CAMBIO
RADICAL URGENTE
Se
ha levantado la idea de que el radicalismo agrupa a unos fanáticos enloquecidos
en los extremos de sus convicciones ideológicas o políticas. Nada más falso e
injusto. Ser radical es ir a la raíz de los problemas sin descuidar las
consecuencias de los mismos, pero si nos agotamos en atender exclusivamente
esas consecuencias, los problemas se repetirán una y otra vez. Venezuela es un
excelente ejemplo de cuanto estamos diciendo.
Llegamos
a un punto en el cual las exigencias imponen la obligación de actuar en la
dirección radical que estamos señalando. El país está muy mal y camina hacia
peor. Lo más grave es que los países nunca tocan fondo. Esto sucede sólo cuando
las cosas que se hacen mal empiezan a hacerse bien, pero de mantenerse las
condicionantes que nos empujan por este barranco sin fondo en el que estamos,
volveremos a caer y se perderán los esfuerzos realizados.
La
civilización y la cultura histórica demuestran la importancia del Derecho como
instrumento regulador de la vida en sociedad, de las relaciones entre los
ciudadanos y de estos con el estado-gobierno. Es importante destacar que el
Derecho se concreta en leyes justas y sabias, dictadas por el propio estado
siendo el primero que debe someterse a ellas y tener autoridad moral y política
para exigirle a todos el cumplimiento del ordenamiento legal establecido. El
problema mayor que tenemos es que en Venezuela se acabó el Derecho. Las
instituciones del estado se burlan y manipulan todo en servicio de quienes
detentan el poder. La Constitución en la práctica no existe. Jamás habíamos
visto, en nuestra ya larga experiencia política, a quien tiene la condición de
Jefe de Estado actuando al margen y en contra de los deberes y obligaciones que
la Constitución de la República le señala. Lo mismo podemos afirmar con
relación al Tribunal Supremo de Justicia, al Consejo Nacional Electoral o al
llamado Poder Ciudadano o moral, como impropiamente algunos lo mencionan. En
estas condiciones el ciudadano está indefenso, sometido a los caprichos del
régimen y a las consecuencias de la ineficacia y corrupción características de
estos tiempos.
Por
todo esto y mucho más, el cambio tiene que ser radical, urgente y sin evadir o
esquivar las necesarias confrontaciones que se presenten en la lucha por
concretarlo. La acción opositora ha estado enmarcada en los términos
constitucionales existentes. Señala varias alternativas para el cambio. Por
ahora está centrada en el referendo revocatorio que debería celebrarse este
año. La jornada a cumplir los días 26, 27 y 28 de este mes será definitiva.
Pensando en el porvenir, invito a pensar en una Asamblea Nacional Constituyente
como vía para la reconstrucción nacional sobre bases distintas y mejores que
las existentes.
Domingo,
9 de octubre de 2016
@osalpaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario