre vecinos. En especial cuando el Presidente Donald Trump ha expresado su
opinión sobre Fidel: “Fue un dictador
brutal”.
El paso de los años será inexorable. Destruirá el mejor recuerdo del tirano, bombardeándolo con denuncias de sus propios horrores. Aquellas mentiras, aquellas manifestaciones ególatras que algunos
tomaban como veleidades cuando en realidad fueron mentiras, engaños, acciones populistas. Castro mintió al
declararse “demócrata” para luego ser un marxista leninista público. Mintió
cuando prometió sentarse a dialogar con los Estados Unidos “…cuando tengan un presidente de raza negra,
y cuando el mundo tenga un Papa Latinoamericano”. Ahora serán los
fantasmas de sus víctimas quienes pondrán en el patíbulo la memoria de Castro, estas víctimas fueron sobre las que Fidel construyó su revolución, sobre la sangre derramada de Raúl Chibás y Felipe Pazos, los Comandantes Camilo Cienfuegos, Pedro Luis
Díaz Lanz, Huber Matos , Humberto Sorí Marín, Alberto Mora, Gutiérrez Menoyo, William Morgan,
Arnaldo Ochoa y el propio Ernesto “El Che” Guevara, todos estos fantasmas
enmudecidos por el terror, tendrán quienes escriban la verdad sobre sus muertes. La verdad de los falsos acercamientos a la humanidad, seas mentiras que arroparon camino de La Habana a tres Papas, Sumo
Pontífices que visitaron al barbudo tirano en busca de indulgencia ante los
pecados que por omisión han cometido en contra de la grey cristiana; o los
viajes de cientos de jefes de Estado,
que se acercaban en busca de su unción como si de un escapulario, un detente
ante los demonios del se tratara la
complacencia del tirano.
La Muerte
de Fidel, su desaparición de la faz de la tierra, aliviana con su descarga el
pesado fardo que pesa cobre los hombros de la humanidad, fardo que siempre han
significado los tiranos como Hitler, Stalin, Mussolini, Idi Amin, Kim Ill Sung, Duvalier, Chapita Trujillo,
Juan Manuel Rosas.A todos ellos, mientras sus mortajas estuvieron frescas, sus
pueblos les lloraron. Llanto de quejidos histéricos; pero, al colocar sobre sus
tumbas las pesadas lápidas del tiempo convirtieron el miedo y el terror en odio
y chascarrillo la referencia histórica.
La Historia
no absolverá a Fidel, como ha sentenciado Vargas Llosa, la Historia humillará a
los militares venezolanos cuando se estudie en profundidad la destrucción de la nación
venezolana. La referencia no será la historieta oficial, inventada por el
chavismo, será la Historia auténtica de la Fuerza Armada Nacional. La sus
triunfos contra militares cubanos invasores, aquellos que pisotearon nuestro
suelo animados por Fidel Castro fracasando en sus sueños imperialistas. Los
mismos que aunque derrotados más tarde serían coronados, gracias a la traición
de Hugo Chávez animado por el fardo de resentimiento y complejos que fue su
vida.
oooOOOooo
FIDEL CASTRO con la típica retrechechería retaba
a que demostraran que en Cuba se violaban los derechos humanos, lo que estaba a
la vista del universo, y que le señalaran un hecho de corrupción. Cuando Mario
Vargas Llosa recibió el Premio Rómulo Gallegos,
la revolución pidió a Vargas Llosa que donara el importe del Premio
obtenido por La casa verde, y le prometió que se lo reembolsaría en
privado. Ahí se vio la capacidad de corrupción de la política. Con Vargas Llosa
no les funcionó . Para la escritora brasileña Nélida Piñón, Fidel “Impuso el
terror, persiguió a los gays, llenó las prisiones”. ¿Y lo bueno? “Que fue un
constructor de utopías, de sueños. Pero hace mucho que esa historia suya se
terminó. Eso le pasa a todos los héroes: no resisten a su propio heroísmo”.***VARGAS LLOSA fue uno de los intelectuales latinoamericanos
que vio en la revolución cubana una luz democratizadora. Llegó a formar parte
del grupo de escritores que visitaban a Castro, pero pronto se decepcionó. La
persecución a los disidentes le horrorizó. No sólo se represaliaba, recuerda el
Nobel, por las ideas políticas, sino también por la orientación sexual: incluso
si eran partidarios del régimen: “A los homosexuales, Fidel Castro los
llamaba enfermitos”.***ENRIQUE
KRAUZE, historiador mexicano, 69 años, no lamenta para nada la muerte de
Fidel. “Ahora el mundo será menos malo. Fue el dictador más longevo de la
historia latinoamericana y nunca tuve sentimientos hacia él”, dice. Para el autor de Siglo de caudillos,
el fallecimiento abre la posibilidad de una apertura, sobre todo en el área
económica, el gran talón de Aquiles del régimen. “Donald Trump verá con buenos
ojos que Cuba camine hacia el capitalismo, pero le dará igual que siga siendo
una dictadura”, concluye.*** SERGIO
RAMÍREZ, escritor y ex vicepresidente
de la Nicaragua sandinista, la intolerancia de Fidel se destapó cuando decidió
obligar al poeta Heberto Padilla a hacer una autocrítica estalinista por un
libro que el régimen había señalado como indeseable. “Luego el terror se
mantuvo, vino la persecución de los intelectuales, de los homosexuales. Acabó
en seguida con la primavera cultural cubana, instauró la idea de que se estaba
con él o contra él”, afirma Ramírez, de 74 años. *** JUAN VILLORO, para el
escritor y pensador mexicano recuerda que Fidel llegó a adquirir la condición
de líder eterno. “Lo considerábamos inmortal, pero al final hemos visto que era
humano”. Para Villoro,
de 60 años, la muerte de Castro cierra un ciclo que hacía mucho
tiempo que ya se había agotado. “Tengo la edad de la revolución cubana y hemos
envejecido juntos. Fue la depositaria de muchos ideales de justicia social,
pero ella misma los fue traicionando. Los motivos son variados, pero fueron
decisivos sus propios errores y la persecución de disidentes. Mi decepción
mayor fue el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa”.
(El País/
Madrid)
@vejotaele
@vjlopez7
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