CARLOS M. MONTENEGRO Ánimas de Purgatorio carlosmmontenegro22@gmail.com
Glasnost y Perestroika
No solo liberó de un régimen opresor a su país, sino que abrió las puertas
al resto de los países bajo la influencia soviética dejando entrar los vientos
de la democracia y el progreso, cambió a la URRS comunista por una Rusia
democrática.
Como es bien sabido: “no habrá pelea
entre dos si una de las partes no quiere”, por mucho que el otro se empeñe.
Eso parece ser lo que está sucediendo en los actuales momentos políticos que
estamos soportando en Venezuela: los de la bancada democrática quieren tener la
fiesta en paz y dedicarse a lo que se les ha encomendado. Los diputados pro
gobierno, sin embargo, no quieren aceptar nada y se dedican a desconocer las
reglas del juego legislativo insultando, hostigando y provocando, con la
esperanza de echar abajo todo lo que la mayoría democrática pretende levantar y
que ellos, los “tercerlustristas”, demolieron: el país.
Pero como no han podido casar la pelea,
se han echado a la calle arengando a los que todavía les escuchan tratando de
provocar el motín que necesitan para suspender todo lo que queda por suspender,
que no es mucho, y poder atornillarse, aún más, en el poder.
El 4 de febrero de 2016, en
cuestión de horas y mientras escribía esto, en el país sucedían cosas realmente pasmosas. El
Gobierno en pleno estaba celebrando, más que conmemorando, que en 1992 el
anterior presidente emérito, aunque fallecido, comandó un fallido golpe de
Estado contra el Gobierno democráticamente elegido, con incontables bajas
civiles, a pesar de que el intento duró apenas horas. Mientras celebraban eso,
en Maracay la banda de delincuentes de “El Chino” paralizaba la ciudad tras
repartir un folleto conminando al cierre de comercios, escuelas y demás
instituciones, con motivo del entierro por las principales avenidas de la
ciudad de su “lucero” (en argot su lugarteniente), abatido por la policía,
ostentando y disparando ráfagas de armas de guerra de última generación,
superiores a las de las fuerzas de seguridad del Estado.
Todo eso apenas tres días después de que los reclusos de la
cárcel de Margarita desde los techos del penal dispararan ráfagas, con ametralladoras
de su propiedad, en homenaje a otro “pran” (jefe, en el mismo argot), llamado
“el Conejo”, muerto también en un tiroteo. Ambos eventos han sido grabados y
difundidos por todos los medios públicos y vistos por todos.
Otro hecho insólito sucedió en la
Asamblea Nacional durante la presentación de la memoria y cuenta de la fiscala
de la República, ante la prensa, radio y TV nacional e internacional. Fueron
algunas horas donde la señora no hizo más que decir cosas que nadie entendió.
Según su discurso en este país, durante su gestión, se han tramitado causas
sobre miles y miles de delitos, obviando lo sucedido en las cárceles citadas
esos días, y sin mencionar tampoco que la impunidad sobre asesinatos, asaltos y
secuestros en Venezuela es más del 90%, según datos oficiales; es de tener en
cuenta que en 2015 hubo más de 27.000 homicidios por armas de fuego y que pocas
guerras en ese año contaron tantas bajas. Sin embargo dentro de su discurso
hueco, se adornó citando un fragmento de Los Miserables del famoso
poeta nicaragüense Víctor Hugo (sic). Cualquiera puede desconocer ciertas
cosas, yo mismo hasta no hace mucho hubiera jurado que el feng shui era
una exótica exquisitez de la cocina cantonesa; pero de uno no depende la
seguridad de un país… Sinceramente creo que nuestra fiscala no se morirá de
cultura.
