Tanto los dirigentes
políticos como el resto de los electores debemos
entender que la relación entre ambos ha cambiado, lo cual
obliga a ser más prudentes y a escuchar antes de emitir opiniones.
En los tiempos actuales es evidente que los dirigentes políticos en todas las
latitudes ya no tienen el poder de antaño. No es asunto de que sean
menos capaces que antes sino que, como dice Moisés Naim en su
libro ¨La pérdida de Poder¨, hoy este se ha diluido y ni las
grandes corporaciones disfrutan de muchos grados de libertad.
Las redes sociales han
permitido que el ciudadano común que no tiene acceso a entrevistas o a
escribir en los medios tradicionales de comunicación y que antes se limitaba a
votar y asistir a concentraciones, hoy pueda expresar su
opinión sin ninguna traba, llegarle a mucha gente y tener cierto grado de
influencia. Esta democratización de la influencia es positiva y obliga a una
mayor interacción entre las partes. Hasta hace poco, la relación entre los
dirigentes políticos y los electores era casi como en el ejército en donde
¨superior manda y subalterno obedece¨. Ya no más.
Los dirigentes deben entender
que no tienen el monopolio de opinar sobre política, más cuando no es un
secreto que muchos no tienen la formación de sus antecesores. A veces,
por falta de argumentos para defender sus puntos de vista apelan a
descalificaciones y tildan de antipolíticos a quienes piensan diferente y no
militan en un partido. Como bien dice José Antonio Gil Yépes, ¨los líderes
tradicionales asumen que pueden y deben tomar decisiones por los liderados. El
líder moderno no conoce de antemano las soluciones, es un servidor expectante
de una solución integradora que surgirá del diálogo que facilite y no del
monólogo que imponga¨.
Por ello los dirigentes deben
asumir una posición prudente y no disparar desde la cintura. Tenemos la
impresión de que el twitter debería ser más para periodistas, artistas
y ciudadanos comunes y menos para los dirigentes que a las primeras de
cambio expresan opiniones inmaduras. Hoy no es políticamente correcto
decir ¨hago esto aunque algunos se pongan bravos¨, sino tratar de
convencer de que es la mejor decisión dadas las
circunstancias. Tampoco pueden estar amenazando con declaraciones
como ¨ yo pienso así y si quieren que me expulsen de la Unidad¨.
Por otra parte, quienes no
somos militantes y utilizamos las redes sociales no podemos caer en
descalificaciones gratuitas a nuestros dirigentes. Debemos tener un poco
de paciencia hasta que se aclaren determinadas posiciones. Un caso típico es el
referente al diálogo. Se puede estar o no de acuerdo con el mismo, pero no
satanizar a los dirigentes que han aceptado una primera aproximación y dejado
clara las condiciones para iniciar conversaciones, aclarando que hay puntos que
no son negociables. Un caso aún más censurable es caer en insultos
personales en lugar de argumentar las críticas.
Dirigentes políticos y
electores deberíamos leer e internalizar el reciente artículo del distinguido
galeno Rafael Muci-Mendoza titulado ¨Elogio del callar¨, ya que si queremos
salir de estos pranes que gobiernan y han destrozado al país, es
necesario un acercamiento entre los dirigentes políticos y la sociedad
civil. Los dirigentes deben aprender a respetar a esos ciudadanos que, como
dice Manuel Barreto, son los imprescindibles que ¨se niegan a tirar la toalla,
que no pierden las esperanzas, que se oponen y se opondrán rotundamente a
que les confisquen el porvenir y que tienen muy definidos sus valores y
principios¨. Y, a su vez, estos luchadores deben respetar a una
dirigencia con la cual algunas veces no estamos de acuerdo, pero que se
juega la vida y prestigio todos los días.
Como (había) en botica: La
crisis por la escasez y costo de alimentos, medicinas y repuestos es la
queja principal de los ciudadanos. Esta situación no la puede resolver Maduro y
su entorno, por lo que el diálogo debe enfatizar el cambio de las
autoridades. Un articulista que escribe en El Universal
sostiene que hay que ¨educar a grupos de la clase media que promovieron
la hora loca entre 1999 y el 2006¨. Extrañamente no percibe que quienes
lucharon en ese período, con los elementos de que disponían, lo hicieron por
defender la democracia y prevenir el desastre económico que se visualizaba.
Haber permanecido pasivos esperando ¨condiciones apropiadas¨ hubiese sido
cobardía y complicidad. Hoy somos clara mayoría por el descontento con la
escasez, costo de la vida e inseguridad y no por una mejor estrategia
desde el 2006 para captar votos. Merecido homenaje de la UCV al
distinguido venezolano Héctor Silva Michelena. El general Padrino debe informar
por qué hay una foto de soldados quitándose el uniforme para ponerse una camisa
roja para asistir a concentración oficialista. Los paramilitares rojos
siguen agrediendo a periodistas y opositores. Bravo por Garbiñe Muguruza,
por la Vino Tinto y por el ¨ Renuncia Maduro¨ del cartel exhibido en Chicago ¡
No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
7/6/16 Noticiero Digital, Runrunes, Digaloahi digital, el republicano Liberal y
elresplandor del sol.com
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