CREADORES DEL SAINETE HISTÓRICO |
Víctor José López
EL VITO
Al escuchar la réplica de
Delsy Rodríguez, Canciller de Venezuela, en respuesta al presidente Mauricio
Macri, saltó la invisible pero muy tangible presencia de Cristina Fernández de
Kirchner en el estilo, la manera de cómo se ataca y se defiende una situación
moviendo los peones de la mentira y cruzando el tablero con alfiles que nada
tienen que ver con lo que se planteó la polémica en el
Mercosur.
Escuchándola a la viuda de Kirchner,
recordé el evidente paralelismo que han vivido el kirchnerismo y el chavismo
durante más de tres lustros. Tragedia convertida en sainete desde el propio nacimiento
de la sociedad de la Casa Rosada y el Palacio de Miraflores, que se prolongó
hasta hoy cuando somos testigos de las pompas fúnebres de una era provocada por
la terrible e inapelable cicuta del poder del voto.
De haberse retratado los
referidos acontecimientos en un relato, como en su día lo hizo Plutarco cuando reunió
en sus vidas paralelas los acontecimientos del Imperio Romano, tendríamos la
fotografía del eje trágico Buenos Aires – Caracas.
No aquel eje de la vida del
automovilismo, de la romántica Mecánica Nacional cuando estas ciudades marcaban la partida y la
llegada de la famosa carrera en la que surgió como el gran ídolo Oscar Galves y
de triunfador a Domingo Marimón.
Aquello ocurrió en 1948,
ahora, en el Siglo XXI el eje cruzó pampas, montes y selvas hasta servir por
cada rincón de nuestras naciones el hambre, el desabastecimiento, la
persecución política, la inseguridad, la desarticulación de la independencia y de
la autonomía de los poderes públicos hasta convertir en una comedia sostenida
por la corrupción devastadora, lo que pretendió, un día, ser una República.
Cada personaje, en cada
equipo, tiene su par:
Ernesto Kirchner con Hugo
Chávez marcaron la ruta.
Kirchner dejó en el timón a
Cristina Fernández y Chávez a Nicolás Maduro.
¡Trágico!
Los argentinos organizan la línea
de ataque con “La Morsa” Aníbal Fernández.
Contador público de formación y abogado. Militante peronista, del
Partido Justicialista, Jefe de Gabinete, en el que Héctor Timerman, guerrillero
montonero y antimilitarista en su
juventud, hombre de origen judío, llega a manejar el Ministerio de Relaciones
Exteriores para convertir la Causa de la Amia, el peor acto terrorista en suelo
argentino, en un cheque sin fondo para los negocios de hidrocarburos entre Irán
y Argentina.
Logró Timerman, desde la Cancillería, exculpar
de oficio, más no de apariencia, a los sospechosos miembros de la embajada iraní en Buenos Aires
que, para el mundo, fueron los autores intelectuales del genocidio.
Paralelos en Venezuela ha
sido los eternos Rafael Ramírez y José Vicente, éste que ha ocupado los ministerios
de la Defensa y el de Relaciones Exteriores y el otro la inagotable Pdvsa. Con
ellos lo pródigo de Diosdado Cabello, un multiuso de incompetencia nacional,
que junto al eterno engañador, el
siquiatra Jorge Rodríguez que nació en política pública escondido tras la
mentira del equilibrio conquistando el afecto del pueblo elector, creando a
Tibisay y la Oblitas con diminutos Frankenstein, hasta convertirse en usurpador
de puesto de combates junto a la inefable Jacqueline Farías.
Aquí como allá los vicepresidentes
“sui generis”: Amado Boudou y Jorge Arreaza. También los Banqueros, los que
inconstitucionalmente ocultan información en Inflación, Desempleo, Producción,
todo lo que la Constitución les exige dar cuenta, como lo son Nelson Merentes en Caracas y Axel Kiciloff el ministro marxista de la Economía en Buenos
Aires.
La pinza impenetrable, como si de un esquema
de Helenio Herrera se tratara, se apoyó en Buenos Aires en el diputado Julio de
Vido, Arquitecto y en Caracas, en Diosdado Cabello, teniente, golpista
fracasado, gobernador derrocado por los votos, presidente de la Asamblea
expulsado por el pueblo en elección parlamentaria.
El eje Buenos Aires –
Caracas, bien aceitado con grasientos negocios rodó sin inconvenientes a pesar
de haber caído en zanjas como Antonini Wilson y sus cómplices Franklin Durán y
Carlos Kauffman.
La salida de Cristina Fernandez de la
residencia de Olivos deja inconclusos algunos de los simbióticos proyectos
entre De Vido y Cabello, como los negocios de los Pollos, la Carne, las
Máquinas Agrícolas y del Arroz que
convirtieron a una de las hijas de Hugo en una de las mujeres más ricas de
Sudamérica, la Empresa Cresta Roja, modelo de corrupción en la que Jorge
Arreaza se copia para inventar lo del negocio de los Huevos subsidiados.
En lo familiar hay más
similitudes. Máximo Kirchner Fernández, tiene su vida paralela con cualquier a
de las hijas de Hugo Chávez, Rosa Virginia o María Gabriela.
En lo funcional, en la calle
están en Venezuela los Círculos Bolivarianos y en Argentina La Cámpora. Colectivos
que fueron degenerando de misiones sociales hasta convertirse en patotas
políticas.
Desde el kirchnerismo, también desde el chavismo, se creó un vínculo
de corrupción que ató los productores argentinos con los importadores
venezolanos sin que llegara un peso, un bolívar, un centavo de dólar a los
pueblos.
La guinda de la torta la ha
puesto en la reunión del Mercosur la Canciller Delsy Rodríguez, con su discurso
fundado en la mentira, que la señora
Rodríguez hizo el ridículo al confundir
a la Bonafini con la Madre de Calcuta.
Y para finalizar, dejando en
la cuneta cientos de ejemplos, uno más: el de lo ocurrido en la Casa
presidencial de Olivos en Argentina y La Casona en Caracas. La Casona ha sido
invadida, y los invasores que se niegan entregarla son familiares herederos de Chávez y en Olivos fue la propia
Cristina de en una actitud depredadora se llevó desde los bombillos al papel
higiénico. Dejó a los nuevos huéspedes presidenciales sin toallas, sin sábanas,
sin nada en la nevera. Un verdadero
barbarazo.
Los daños en La Casona no se
conocen porque ahí no entra nadie.
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