Ni ganar las parlamentarias, ni la crisis
económica serán factores decisivos para salir del Totalitarismo Siglo XXI.
Lograr la mayoría de las curules es importante. Hacer énfasis en el
costo de la vida, desabastecimiento, inseguridad y corrupción es necesario.
Mencionar los atropellos del régimen es obligatorio. Protestar en la calle es
imprescindible. Todas estas acciones suman, pero no son
suficientes. No se trata de menospreciar los esfuerzos realizados y nadie está
libre de culpas, por lo que es una majadería descalificar a alguien por
errores cometidos o por objetivos no logrados.
La huelga cívica, las marchas y protestas no
han producido los efectos deseados, pero tampoco la vía electoral ha sido
exitosa. Ciertamente la alternativa democrática ha incrementado su
votación, pero los resultados han sido magros. En las últimas elecciones
perdimos tres importantes gobernaciones y hoy solo contamos con tres
gobernadores, de los cuales solo uno pertenece a los partidos
tradicionales. En las parlamentarias del 2010, la MUD obtuvo el 47 % de los
votos y solo el 39 % de los diputados, tres de ellos fueron
destituidos y existe una amenaza similar en contra de otros, varios
han sido golpeados, los oficialistas hacen lo que les viene
en gana, no atienden ninguna solicitud de investigación de casos de
corrupción y el caporal de la Asamblea amordaza a los
nuestros. En los Municipios solo contamos con el 23% de los alcaldes. Sin
embargo hay que insistir en lo electoral como un camino más de lucha.
Vale la pena preguntarnos por qué
nuestra propuesta electoral solo consiste en
lineamientos generales y no un programa mínimo de
gobierno que difiera de la ofertas gubernamental y que no sea más de lo
mismo del pasado. ¿Por qué fuimos desunidos a las elecciones del
Colegio de Ingenieros de Lara y a las estudiantiles de la Universidad de los
Andes? ¿Acaso pensamos que por tener garantizado el triunfo no importaba
dar un mensaje de división? ¿Por qué hay tanto ausentismo en la Asamblea Nacional
y, con las excepciones del caso, las intervenciones son poco contundentes y
sin coordinación efectiva entre nuestras
diferentes bancadas? ¿Por qué dejamos correr el tiempo
sobre las propuestas de candidatos a diputados por
consenso y no identificamos dónde habrá que realizar primarias?
¿Por qué muchos le hicieron el juego al gobierno con respecto a las protestas
cívicas de febrero y marzo y no enfatizaron en la responsabilidad oficial? ¿Por
qué solo los mismos pocos dirigentes acompañaron a María Corina a la Fiscalía?
¿Por qué algunos dirigentes insisten en un diálogo sin objetivos? ¿Qué posición
asumiremos cuando los rojos designen rojos en el CNE, TSJ, Fiscalía,
Contraloría y Defensoría del Pueblo? ¿Cómo propiciar la reconciliación sin
dejar impunes a los violadores de los derechos humanos y a los corruptos?
Debe cesar la discusión sobre votar o no
votar y sobre el método para seleccionar nuestros candidatos. Es necesario
votar porque es una manera más de lucha, independientemente del ventajismo, trampas
del régimen y de si obtendremos o no una mayoría calificada que permita tomar
decisiones importantes. En las parlamentarias del 2005 los partidos
retiraron sus candidatos por estar convencidos de que solo
obtendríamos una docena de diputados, por lo que predicar ahora que
entregamos al régimen el CNE, TSJ, Fiscalía y
Contraloría no contribuye a la credibilidad de algunos dirigentes. Por
otra parte, quienes nos abstuvimos pensamos que con esa acción descalificaríamos
al CNE y en el futuro lograríamos un ente imparcial, lo cual demostró ser una
utopía. Realizar primarias en todos los circuitos no tiene sentido, pero
tampoco lo tiene que se impongan candidatos que despierten rechazo entre la
población.
No se
ofendan, necesitamos a los partidos y a los políticos, pero hay una
percepción de que no están en sintonía con la gente que exige unidad y
acción eficaz. Cabe mencionar un reciente artículo de Tony Blair en el
que sostiene que "El haber trabajado previamente en el sector
privado me permitió aprender acerca de los negocios y de la gente, así como
diferenciar entre las ideas académicas de la política y las políticas adecuadas al
mundo real " .
Como en botica: Disminuir la pobreza y
mejorar la calidad de vida de la población requiere de políticos con
formación gerencial y la implantación de la meritocracia en las instituciones
El grosero presidente de facto descalificó a la distinguida Directora de Fondo
Monetario Internacional quien, con razón, se refirió a los
innumerables convenios en América Latina como un plato de
espaguetis. ¿Cómo calificaría la señora Lagarde el embrollo de miles de
convenios firmados por Venezuela y los de Pdvsa con
algunas empresas de maletín? ¡ No más prisioneros políticos, ni
exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com 9/12/14
Noticiero Digital, Runrunes
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