Controlar la inflación es urgente por razones económicas porque no hay nada más destructivo para la economía que distorsionar el sistema de precios. Pero es una obligación moral desde el punto de vista social porque a quien más perjudica la inflación es a los más pobres y a la clase media que vive de un salario y no tienen riqueza invertida en propiedades cuyo valor se ajuste con la inflación.
Los 80s y 90s fueron años muy difíciles para América Latina con procesos inflacionarios muy complicados. Perú llegó a tener una inflación de 7.650%, Argentina 4.924%, Brasil 2.477%, Chile 508%, México 159% y Venezuela 103%. A partir de ese momento se tomaron iniciativas para limitar el poder de los gobiernos en materia de política fiscal y monetaria y se establecieron políticas para fortalecer la autonomía de los Bancos Centrales. Toda América Latina parecía haber aprendido la lección excepto nosotros y en menor medida Argentina. La Bolivia de Evo Morales tiene una inflación de 6%, el Ecuador de Rafael Correa 4%, Chile 5%, Colombia 4%, Nicaragua 5%. Perú, que la llegó a tener en 7.650%, la tiene en 3. Ninguno de esos países tuvo la posibilidad de vender 2.900.000 barriles diarios a más de $100, pero todos han venido desarrollando sus economías de forma sostenida con estabilidad macroeconómica. El principal objetivo del Banco Central debe ser velar por la estabilidad de la moneda, es decir, evitar que se deteriore como resultado de la inflación. En la Constitución de 1999 se establecía que el BCV "es persona jurídica de Derecho público con autonomía" y que las competencias monetarias del Poder Nacional "serán ejercidas de manera exclusiva y obligatoria" por el instituto emisor. La Constitución limitaba el poder discrecional del gobierno y le daba a un ente autónomo la responsabilidad de velar por la protección del valor de la moneda. En el 2007 se eliminó la autonomía, se estableció que el Ejecutivo nacional y el BCV "en estricta y obligatoria coordinación, fijarán las políticas monetarias" y se permitió que las reservas internacionales fueran manejadas por el BCV pero "bajo la administración y dirección" del presidente de la República. Con esta reforma se abrió la puerta para el desorden fiscal y monetario y a punta de “millarditos”,, sin ningún control, terminamos con la inflación más alta del mundo y un problema de desabastecimiento sin precedentes. A partir de la reforma se dispusieron irresponsablemente de las reservas internacionales y se empezaron a imprimir billetes desde las maquinitas del BCV para financiar el gasto público acabando con el valor de la moneda. En el último informe del CENDAS se determinó que el precio de la Canasta Básica Familiar (CBF) aumentó desde mayo 2015 hasta mayo2014 en un 120,2%.Eso significa que hoy se necesitan 6.4salarios mínimos para poder adquirir la Canasta Básica, para una familia de cinco miembros. La lista de uniformes y útiles aumentó 262,98% entre mayo de 2014 y mayo de 2015 y la ropa y el calzado subieron en el último mes 46,5%, la educación 27,7%, las raíces, tubérculos 27,4%, las frutas y hortalizas, 9,5%, la leche, quesos y huevos, 9,4%, el café 9,3%, las carnes y sus preparados, 9,2%, los pescados y mariscos, 7,8%, la azúcar y sal, 0,3%. Además presentan problemas serios de escasez artículos que forman parte de la dieta obligada de los venezolanos como la leche en polvo, las sardinas enlatadas a precio regulado, el atún, el pollo, la carne de res, la margarina, el azúcar y un etcétera que incluye a 31,03% de los productos que contiene la canasta alimentaria. A esto tenemos que agregarle otros productos básicos como: jabón de baño, detergente, lavaplatos, compotas, papel tualé, pañales, toallas sanitarias, servilletas, leche condesada, leche, cloro, desodorante, afeitadora desechable, crema dental, champú y medicamentos como Atamel, Losartán Potásico, Aspirinas, anticonceptivos, Trental, entre otros, e inyectadoras. A esto no hubiéramos llegado con un BCV que hubiera limitado la irresponsabilidad de la política fiscal y monetaria de los últimos años. No ha habido una agresión más cruel contra los pobres y la clase media que la inflación y el desabastecimiento que nos está azotando en Venezuela y frente a eso estamos completamente indefensos. No se defiende al pueblo con retórica. Mucho más hace en favor de los más necesitados un BCV eficiente y autónomo que nos proteja de la inflación que doscientas defensorías del pueblo y cuatrocientos Indepabis. @pedropabloFR pfernandez@ifedec.com |
domingo, 5 de julio de 2015
Pedro Pablo Fernández BCV: El Defensor del Pueblo
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