Otra noticia sorprendente: el Banco
Central de Venezuela (BCV) o sea el de la nación, ha recibido 500 millones de
billetes con denominación de 100 y 50 bolívares, como parte de los 1.000
millones contratados, importados de varios países para incorporarlos al
mercado, con lo que el aumento de la inflación está cantado a más del 700% que
se estimaba para 2016. Lo admirable es que Venezuela tiene su propia casa de la
moneda, pero según informes oficiales carece de papel, tinta y demás insumos
necesarios para fabricarlos aquí. Este insólito hecho se suma a otro que acaba
de saberse: Venezuela que lleva tiempo importando petróleo liviano de Nigeria y
otros países de la OPEP y de la no OPEP, acaba de hacer una compra también a
los EEUU, el gran “enemigo imperial” de Venezuela, al que curiosamente seguimos
vendiéndole petróleo criollo, sin menoscabo de “regalar” millones de barriles a
los amigotes del régimen. También es poco probable que los directivos del BCV y
los ministros de economía de este gobierno vayan a morir por algún ataque de
talento. Y toda estas noticias sólo en
unas horas, imaginen lo que ha sido el sin vivir de millones de venezolanos a
lo largo de casi 17 años sin cesar de destruir, porque si algo te tienen los
revolucionarios del siglo XXI, créanlo, es que no descansan.
Ahora, la sociedad está empeñada en que
debe renunciar el Presidente y su tren de ejecutados, que no ejecutivos, para
comenzar una transición necesaria
hacia otro modelo de régimen, pero ¿cómo sería la cosa? La mayoría del país
representado en la AN lo desea fervientemente, pero con la sabia decisión de
que sea ajustándose a la Constitución propuesta por el “comandante eterno” y
votada por la mayoría de entonces, la que hoy es minoría, pues resulta que no
la pueden burlar cuando les apetezca, como antes, y no le paran bola; más aún,
los constituyentes de entonces abusando de los poderes que aún ostentan,
arengan al pueblo, “su pueblo”, para destruir a los que quieren reconstruir
lo que ellos ya han devastado por completo, gobernando sin dar cuentas a nadie
entre tinieblas y sin ninguna transparencia.
Ejemplo de transiciones políticas
abundan, la más socorrida es la española tras la muerte del general Franco en
1975. El presidente Suárez la logró sin violencia pero haciendo verdaderos
equilibrios. Puede citarse también la Revolução dos Cravos o “Revolución
de los Claveles” que el 25 de abril de 1974 provocó la caída en Portugal de la dictadura salazarista, que gobernaba el país desde 1926 sin disparar un solo tiro.
Pero sin duda la transición más importante del siglo XX, y una de las más
trascendentes de la historia, fue la hizo el tránsito de uno de los dos países
más poderosos durante el siglo XX: la URRS (Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas).
Su autor fue Mijaíl Gorbachov (1931) un
abogado y político ruso que fue secretario general del Partido Comunista de la
Unión Soviética de 1985 hasta 1989 y presidente de la Unión Soviética de 1989 a
1991. En 1985, Gorbachov anunció que la economía soviética estaba estancada y
que la reorganización era necesaria. Dos palabras fueron la fundamentos de una
transición que haría pasar de un Estado comunista, monopartidista autocrático,
poderoso, militar y tecnológicamente, pero fracasado en el aspecto humanístico,
social, económico e industrial, convirtiéndolo en un país moderno, democrático
y multipartidista. No solo liberó de un régimen opresor a su país, sino que
abrió las puertas al resto de los países bajo la influencia soviética dejando
entrar los vientos de la democracia y el progreso. Gorbachov cambió a la URRS
comunista por una Rusia democrática.
Las dos simples palabras que me he
permitido subrayar son:
Glasnost, palabra rusa que significa transparencia. Fue utilizada por
Gorbachov durante la segunda mitad de la década de los ochenta, para expresar
el buen uso público y abierto de los asuntos del Estado en la Unión Soviética,
en contraste con el secretismo anterior.
Perestroika, En ruso el término “perestroika” significa “reconstrucción o reestructuración”;
el término adquirió inmediatamente una connotación ideológica porque Gorbachov
justificó el conjunto de sus planes bajo la invocación del fracaso de la
conducción política de su país en el pasado. La perestroika, en
consecuencia, fue un programa más político que económico. Aplicándose a la
reordenación interna de su país, así como a sus relaciones con el exterior.
Gorbachov pretendió extenderla hacia todos los sectores del Estado, con
inclusión de los militares y de los partidistas lográndolo.
Personalmente me encantaría que entre
nosotros hubiera un Gorbachov y nos pusiera de moda.
Gorbachov es premio Nobel de la Paz
(1990); Príncipe de Asturias (1989); Premio Indira Gandhi (1987) y otros 26
galardones más de similar trascendencia.
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