El
régimen vende mentiras y algunos opositores las compran.
Preguntas como cuándo empezaron los enfrentamientos
en las calles y cuántos ciudadanos fueron asesinados
este año por motivos políticos, tienen respuestas contundentes.
Quiénes
fueron los asesinos es algo complejo porque algunos presuntos
causantes de las muertes no han sido sentenciados y otros todavía
no están identificados.
Las
agresiones a los estudiantes y la respuesta de estos con
trancas de calles se iniciaron antes del 12 de febrero.
Efectivamente, el 4 de febrero los estudiantes de la Universidad de Los Andes,
núcleo San Cristóbal, protestaron por la inseguridad y en respuesta los
policías destruyeron una garita, rompieron un cajero automático y detuvieron
dos jóvenes. Al día siguiente protestaron cursantes de la
Universidad del Zulia. El día 10 detuvieron a cuatro estudiantes y a una dama
en San Cristóbal e integrantes de las universidades de Anzoátegui se
sumaron a las protestas.
Es decir que las mismas no las inició Leopoldo.
Después
del 12 de febrero fueron asesinados 14 ciudadanos identificados con la
oposición, trece de ellos por disparos y uno por golpes. Como supuestos
responsables el ministerio público señaló que uno de ellos fue por
disparos de guardias nacionales, tres por funcionarios públicos (uno del
Sebin, otro del CICPC y un empleado ministerio). Nueve fueron asesinados
por paramilitares rojos y existen pruebas de que uno de los asesinatos
fue por golpes de guardias nacionales. A la cifra anterior pareciera
razonable incluir las muertes de dos ciudadanos arrollados
expresamente por vehículos conducidos por oficialistas molestos
por la interrupción de la calle.
De
los partidarios del oficialismo fueron asesinados once
ciudadanos, de ellos seis de la guardia nacional y dos de la policía
nacional. No se incluye en esta cifra el caso especial de
Juancho Montoya, dirigente de un colectivo armado, quien según la
fiscalía fue asesinado por un compañero de fechorías. Hay otro caso
de un aparente partidario del oficialismo también asesinado pero en
circunstancias dudosas. Llama la atención que en ninguno de estos
casos se han identificado posibles asesinos, ¿dispararon paramilitares
rojos contra los guardias o fueron opositores radicales?
En
resumen, fueron asesinados 14 ciudadanos opositores por paramilitares
rojos, guardias nacionales y funcionarios policiales. Del lado del oficialismo
fueron asesinados doce ciudadanos, uno de ellos por un funcionario
policial y once supuestamente por gente relacionada con la oposición. En
total 26 venezolanos fueron asesinados como consecuencia del inicio
de la violencia por parte del régimen. Cabe destacar que, con excepción
de Montoya, que como se mencionó fue supuestamente asesinado por un compañero,
entre el 12 y el 21 de febrero fueron asesinados solo ciudadanos
identificados con la oposición. Queda claro que el régimen inició la
violencia.
Otros
caídos: No se incluyen entre los anteriores el caso de Adriana
Urquiola, asesinada por disparos de un malandro Comisionado
de la Policía. Tampoco se incluye la muerte de un joven
opositor que acosado por la guardia nacional cayó de un tejado. Hubo seis
muertes que se achacan a las barricadas. El único caso
evidente es el del motorizado que pereció como consecuencia de una
guaya colocada para impedir el paso de posibles agresores. Los
otros parecieran menos claros. Uno se estrelló contra un árbol, otro cayó
en hueco de alcantarilla, otro patinó en aceite y dos se estrellaron
contra la barricada. También el gobierno achaca el fallecimiento de
dos personas por demora en llegar a hospital como consecuencia de las trancas.
Estos casos deben ser investigados para determinar si fueron
accidentes u homicidios culposos. Achacar estas lamentables muertes a los
llamados de Leopoldo, María Corina y Ledezma a realizar acciones pacificas de
calle es una canallada del régimen y es colaboracionista quien
descalifique a estos dirigentes. Exigimos justicia para todos y ello solo
se logrará con la intervención de organismos internacionales de derechos
humanos.
Como
en botica: Felicitaciones a Marco Tulio Bruni-Celli por su libro sobre el
18 de octubre. También a Carlos Oteyza por su documental
sobre el petróleo. El Reventón III es excelente al igual que los
anteriores. Los rojos quieren destruir al IVIC, pero confiamos no
les dé tiempo. Evidenciado el perjurio de los testigos, todo el mundo se
pregunta quién asesinó a Anderson y por qué siguen presos los Guevara.
Por populistas no aumentan el precio de la cerveza y por comunistas
quieren ahogar a la educación privada y a las universidades autónomas.
Repudiamos las torturas a los presos políticos Raúl Baduel y
Alexander Tirado. Por inocente y por razones humanitarias
Miguel Ángel Nieto debe ser puesto en libertad. ¡No más prisioneros políticos,
ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com 25/11/14
Noticiero Digital, Runrunes
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