RICARDO LAGOS, LEOLDO LÓPEZ Y LAS DENUCIAS DE FRANKLIN NIEVES
JUAN MORENILLA
EL PAÍS, Madrid.-
Cuando Ricardo Lagos (Santiago,
1938) llegó a la presidencia de Chile, el 11 de marzo de 2000, su madre, Ema,
tenía 104 años. Ella le esperaba en el Palacio de La Moneda el día que llegó
con la banda presidencial en el pecho. Ema miró a su hijo y le dijo: “Ricardito,
¿cómo te vas a salir de esta?”. La mañana que concluyó su mandato, en 2006,
Lagos fue a visitar la tumba de su madre, fallecida un año antes. “Mami, ya
salí de esta”, le respondió.
Las
denuncias del fiscal [Franklin Nieves]... no digo que haya sido así, pero es lo
más probable. Yo estuve preso en la época de Pinochet, después del atentado.
Pensaban que yo era el autor intelectual. Me interrogó el fiscal y me dejó con
prohibición de salida del país. Yo me indigné: “Usted es abogado igual que yo y
sabe que nada de lo que he dicho justifica eso”, le dije. Me enseñó un lápiz y
me respondió: “Esto es todo lo que tengo ante la fuerza que me está
presionando. Cada vez que interrumpo el juicio es porque me llaman de La Moneda
para que le deje preso”. Me impactó su franqueza. Con Leopoldo López los
expresidentes hemos sido claros en denunciar lo que pasa. Es hora de que los
que están en activo hagan algún tipo de declaración. Hay un silencio
estruendoso en América Latina.
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